Viajar sola

Pierde el miedo al 'couchSurfing': consejos para viajar y dormir gratis siendo mujer

Cada vez son más las mujeres que viajan solas y también cada vez más las que se apuntan a dormir en este tipo de alojamiento. Si eres de las que todavía no se atreven, sigue estos consejos y comienza a ahorrar dinero.

Por Paula Martíns

Que viajar es un placer es, para muchos, un hecho indiscutible. Más aún desde que viéramos frenada nuestra posibilidad de hacerlo cuando la pandemia de la Covid-19 llegó a nuestras vidas y nos impidió coger, casi, ningún medio de transporte durante una larga temporada. A partir de entonces, cuando se frenó el estado de alarma y los medios de transporte comenzaron a abrir la reserva de sus billetes de nuevo, fuimos muchas las personas que comenzamos a valorar y a disfrutar de nuestras escapadas como nunca antes lo habíamos hecho; pero incluso fuimos muchas también las que nos aventuramos a hacerlo en solitario. Y es que los beneficios de conocer un destino (o de repetir alguno en el que ya hemos estado) son tantos que poca duda cabe en afirmar que la experiencia es recomendable: conoces nuevas culturas, te dejas maravillar por otra arquitectura, entras en contacto con nuevas tradiciones locales, pruebas una gastronomía auténtica y desconocida, pulsas el off de tu rutina o, simplemente, tomas un descanso y vuelves a conectar y a descubrirte a ti misma. Y aunque pudiera parecer atrevido, lo cierto es que además los datos son cada vez más positivos, ya que, si bien los viajes en solitario se han cuadruplicado desde 2020, el número de mujeres que se atreven a viajar solas y a disfrutar de unos días en solitario no hace más que aumentar, también, sus cifras.

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-'Así ha mejorado mi vida trabajando como nómada digital'

Si hace unas décadas esto pudiera parecer atrevido y siempre era el hombre el que acompañaba a una mujer, en esta última década se han disparado los viajes en los que las mujeres cogen una mochila o una maleta, se suben a un medio de transporte y disfrutan, por cuenta propia, de unos días fuera de su ciudad de residencia por placer o de una temporada como nómadas digitales. Muchas de las que lo hemos hecho siempre hemos optado por recomendaciones de amigos, alojamientos de lujo y localizaciones céntricas en las zonas consideradas más seguras de cada ciudad, pero este ideal viajero parece estar cada día más difuminado y, en un momento en el que la inflación no hace más que aumentar los precios de todo lo que nos rodea, el couchsurfing se impone como uno de los métodos más ideales y seguros para viajar sin apenas gastar dinero.

Por si no sabes lo que estamos hablando: el couchsurfing es una tipología de alojamiento gratuito en el que un huésped te ofrece un espacio en su casa para que puedas moverte alrededor del mundo. Puede ser desde una cama en una habitación privada hasta un sofá en su salón. Se trata de un método que no hace más que ganar popularidad entre millennials y entre la generación Z que, además, cuenta con muchos beneficios que lo convierten en una opción atractiva, más allá de su coste cero.

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El 'couchsurfing': viaja más (por mucho menos)

Existe una aplicación oficial de couchsurfing, lo que garantiza que esté regulado y que puedas leer comentarios de otras personas que se han hospedado en esa estancia. En los diferentes perfiles encontrarás fotografías, información sobre intereses y gustos, la procedencia del anfitrión y, en algunos casos, tan solo la posibilidad de pasar un rato con alguno de los usuarios locales para que te enseña la ciudad o para hacer algún otro plan. Normalmente a cualquiera de los huéspedes que te alojan les gusta pasar tiempo contigo, pero si eres de los que tan solo quieren un espacio en el que dormir puedes especificarlo y buscar casas con descripciones en las que se plantee la misma situación.

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Ahora bien, ¿es el couchsurfing una forma de viajar segura para las mujeres? Claro está que ni para hombres ni para mujeres existe una respuesta 100% fiable, al igual que podría suceder con cualquier otra tipología de alojamiento; como un Airbnb, un hostal compartido o un apartamento vacacional. Sin embargo, la situación con respecto a hace años ha cambiado y viajar siendo mujer es cada vez más una alternativa más tranquila.

Hay consejos previos que puedes seguir, como quedar primero con el anfitrión y ver si hay feeling, leer todas las opiniones y recomendaciones de la web, mantener tu ubicación actual activada por algún grupo de WhatsApp durante las primeras horas, moverte solamente de día y por calles transitadas, o buscar un país que destaque por ser uno de los más calmados del planeta. No obstante, y aunque la realidad no siempre es como nos gustaría que fuera y nos encontramos en un sistema en el que desafortundamente tenemos el miedo instalado en nuestro día a día, es hora de lanzarse a la aventura y comenzar a perder este estigma. Te puedes quedar a dormir en casa de familias o de personas de diferentes géneros y que no pase absolutamente nada malo. De hecho, lo común es que se traten de huéspedes que te sorprendan por su amabilidad, generosidad y empatía.

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Nomad Sisters: una comunidad de 'couchsurfing' de mujeres

Si aún así quieres ahorrarte el alojamiento y conocer desde dentro la cultura y la lengua local, pero no te atreves a hacer couchsurfing, puede que en cambio te sientas más segura si te apuntas a una plataforma dirigida y pensada por y para mujeres, como Nomad Sister. Se trata de otra tipología de una reinterpretación del couchsurfing original. Es una plataforma en la que diferentes mujeres ofrecen y/o buscan alojamientos en diferentes destinos a cambio de alguna experiencia. Así lo definen en la propia plataforma de la compañía: "Nuestra comunidad está basada en la solidaridad, todo el mundo tiene algo que aportar: un talento, una historia, un cacho de su vida. Hay una real noción de conexión humana: nuestras viajeras tienen el sentimiento de dar una visita a una amiga que todavía no han conocido".

En Nomad Sister no siempre viven solamente mujeres, pero sí que existen unos parámetros que ayudan a que la protección sea mayor y a minimizar  los riesgos a los estamos amenazadas en nuestro día a día. Por ello, esta plataforma cuenta también con estancias que pueden ser pisos compartidos o familias que hayan pasado la doble verificación de cada perfil que realiza el servicio informático de la compañía. Además, la compañía también verifica continuamente cada uno de los perfiles.

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La diferencia que existe entre la página oficial de couchsurfing y esta de Nomad Sister es que, esta segunda, cuenta con una tarifa anual que va desde los 39 a los 119 euros al año, según la cantidad de viajes que tengas pensado realizar y tu edad. No obstante, si eres de las más viajeras puede resultar una opción mucho más que rentable. Y si no, siempre puedes apostar también por el couchsurfing tradicional siguiendo los consejos que citamos antes. Puede que este sea el año definitivo para que, no solo tu bolsillo pese más, sino también deshacerse de los miedos y comenzar a ser una trotamundos.