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Peregrinos pasando por San Pedro de la Rúa, Estella, Navarra© Néstor MN - stock.adobe.com

Los 10 pueblos más encantadores del Camino de Santiago para descubrir este verano

Cada etapa es una sorpresa, cada parada, una historia que contar. Si eres de los que se preparan para seguir una de las rutas más famosas del mundo, estas paradas te van a alegrar el trayecto.


28 de mayo de 2025 - 7:45 CEST

El Camino de Santiago está lleno de monumentos y joyas salpicadas a lo largo de los cientos de pueblos y ciudades por los que pasa. Muchos se encuentran en las grandes ciudades –Pamplona, Logroño, Burgos, León y Santiago–, pero la mayoría están en pequeños pueblos o aldeas que han crecido al ritmo de la ruta jacobea. Son los llamados pueblos-camino, y tienen algo especial: una calle principal alargada alrededor de la cual se fueron levantando iglesias, hospitales y refugios para los peregrinos. Además, son un variado muestrario de arquitectura rural donde conviven desde caseríos aislados hasta hórreos, casas con entramados de madera o pallozas con orígenes prehistóricos. Prepárate para descubrir mucho más que paisajes en el camino.

roncesvalles navarra© Shutterstock

RONCESVALLES

Tras dejar atrás Saint-Jean-Pied-de-Port (Francia), el Camino de Santiago entra en la península y tiene la primera parada en este pueblo navarro, a 25 kilómetros de distancia, que lleva dando la bienvenida al peregrino desde el siglo XIII: «La puerta se abre a todos, enfermos y sanos. Así a los católicos, como a los paganos, a judíos, herejes, ociosos y vanos». Dos son sus joyas arquitectónicas: la Real Colegiata de Nuestra Señora, un elegante templo considerado el primer edificio gótico de España –en cuyo interior no hay que perderse el ajedrez de Carlomagno–, y la capilla del Sancti Spiritus, la construcción más antigua de la localidad.

puente la reina gedm2b© Cordon Press

PUENTE LA REINA

A una veintena de kilómetros de la capital navarra, en el cruce del Camino aragonés y navarro, está Puente la Reina, donde el trasiego de conchas, báculos y peregrinos anima sus calles medievales empedradas. Casi sin querer estarás ante una de las imágenes más bellas de la ruta: el soberbio puente de estilo románico que da nombre al pueblo y data del siglo XI.

Puente de Estella en el Camino Francés de Santiago, Navarra© lunamarina - stock.adobe.com

ESTELLA

El tramo navarro de la ruta jacobea tiene otra parada importante que no hay que perderse: Estella. El camino desde Puente la Reina hasta esta villa sigue justo al lado de la antigua calzada romana que unía los dos pueblos. Al llegar a este burgo medieval, que nació y creció gracias al Camino, lo primero que tienes que ver es su famoso puente románico de un solo arco. El casco antiguo está muy bien conservado y gira alrededor de la calle San Nicolás, que desde siempre ha sido conocida como la ruta de las tiendas. Hoy en día, vale la pena dejarse caer por la calle de Curtidores para curiosear. De su riqueza arquitectónica hablan sus numerosas iglesias, sobre todo la del Santo Sepulcro, que fue el primer templo de peregrinos de Estella. También tienes que ver el palacio de los Reyes de Navarra, que data del siglo XII y es el único edificio civil románico que queda en Navarra. Y no muy lejos está otra joya románica impresionante: la iglesia de San Pedro de la Rúa.

Santo Domingo de la Calzada, La Rioja, Camino de Santiago

SANTO DOMINGO DE LA CALZADA

La plaza Mayor es el corazón medieval de este pueblo riojano, la última parada del Camino de Santiago en La Rioja antes de cruzar a tierras palentinas. Aunque es tranquilo, tiene mucho por descubrir callejeando. Pero si hay un sitio al que todo el mundo va, es la catedral de San Salvador. Los peregrinos se acercan a rezar y a ver, bajo su precioso templete gótico, el lugar donde descansan los restos de Santo Domingo. Y los curiosos… bueno, van a ver al famoso gallo y la gallina que viven dentro, protagonistas de una leyenda que cuenta que uno de ellos cantó ¡después de haber sido asado! ¿Y qué más se puede hacer por aquí? Pasear por la calle Mayor, pasarse por la plaza del Santo (donde el antiguo hospital de peregrinos ahora es un Parador) o visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Plaza. También se pueden ver los restos de la muralla que, en su día, rodeaba todo el pueblo.

 

Iglesias de San Masrtín de Tours en Fromista, Palencia, en el Camino de Santiago francés© Eco-Hotel Doña Mayor

FRÓMISTA

Palencia es la provincia con mayor riqueza en arte románico de toda Europa. Desde grandes iglesias parroquiales hasta humildes ermitas rurales, hay cientos de monumentos de este estilo que marcó la arquitectura religiosa de la Edad Media y que hacen de Palencia un auténtico museo al aire libre. Una de las joyas del románico se encuentra en Frómista: la iglesia de San Martín de Tours. Es una parada obligada para peregrinos y para quienes disfrutan del arte y la historia. Construida en el siglo XI, sorprende con sus más de 300 canecillos tallados. También merece la pena visitar la iglesia de San Pedro, donde se encuentra el Museo de Arte Sacro, y la iglesia de Santa María del Castillo, que acoge una exposición audiovisual sobre las leyendas del Camino de Santiago. Y a las afueras del pueblo está la cuádruple esclusa del Canal de Castilla. Desde allí puedes subir al barco Juan de Homar y dar un paseo por el único tramo navegable del Camino Francés.

 

Castillo de Castrojeriz, Burgos© KarSol / Alamy Stock Photo

CASTROJERIZ

A solo media hora de la capital, Castrojeriz es una de las paradas clave del Camino de Santiago a su paso por Burgos. Una larguísima calle, de más de dos kilómetros, recorre el pueblo de punta a punta. A lo largo de ella se levantan templos enormes que hablan de la importancia de este lugar en la ruta jacobea, de hecho llegó a tener 7 hospitales, entre ellos uno de los más famosos de toda Europa, el de San Antón, a 3 kilómetros antes de la localidad. Otros imprescindibles: pasear por la plaza Mayor porticada; visitar la excolegiata de Santa María del Manzano y el Museo de Arte Sacro con tallas medievales de su interior, descubrir el bello claustro de la iglesia de San Juan; visitar la iglesia de Santo Domingo, que acoge la oficina de turismo y el Centro de Interpretación del Camino de Santiago, y admirar las vistas desde el castillo.

castrillo de los polvazares leon© Shutterstock

CASTRILLO DE LOS POLVAZARES

A pocos kilómetros de Astorga, el Camino de Santiago pasa por el pueblo más auténtico de la Maragatería, con su empedrada calle Mayor y sus casas arrieras de intenso color rojo a los lados, el mejor muestrario del conjunto histórico. Muchos otros peregrinos, pero gastronómicos, llegan hasta aquí para degustar el más genuino de los platos autóctonos, el cocido maragato, que sirven en todos sus restaurantes y luego siguen la ruta por otros pueblos del entorno: Santa Colomba de Somoza, Quintanilla de Somoza, Val de San Lorenzo o Santiago.

Villafranca del Bierzo, León

VILLAFRANCA DEL BIERZO

Otra de las paradas del Camino de Santiago que en tiempos de los romanos tuvo gran importancia gracias a las explotaciones de oro de las cercanas Médulas, pero que el paso de los peregrinos la fue dotando siglos después de un rico patrimonio de iglesias, conventos y monasterios por el que se ha ganado su sobrenombre de "La Pequeña Compostela". La colegiata de Santa María, el jardín de la Alameda y un casco histórico con palacios y casonas, la bonita plaza mayor, el castillo y el puente medieval dan para un entretenido paseo.

Peregrino entrando en la iglesia Santa Maria, O Cebreiro, Lugo© Alamy Stock Photo

O CEBREIRO

Desde hace siglos, los peregrinos del Camino Francés de Santiago hacen parada obligatoria en este pueblo de los Ancares lucenses, puerta de entrada a Galicia y lugar de descanso tras el fatigoso esfuerzo de atravesar el monte. Una aldea auténtica con calles y casas de piedra, que conserva aún en pie muchas de sus antiguas pallozas. Auténtico también es su queixo, con denominación de origen, peculiar por su sabor y su forma de hongo, que podemos comprar en la quesería Castelo de Brañas (queixoscastelo.com) de Pedrafita do Cebreiro, una pequeña empresa familiar que ha obtenido numerosos reconocimientos por su buen hacer.

Peregrina en Portomarín, Lugo, Galicia© Alamy Stock Photo

PORTOMARÍN

Con la meta cada vez más cerca, este pueblo de Lugo es una de esas paradas que no se olvidan en el Camino de Santiago, pues para entrar en él hay que cruzar su famoso puente. Lo curioso es que el Portomarín original está bajo las aguas del embalse de Belesar. Pero los vecinos no se dieron por vencidos y reconstruyeron el pueblo piedra a piedra en lo alto, llevándose con ellos sus monumentos más importantes. Hoy se pueden ver, tal cual, iglesias como la de San Xoán, San Pedro o San Nicolás, y también pazos como el del Conde da Maza. No te vayas sin subir la escalinata de piedra que lleva a la capilla de las Nieves (ideal para una foto), ni sin acercarte al castro de Castromaior, uno de los más grandes y mejor conservados de Galicia. ¡Vale la pena!

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