La ría de Muros-Noia que hemos descubierto con una joven pescadora e influencer

María Maceias faena a diario en esta ría gallega y conciencia de cuidar el mar a través de sus vídeos en TikTok

Por ESPERANZA MORENO

El día a día de María Maceiras poco tiene que ver con el de una chica de su edad. Ella se levanta sin pereza a las cinco de la mañana, se pone su indumentaria de pescadora y desde que sale del puerto en el barco «voy cantando. Soy feliz en el mar». Así nos lo cuenta esta joven marinera e influencer de solo 23 años de la ría de Muros cuyos vídeos en tik tok promoviendo el respeto al mar y concienciando de la importancia de la pesca sostenible no solo le han valido miles de likes en su cuenta (@mariabadernado), también el Premio Nacional de Gastronomía Talento Joven.

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La pasión de María por el mar le viene de cuna, «mis padres son pescadores, pero yo nunca me lo había planteado como profesión, de hecho estudié para atender a personas con dependencia». Nos dice que fue su pareja quien la animó a sacarse los cursos y acompañarle en la faena cuando él se compró su primer barco, tras unos años trabajando con los padres de ella. La joven probó y se quedó y recuerda cómo lloraba cuando supo que esto era a lo que se quería dedicar. De esto han pasado tres años y lo que empezó siendo un trabajo anónimo en la ría gallega de Muros-Noia, donde vive, ha alcanzado una gran repercusión.

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María y su pareja están estos días dando los últimos retoques a su nuevo barco, que es de fibra y herederá el nombre del anterior de madera, ´Para los tres’, porque les gusta que se les reconozca cuando van por la ría y dice que entre los pescadores «si le pones uno nuevo da mala suerte».

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Para la joven, «la ría de Muros-Noia tiene una riqueza de marisco maravillosa, pero es que, además, tenemos unas playas estupendas. Levantarme y oler a mar ya es lo mejor del mundo. Siento una libertad y una tranquilidad aquí que no tengo en otros sitios, lo echaba mucho de menos cuando estudiaba fuera». Su conocimiento en estos años lo transmite cuando habla de los distintas artes de pesca, «de septiembre a enero vamos a la almeja y al berberecho, que tiene una calidad inmejorable y está buenísimo. Ahora estamos en el momento del chopo, la centolla y al bogavante». Y alaba el producto de esta ría «nuestras almejas saben de verdad a mar».

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La fama de María Maceira como influencer comenzó sin proponérselo. Ella lo había mamado desde siempre, pero «no es lo mismo trabajar en él todos los días, cogiendo marisco, poniendo atención en las tallas mínimas, en el cuidado con las huevas… Cuando empecé a grabar no lo hacía para que reconocieran lo que hago sino para compartirlo con mis compañeros marineros y contar lo que me pasaba. Un día mi pareja subió un vídeo a Tik Tok y al día siguiente tenía 80.000 reproducciones. Yo no me lo podía creer».

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Rogelio Santos, marinero de Porto do Son y conocido en las redes por sus mensajes que conciencian de la importancia de cuidar el mar, difundió el vídeo de María y este llegó a Javier Olleros, dueño del restaurante Culler de Pau de O Grove, quien la propuso al Premio Nacional de Gastronomía Jóvenes Talentos. «Cuando fui a recogerlo a San Sebastián y vi a tanta gente importante, cocineros con muchas estrellas Michelin, sumillers de prestigio…, pensaba y qué hago yo aquí, si solo soy una marinera en que cuento mi día a día, pero vi que le daban un valor a mi trabajo que me hizo sentirme muy feliz».    

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«También tuvo mucha repercusión uno que subí coincidiendo con el Día de la Mujer en el que comentaba las dificultades que tenemos las pescadoras.» En Muros, dice, no hay ninguna mujer que se dedique a las redes y a las nasas, aunque sí muchas al marisqueo, y menciona a María Fontán, que además de marisquera de O Grove, también ha hecho viral este arte en las redes.

Cuando empezó a subir vídeos, a la joven marinera le extrañaba que cuestiones básicas sobre la pesca sostenible de las que hablaba, como la cantidad de marisco que se devuelve al mar después de pescarlo porque no da la talla, no las conociera todo el mundo. Por eso, se siente orgullosa de enseñar su trabajo y «poner en valor el producto que tenemos en la ría».