Pasarelas de Montfalcó, un desafío a la naturaleza en Huesca

Tras meses cerradas por reforma han vuelto a abrir esta camino de tablas que va zigzagueando por los cortados calizos de hasta 500 metros que bordean del río Noguera Ribagorzana. ¿Quién se atreve a trepar por ellas?

Por Andrés Campos

¿DÓNDE ESTÁN LAS PASARELAS?

La ruta de las pasarelas nace en Montfalcó, un pueblo abandonado hace medio siglo. Allí encontramos este camino de madera anclado en los inmensos paredones anaranjados que rodean al embalse de Canelles. Han estado cerradas durante casi un año, desde agosto de 2022, cuando se inció la obra para sustiruir las antiguas pasarelas de madera por unas nuevas de escalones más anchos y para la renovación del puente colgante que une Aragón y Cataluña sobre el río Noguera Ribagorzana. 

Montfalcó está a 119 kilómetros al este de Huesca donde nos dirigiremos hacia Viacamp. Desde aquí se sigue una pista sin asfaltar, apta para todo tipo de vehículos, que conduce en 15 kilómetros hasta Montfalcó.

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¿CUÁNDO ES EL MEJOR MOMENTO PARA RECORRERLAS?

Todo el año puede caminarse por las pasarelas de Montfalcó. Dependiendo de lo que busque cada uno, la primevera y el verano ofrecen buenas temperaturas para practicar deportes acuáticos en la zona. Si lo que se prefiere es que haya menos gente, quizás el otoño se la mejor estación. Avanzando por el camino de madera a pie uno se siente solo, lejano y diminuto.

LA RUTA POR LAS PASARELAS

Se hace por un sendero bien señalizado, seguro y espectacular a más no poder, con letreros, postes y paneles informativos (tras la reforma se ha mejorado aún más la señalización y cartelería) que comienza descendiendo hacia la cola de embalse a través de un bosque de pinos laricios, encinas, arces y enebros. Aunque no veamos ningún animalito, los paneles avisan de la presencia de jabalíes, zorros, buitres y quebrantahuesos, el ave más emblemática y amenazada del Pirineo.

En un cuarto de hora, se pasa junto a la fuente de Montfalcó, donde hay un antiguo lavadero y un par mesas para comer cómodamente a la vuelta. Enseguida se rebasan unas ruinas devoradas por la hiedra: es el Corral de las Viñas, testigo de los días en que en estas soledades había corrales y viñedos. Poco después, la ladera rocosa se torna una pared vertical, desnuda de vegetación, que obliga al sendero a trepar o a morir en las aguas del embalse.

 

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En este punto arranca la primera pasarela, sin duda el tramo más vistoso del recorrido, pues es un camino aéreo de tablas con varios recodos escalonados. En solo 82 metros gana 33 de altura (como un edificio de nueve plantas), permitiendo contemplar el embalse y los cortados calizos que lo rodean a vista de pájaro.

Despacito, por precaución y porque el camino es una constante invitación al selfie, se llega a otra pasarela más larga y aérea, la cual gana 50 metros de altura en un vertiginoso zigzag con seis recodos, llenando de zetas el paredón.

Sin más pasarelas, bajando ya por sendero pedregoso, se llega al congosto del Siegué, donde un puente colgante salva los 35 metros que separan ambas orillas del embalse, la de Huesca y la de Lleida, la aragonesa y la catalana. Aquí se presentan tres interesantes opciones: una, volver por donde se ha venido, completando una sencilla excursión de 7 kilómetros y 3 horas (incluida la vuelta); dos, cruzar el puente y seguir caminando hacia el norte por el desfiladero de Mont-rebei, que es uno de los cañones más alucinantes de España; y tres, dar por concluido el paseo y regresar en catamarán desde el embarcadero que hay junto al puente.

CONTINUAMOS HACIA EL DESFILADERO DE MONT-REBEI

Para los que quieran prolongar la ruta de las pasarelas pueden hacerlo avanzando hacia el desfiladero de Mont-rebei, entre gigantescas paredes que casi se tocan. Un camino histórico ‘esculpido’ en la roca de la orilla leridana conduce sin pérdida ni peligro hasta el aparcamiento de la Masieta. Desde Montfalcó, es una travesía de 8,43 kilómetros y tres horas de duración, bastante cómoda porque se baja más (520 metros) que se sube (320) y porque existe también la posibilidad de regresar en catamarán (montrebeiexplora.com), pagando 20 euros.

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¿DÓNDE DORMIR?

En el Albergue de Montfalcó (alberguemontfalco.com), la antigua y rehabilitada Casa Batlle forma parte de la red de refugios de la Federación Aragonesa de Montañismo y es el punto de partida de la ruta de las Pasarelas. Tiene habitaciones dobles, cuádruples y compartidas. Se ofrecen desayunos y comidas, además de alquiler de kayaks, actividades con guía (escalada, vías ferratas, senderismo, 4x4…) y servicio de transfer para quien desee hacer la ruta de las Pasarelas en un solo sentido.

Y PARA COMER

A unos 23 kilómetros de Montfalcó, en Benabarre, Mars (marsbenabarre.es) ofrece ternasco aragonés, canelones de pularda y hojaldre de foie. Tres apuestas seguras en este establecimiento situado en el hotel Casa Carmen.