GUÍA 48 HORAS

Dos días en Almería sin dejar de tapear

Un día de cine, recordando las más de 300 películas que se han rodado en Almería, y otro día con John Lennon, que también vino para actuar en una, y compuso aquí una de sus canciones más famosas. Para tomar a media mañana, para comer, para cenar y casi para merendar, tapas, tapas y más tapas.

Por Andrés Campos

DÍA 1

Desayunaremos de cine en La Dulce Alianza (ladulcealianza.com). Esta confitería situada en el Paseo de Almería, abrió en 1888 y por ella han pasado muchos de los famosos que vinieron a rodar películas a Almería: Marlon Brando, Claudia Cardinale, Jane Fonda… Dicen que Clint Eastwood encargaba las barras de moca por docenas. Calle abajo, junto al Teatro Cervantes, se encuentra el Paseo de la Fama de Almería, en el que han descubierto personalmente sus estrellas Omar Sharif, Max von Sidow, Terry Gilliam, Ridley Scott y Arnold Schwarzenegger, entre otros. Luego podemos visitar la catedral y su claustro renacentista, asombrado por palmeras. La plaza de la Catedral (lo recuerda un cartel) fue uno de los escenarios de la película Patton (1969).

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Más cine: el Cortijo Romero, un palacete de las afueras donde se hospedaron Peter O’Toole y Alec Guinness durante el rodaje de Lawrence de Arabia (1962), alberga ahora el museo Casa del Cine (Romero, 1; tel. 950 21 00 30), dedicado a las más de 300 películas que han utilizado Almería como escenario. Hay una espada de Conan firmada por Schwarzenegger, un croma para retratarse junto a Indiana Jones, atrezo y un audiovisual en 3D. Lo más llamativo de la casa es la habitación de John Lennon, que está presidida por una foto a toda pared en la que posa junto al Rolls con aire acondicionado, radioteléfono, televisión y chófer que usaba para ir al set de rodaje de Cómo gané la guerra (1966), de Richard Lester. La primera versión de Strawberry Fields Forever la grabó Lennon en este cortijo, en un magnetofón portátil.

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TARDE

En Almería, el que no come de tapas es raro, porque son grandes, variadas, sabrosas y muy baratas, cuando no gratuitas. En la calle Jovellanos, están dos de las mejores barras: la taberna Nuestra Tierra (tabernanuestratierra.com), que todos los años gana concursos con sus tapas gourmet; y Casa Puga (barcasapuga.es), el bar más antiguo de la ciudad, de 1870, nada menos. Los boquerones en adobo y las gambas en gabardina están deliciosas. El local, siempre lleno, posee, entre otras mil curiosidades, una colección de botellas de brandy de todo el mundo y una barra de mármol de Macael en la que los propios clientes llevan la cuenta con un lápiz.

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Para bajar las tapas, podemos subir paseando a la Alcazaba, que es una de las mayores fortalezas que construyeron los árabes en España, pero parece el jardín de un sultán, con sus fuentecillas, sus canales escalonados y sus paseos bordados de rosales y romero. Desde el adarve se ve la ciudad entera, el puerto y, surcando la bahía, los ferris de Orán, Nador y Melilla. La Alcazaba fue Kabul en Orgullo de estirpe (1970), Marruecos en El viento y el león (1975), un palacio romano en Marco Antonio y Cleopatra (1971) y una ciudad de la Era Hiboria en Conan el Bárbaro (1982). Otro resto importante de la Almería islámica son los Aljibes Árabes de la calle Tenor Iribarne. Bajo estas bóvedas milenarias, donde hace siglos reposaba el agua silenciosa, han actuado Tomatito, José Mercé, Camarón y otras muchas figuras del flamenco invitadas por la peña El Taranto (eltaranto.com), que tiene aquí su sede.

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Aunque no tanta como la alcazaba o los aljibes árabes, también tiene su historia el solomillo al estilo mozárabe de la taberna Entrefinos (entrefinos.es), un platillo creado para conmemorar el milenio del reino de Almería (1014-2014) y que en su día ganó el concurso de tapas más importante de la ciudad. El pollo crocanti también es de premio. Otro sitio curioso para cenar (y para tomar luego una copa) es La Mala (Real, 69), un bar canalla que no deja frío a nadie con sus tapas, sus tortillas y su decoración de calaveras, guitarras eléctricas, pin-ups, imágenes religiosas y estética pulp. En él siempre suena rock and roll.

DÍA 2

Ayer supimos (si no lo sabíamos ya) que John Lennon estuvo en Almería en otoño de 1966. La experiencia mereció la pena para el inglés: se fue con un vistoso color de piel, con las icónicas gafas redondas que usaría en lo sucesivo (las mismas que se había puesto para interpretar al soldado Gripweed) y con una canción autobiográfica, Strawberry Fields Forever, compuesta en la soledad otoñal de la playa de San Miguel.

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Empezaremos el día trotando o pedaleando por el Paseo Marítimo de Almería, mientras el primer sol ilumina la playa donde el beatle evocaba nostálgico, abrazado a la guitarra, el Liverpool de su niñez. A mitad de paseo está el Hostal Delfín Verde (hostaldelfinverde.es), en el que se alojó las primeras semanas. Desayunar en su terraza, recordando a Lennon, es lo segundo que haremos. Luego iremos al centro a ver su estatua de bronce tocando la guitarra en un banco de la plaza Flores. Al lado está la Taberna Nuevo Torreluz (torreluz.com), ideal para tomarse un tentempié: un salmorejo, por ejemplo.

A Lennon seguro que le hubiera gustado el moderno Museo de la Guitarra (Ronda del Beato Diego Ventaja, s/n, tel. 950 27 43 58), donde se puede ver, oír y tocar este instrumento. Es además un homenaje al lutier almeriense Antonio de Torres (1817-1892), que fue el padre de la guitarra contemporánea, lo que Stradivarius al violín.

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TARDE

Tenemos que picotear en la marisquería Baviera (Tenor Iribarne, 10), cuyas especialidades, nada bávaras, son las tapas de quisquillas y de hueva. Pero por donde debemos pasarnos, sí o sí, porque es un lugar excelente y barato, es por El Quinto Toro (Juan Leal, 6), pues, por un precio casi testimonial, nos pondrán una caña y unas papas a lo pobre con huevo frito. Este último bar está al lado del Mercado Central, que es una obra sobresaliente de la arquitectura del hierro, al igual que el Cable Inglés, el viejo cargadero de mineral de la playa de las Almadrabillas.

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Hora de explorar las entrañas de la ciudad y recorrer las escalofriantes galerías, despensas y hospitales que formaron parte de los Refugios de la Guerra Civil (plaza Manuel Pérez García, 1; tel. 950 26 86 96). Si queremos ahondar aún más en la historia de Almería, podemos visitar el Centro de Interpretación Patrimonial (plaza de la Constitución s/n; tel. 671 09 99 81).

Una tarde alternativa, sin visitas ni historias, es relajarse en los Baños Árabes Alhammam Almeraya (almeraya.info). Baños árabes y turcos, sesiones de aromaterapia, masajes…, son lo que se ofrece en estas coquetas instalaciones, llenas de arcos de herradura, farolillos y azulejos artesanales. También hay una tetería en la que, además de lo obvio, se sirven esencias, zumos y batidos naturales, acompañados de repostería morisca.

¿Y para cenar?… Pues más tapas.

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DÓNDE DORMIR

Aire Hotel (airehotelalmeria.com) tiene grandes camas con colchones de fibra de coco y baños árabes. Joseph Fiennes y Tom Felton estuvieron aquí en remojo, desconectando del rodaje de Clavius (2015). Hotel Catedral (hotelcatedral.net), una casona manierista de 1850 rehabilitada y decorada a la última.