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Está claro que uno de los primeros pasos para ahorrar es recortar en cenas fuera y salidas nocturnas. Pero cuando viajamos, las reglas cambian: los caprichos duelen menos, el reloj corre más rápido y cada minuto cuenta. Disfrutar sin gastar es difícil, pero hacerlo sin que el presupuesto se dispare es más que posible si eliges bien tu destino.
Se puede viajar, bailar y brindar sin vaciar la cuenta. Lo único que necesitas es un vuelo barato, ganas de pasarlo bien, y conocer los nombres de las ciudades que cuentan con más ambiente y ofertas. Para ello, la compañía de viajes low cost Ryanair, ha identificado los destinos más baratos de Europa para salir de fiesta sin remordimientos. Desde mercadillos nocturnos hasta clubes subterráneos, hay ciudades donde la diversión se alarga hasta el amanecer sin que el bolsillo apenas lo note.
Más aún con la llegada de las estaciones más cálidas, cuando muchos viajeros prefieren descubrir las ciudades cuando cae el sol. Ya sea asistiendo a festivales, recorriendo bares escondidos, bailando al aire libre, o simplemente mezclándose con la vida nocturna local. De hecho, no parece casualidad que el gig tripping—o turismo musical—se haya consolidado como una de las grandes tendencias de viaje de este año, según Skyscanner. Por todo ello, aquí te contamos qué ciudades están en alza y destacan por sus precios según la compañía de viajes, cuándo visitarlas y qué ver durante el día… si te queda energía, claro.
© Getty ImagesVarsovia, Polonia
Aunque no sea la primera ciudad que viene a la mente al pensar en fiesta, Varsovia está ganando terreno como capital alternativa de la noche europea. Su sistema de transporte público económico y una gastronomía sorprendente (y muy barata) por su relación calidad-precio hacen que todo fluya.
Uno de los eventos que mantiene la ciudad viva es el Nocny Market, un mercado nocturno con comida callejera, artesanía local y música en directo. La mejor época para ir es entre mayo y septiembre, cuando las temperaturas permiten disfrutar también de las terrazas al aire libre. Además, más allá de sus noches, durante el día ofrece multitud de actividades y visitas que hacer. Puedes explorar el Castillo Real, el alternativo barrio de Praga (sí, el de Varsovia), y pasear por la Ciudad Vieja reconstruida con un detalle impresionante.
© Getty ImagesRiga, Letonia
Riga se transforma completamente cuando cae el sol. Su casco antiguo concentra bares, discotecas y pubs, muchos de ellos con entrada gratuita, por lo que no hace falta gastar demasiado para pasarlo bien. La cercanía entre los locales permite recorrer varios en una sola noche, sin taxis ni complicaciones.
En verano, la ciudad cobra aún más vida con eventos al aire libre y conciertos improvisados. Por el día, vale la pena descubrir su arquitectura art nouveau, el mercado central y subir al campanario de San Pedro para disfrutar de las vistas. Allí todo parece un cuento.
© Getty ImagesBudapest, Hungría
Budapest lo tiene todo: precios bajos, espacios únicos y una energía nocturna difícil de igualar. Las fiestas en el río Danubio a bordo de barcos discoteca ofrecen una perspectiva única de la ciudad iluminada, mientras que los ruin bars como Szimpla Kert mezclan historia, arte y música en antiguos edificios abandonados.
Ideal para visitar en primavera u otoño, cuando el clima es agradable y hay menos turistas. Eso sí, vayas en la temporada que vayas, hay experiencias que hay que vivir sí o sí: durante el día, relájate en las termas de Széchenyi, pasea por el Barrio del Castillo, o visita el Parlamento, uno de los más bonitos de Europa.
© Getty ImagesPraga, República Checa
Praga es una joya para el viajero fiestero con presupuesto limitado. Cerveza barata, bares tradicionales y clubes modernos conviven en un ambiente ecléctico que es, sin duda alguna, uno de los más cautivadores del continente. Además, la ciudad celebra numerosos eventos con los que gana vida, como el Czech Beer Festival, uno de los mayores de Europa, hacen que su vida nocturna sea aún más irresistible.
Puedes visitarla en cualquier estación, aunque en primavera y otoño hay más ambiente local. De día, piérdete en el barrio judío, sube al castillo o simplemente contempla el amanecer desde el icónico Puente de Carlos tras una noche intensa. El esfuerzo merecerá la pena.
© Getty ImagesLagos, Portugal
Conocida por sus playas, la región de Lagos, en el Algarve, también es un paraíso de fiesta. Desde reuniones musicales en barco, bares con happy hours interminables hasta esos locales sin código de vestimenta donde puedes ir directamente tras pasar por la playa. Todos sus atributos la convierten en una opción divertida y sin pretensiones.
Claro está que, tal y como pasa en todo el sur de Portugal, la temporada estival es la estrella. Los meses de calor (preferiblemente los que se acercan al verano, no los de temporada alta) son los más recomendados, ya que durante el día, permiten explorar cuevas marinas en kayak, relajarse en playas preciosas como la de Doña Ana, o recargar pilas para una noche que seguro se alargará. Eso sí, ten claro que allí los pubs crawls y fiestas en hostales son el pan de cada día para mochileros y jóvenes viajeros.
© Getty ImagesSt. Julian's, Malta
Saint Julian’s es la capital del desenfreno en Malta, y el barrio de Paceville lo concentra todo: discotecas, karaokes, bares temáticos y hasta casinos, todo a pocos pasos. Su fama bien define lo que cualquier visitante se encuentra al aterrizar allí.
Gracias a su clima mediterráneo, es un destino para todo el año. En verano, la ciudad se llena de estudiantes de intercambio y viajeros de todo el mundo. De día, puedes visitar las playas cercanas, recorrer La Valeta o nadar en las aguas cristalinas del Blue Lagoon.
© Getty ImagesTallin, Estonia
Tallin no solo es bonita y barata, también sabe cómo montar una buena fiesta. Desde clubes de jazz hasta bares góticos en sótanos del casco antiguo (pregunta recomendaciones locales), aquí la noche se vive de forma muy personal y sin etiquetas.
Durante el invierno, la ciudad adquiere un aire mágico que potencia sus pubs cálidos y acogedores. Por el día, no te pierdas su casco medieval perfectamente conservado, el mirador de Toompea y su animado mercado de productos locales. Por la noche, déjate llevar, investiga sus callejones y guíate siempre por lo que te cuenten sus lugareños. Hay muchos locales secretos que solo ellos conocen.
© Getty ImagesMúnich, Alemania
Aunque mundialmente famosa por el Oktoberfest, Múnich tiene mucho más que ofrecer en materia de vida nocturna. Aunque su ambiente es completamente diferente al de su competidora, Berlín, allí conviven microcervecerías locales, bares en azoteas y clubes alternativos donde bailar hasta que salga el sol sin gastar demasiado.
La mejor época para visitarla es primavera, pero también merece la pena conocerla a propósito del Frühlingsfest, una especie de Oktoberfest menos turística y más local. No defrauda: cuenta con atractivos como el Jardín Inglés, museos de arte y restaurantes y bares estilo biergarten tradicional donde comer por menos de lo que imaginas.
© Getty ImagesAtenas, Grecia
Atenas mezcla historia y ocio como pocas ciudades. Ya sea en una terraza con vistas al Partenón, de cócteles por el barrio de Exarchia, en alguna terraza de Pangrati al atardecer, o en una rave en la playa; su oferta nocturna es variada y muy asequible. Muchos locales no cierran hasta después del amanecer, y los precios son amigables con el bolsillo.
En primavera y otoño, las temperaturas suaves permiten recorrerla cómodamente. Aunque después de una noche fuera resulte costoso, no pueden escaparse ciertas visitas durante e día: la Acrópolis, el Ágora o el Museo Arqueológico Nacional antes de sumarte a la fiesta. Si tienes tiempo, de hecho, puedes investigar Gazi, Psiri o Monastiraki y alargar la noche en sus bares. Cada uno de ellos cuenta con una esencia diferente.
© Getty ImagesPalma de Mallorca, España
Hay vida más allá de Magaluf y el puerto (aunque sí, probablemente son las zonas más baratas por sus ofertas de 2x). Palma de Mallorca es conocida por tratarse de un destino polémico en cuanto a fiesta, sin embargo, cuenta con una cara B muy distinta. Más allá de su clima envidiable, también presenta zonas como Santa Catalina o El Terreno que concentran bares con personalidad y clubs sorprendentes con precios más bajos de los que uno espera encontrar en una isla tan turística.
En verano, la fiesta es continua, pero en cualquier momento del año puedes disfrutar de su vida nocturna. Durante el día, alquila una moto para recorrer calas escondidas, visita la Catedral o degusta tapas en el casco antiguo antes de lanzarte a bailar sin descanso. Un plus: visitar el resto de su costa, pero también la Tramuntana en una excursión en moto. Toda una obra de arte.
