Zahara de los Atunes es el Cádiz más codiciado. El de las playas infinitas y los chiringuitos de moda. El de las cometas de kitesurf y el atún de almadraba. El de los atardeceres inolvidables de las noches de verano. Un “Pueblo Mágico” encajado entre Tarifa y Barbate, que debe su nombre a ese pescado que solo se captura con técnicas milenarias en esta provincia. Su entramado blanco, de sabor andaluz, se asoma al océano entre campos de girasoles y molinos de viento, que por algo es también Ciudad Cervantina.
LOS SITIOS DE INTERÉS
Las playas
A Zahara se llega en busca de sol, que para eso consta de un litoral de 1600 metros y cuatro playas deslumbrantes de arena blanca y aguas cristalinas. Desde la que baña el centro urbano, equipada con todos los servicios, hasta la más salvaje Arroyo del Cañuelo, pasando por la de Atlanterra y la Playa de los Alemanes, donde cuentan que se refugiaban los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
El núcleo marinero
A Zahara no se viene a descubrir grandes monumentos. Los restos de un castillo (que en su día protegió de los ataques berberiscos) y lo que queda de un palacio (que fue un saladero de atunes) sirven hoy de escenario a conciertos, mercadillos efímeros y cine bajo las estrellas. Al lado, se erige la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, incorporada a la muralla de antaño.
El mercado de Abastos
La esencia de Zahara y su fuerte tradición atunera empiezan a sentirse en este espacio, auténtico corazón de la vida diaria del pueblo. Abre de lunes a sábado y, además de comprar producto fresco, puedes comer en alguno de los puestos de su Rincón Gastronómico: tapas variadas hechas con el producto estrella, especialmente entre abril y junio, en plena temporada. Todo, bajo los coloridos murales marinos que decoran su techo.
Los mejores senderos y miradores
Por su proximidad a dos parques naturales (La Breña y el Estrecho), Zahara es un punto estratégico para el senderismo y el avistamiento de aves. Para empezar, se puede caminar por el sendero peatonal que discurre paralelo al arroyo Cachón, sensible al efecto de las mareas y origen de la palabra ‘cachondeo’ en época de las antiguas almadrabas. Para descubrir la historia del lugar, sigue la ruta al yacimiento de la Silla del Papa, en plena Sierra de la Plata. Y un mirador excepcional es el faro de Camarinal, en el cabo de Gracia, con vistas de la playa de Atlanterra, el Cañuelo y hasta Marruecos en días claros.
QUÉ HACER EN ZAHARA DE LOS ATUNES
Probar el atún de almadraba
Nadie que visite Zahara puede irse sin probar su producto estrella, un manjar de dioses al que los restaurantes compiten por ofrecer de mil y una maneras. Para ello están clásicos como El Campero (restauranteelcampero.es), con dos soles en la Guía Repsol. Su menú El susurro de los atunes (145 €) es una declaración de intenciones: aquí solo se sirve atún rojo salvaje de almadraba.
La Taberna TrasteO (trasteozahara.es), La Fresquita de Perea (lafresquitadeperea.com) y Casa Juanito (casajuanito.com) son también templos de este y otros muchos productos del mar, como lo son, además, las terrazas de las tres calles más concurridas: Real, Pérez Galdós y Duquesa de Medina Sidonia. Otra cosa es encontrar sitio libre…
Sentarse en una terraza a cualquier hora del día
Pero no hay verano sin terraza y de eso anda más que sobrada esta localidad. Da igual el momento del día porque siempre habrá ocasión de sentarse a ver la vida pasar. Por ejemplo, a primera hora de la mañana, donde lo suyo es desayunar en el Café Bar El Portón (María Luisa, 21), con su patio sombreado y cuajado de macetas.
Para una cerveza fresquita al mediodía o un trago mientras cae el sol, una buena opción es 5 Océanos (5oceanoszahara.com), en la urbanización Bahía de la Plata, un bar, restaurante y club de playa emplazado mirando al mar en la misma arena de Atlanterra.
Y para cerrar la noche a golpe de ricos cócteles, hay que apuntar El último gato (Alcalde José Ruiz Cana, 11), cuyo nombre no podía ser más apropiado. O el Sky Bar Zahara, en el hotel Zahara Beach (hotelzaharabeach.com).
Ir de tiendas con estilo
Basta un simple paseo por el laberinto de calles encaladas para constatar que Zahara también es un buen lugar para rendirse al arte de las compras. Pequeñas boutiques, tiendas estilosas y locales originales conforman un tentador universo de caprichos. Ninguno como las magníficas piezas de arte de Neila Pascual (neilapascual.com), donde adquirir obras originales y láminas sueltas o enmarcadas con su personalísimo estilo. Creaciones que reflejan el mar con todos sus matices y variantes o que trasmiten la fuerza del flamenco siempre en potentes acuarelas de contagiosa alegría.
Color también encontramos justo al lado, en La + Chula (María Luisa, 9) a cargo de vestidos traídos de la India con interesantes estampados. Y prendas exquisitas de moda y complementos hallamos en No Ni Ná (no-ni-na.com), la tienda que abrió hace unos años la humorista Paz Padilla junto a su hija Anna Ferrer en el pueblo en el que suelen pasar buena parte del año.