LA RIOJA

Río Leza, una belleza de cañón para esta primavera

En el cielo, docenas de buitres. En el suelo, huellas de dinosaurios. A los lados, dos laderas casi verticales de 700 metros. Y alrededor, los pueblos del Camero Viejo, solitarios, de pura piedra y tradición trashumante. Buen lugar para pasear esta primavera admirando el paisaje. O para ir saltando con un neopreno de poza en poza.

Por ANDRÉS CAMPOS

La belleza del río Leza se aprecia muy bien desde la terraza del albergue de Soto de Cameros, a 28 kilómetros de Logroño, mientras se toman unos riojas, pero mejor aún desde el mirador del Torrejón, que está a 2 kilómetros de él, valle abajo. Por el fondo de un sinuoso cañón de 6 kilómetros se retuerce aquí el río, comprimido entre laderas, donde los estratos calizos forman escalones que antaño fueron bancales de cultivo, luego terrazas para repoblar con pinos laricios y ahora son bancos naturales en los que sentarnos a contemplar anonadados el paisaje.

MIRADOR DEL TORREJÓN

Al mirador se puede llegar paseando por un antiguo camino rural, convertido ahora en una preciosa senda panorámica, de 2 kilómetros, llana y bien señalizada, que nace en Soto en Cameros, nada más salir del pueblo hacia Logroño, y que avanza por la arriscada ladera ofreciendo estupendas vistas del valle y del propio Soto, con su vetusto puente del Molino abajo, sobre el río, la iglesia de San Esteban en medio y la ermita de la Virgen del Cortijo en lo más alto. En algo menos de una hora se alcanza el mirador, por despacio que se vaya, incluso con niños. Además, tanto el camino como el mirador disponen, para mayor seguridad, de barandillas de madera.

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Pese a que el sendero es evidente, sin pérdida posible, hay numerosas señales a lo largo del recorrido; y también paneles informativos, como el que habla sobre la geología del cañón, cuyo origen se debe a la erosión fluvial de materiales depositados hace 200 millones de años, en el Jurásico, cuando esto era un delta donde un Leza prehistórico, mucho más caudaloso que el actual, desembocaba, no en el Ebro, sino en el mar de Thetis, y donde en lugar de vacas, pacían los dinosaurios. Los dinosaurios desaparecieron, como se esfumaban cada otoño los ejércitos de merinas trashumantes de los Cameros, pero dejaron estos montes llenos de icnitas, huellas fósiles como las pisadas que pueden verse en los yacimientos Soto 1 y Soto 2, paseando cómodamente desde la mentada ermita. Es una ruta circular de 9,4 kilómetros y 4 horas.

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EL ESPECTÁCULO DE LAS AVES

Sobrevolando el mirador del Torrejón lo que se ven son cientos de buitres leonados, tan cerca que sobran prismáticos y teleobjetivos para admirarlos. O no, porque además de buitres, pululan multitud de otras aves (es zona de especial protección de ellas): alimoches, halcones, búhos reales, cuervos, grajillas, chovas piquirrojas, roqueros solitarios...

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SALTANDO DE POZA EN POZA

Desde el mirador del Torrejón, lo mejor es emprender el regreso por el mismo sendero y, a 500 metros, desviarse a la izquierda por una trocha descendente para completar el recorrido hasta Soto en Cameros por el fondo del barranco. Un letrero de madera indica el desvío. Cuando el río lleva bastante agua, en primavera y otoño, caminar a su lado se complica un poco. Entonces, lo divertido es enfundarse en un neopreno y avanzar saltando de poza en poza, asistidos por alguna de las empresas que hacen barranquismo en la zona, como Rafting Rioja (raftingrioja.com), que organiza descensos por 35 €, que incluyen material, guía y seguro.

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TREVIJANO

Solitario y encantador es este pueblo que cuelga sobre el cañón del río Leza, a 1012 metros de altura. Andando 10 minutos por una senda señalizada desde la ermita del Santo Cristo se llega a su pozo de nieve, de 10 metros de profundidad y 7 de diámetro, donde se almacenaba la nieve en invierno para usarla el resto del año.

PARA DESCANSAR

En Soto en Cameros está Las Huellas de Cameros (tel. 691 58 56 27), el que fuera hospital de San José, del siglo XVIII, es hoy un animado albergue con terraza de verano, actuaciones musicales, actividades deportivas concertadas, tienda de productos típicos (mazapán de Soto, queso de Cameros…), bar y restaurante. Entera o por habitaciones se alquila el Molino del Corregidor (molinodelcorregidor.com), en San Román de Cameros, una casa rural en un molino centenario con la maquinaria expuesta en el salón, en pleno campo. Y, para amantes de la soledad, en el bonito pueblo de Trevijano se encuentra la casa Cañón del Leza (tel. 639 18 04 18), con jardín y capacidad para alojar a 6 u 8 personas.

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PARA DISFRUTAR A LA MESA

En San Román de Cameros podemos degustar comida casera –borraja con patatas, alubias rojas, manitas de cerdo…– en el restaurante Monte Real (tel. 941 46 40 23), bien de precio y que también es alojamiento rural. Otra buena referencia es

El Nogal (elnogaldelaguna.com), en Laguna de Cameros, una casa rural con restaurante para no alojados donde tomar caparrones, puerros a la vinagreta, chuletón a la piedra...

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