La casa rural del futuro existe y está en Teruel

Ha tenido que llegar el verano más atípico de todos, el primero en muchos años en el que el turismo rural y de interior –sinónimo de descanso y desconexión– le está echando un pulso al sol y playa, para recordarnos la existencia de una de las comarcas menos conocidas y quizá por eso más sorprendentes de la península, el Matarraña. Tan sorprendente como este futurista alojamiento rural.

Por NOELIA SANTOS

Matarraña, al este de la provincia de Teruel, dibuja un paisaje salpicado de reservas naturales y pueblos medievales. Una comarca que no tiene costa, pero está a menos de hora y media del mar, que vive aislada de grandes núcleos urbanos, pero que queda relativamente cerca del aeropuerto de Barcelona. Y resulta que todos estos ingredientes, bien mezclados, la han convertido en el lugar idóneo para levantar aquí una casa rural de lujo, entendiendo el lujo como comodidad, pero sobre todo como experiencia. Así es la casa rural del futuro.

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Se llama Solo Houses, una idea que nace a medio camino entre un exclusivo alojamiento familiar y una obra de arte. Mejor dicho, 15. Porque cuando este proyecto, impulsado por los galeristas y promotores de arte contemporáneo Eva Albarrán y Christian Bourdais (su Galería Albarrán Bourdais está en Madrid), esté terminado, contará con 15 villas de diseño y un hotel levantados en el entorno del Parque Natural dels Ports, diseñados por algunos de los jóvenes arquitectos internacionales con más talento del momento.

Hasta la fecha solo hay dos casas terminadas: Solo Office y Solo Pezo, y su concepción es tan radicalmente diferente de lo que cualquiera puede entender por una casa rural, que es necesario resetear antes de adentrarse en estas maravillas de la arquitectura de interior mimetizadas por completo con el entorno que las rodea.

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Solo Office, concebida por el estudio de arquitectura KGDVS, es la más llamativa de las dos: una casa de diseño sin límites, donde el espacio está creado de tal manera que casi desaparece. Se trata de una estructura circular, un anillo de techos de hormigón y ventanales de cristal instalado en el corazón del parque natural. La idea con esta casa, de tres habitaciones, cocina, baño, espacios comunes y piscina en el centro, es la de permitir que sus inquilinos sientan la experiencia de estar alojados en la propia naturaleza. Es una casa cuyas paredes se abren totalmente y las puertas son gigantescas correderas, tanto que se llega a perder la noción de estar dentro o fuera de la casa, o del baño, o de la cocina. «La gente que viene, flipa», explica Christian Bourdais, socio fundador junto a su mujer Eva Albarrán, de Solo Houses.

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«Creemos que la gente no busca casas sino experiencias». Y en esta casa, esa es la experiencia. La de sentir que no miras hacia la naturaleza, sino que esta se cuela dentro de tu propio espacio, inalterable, tal y como el propio entorno le ha dado forma con el paso de los años. «Nos dimos cuenta de que es mucho más interesante vivir el momento con amigos, con familia, y vivirlo en una casa como esta. Queremos reinventar la hotelería».

Y en eso están. Mientras el hotel de Solo Houses no sea una realidad, Solo Office funciona solo con los servicios habituales de una casa rural, sin servicio de habitaciones ni «room service». Aunque, teniendo en cuenta que este es un lugar para vivir experiencias, son muchas las alternativas, como reservar un exclusivo servicio de chef a domicilio para degustar un menú degustación en torno a la trufa (esta es tierra rica en melanosporum), entre otras propuestas.

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Alojarse en esta obra de arte colocada en el corazón del Parque Natural del Ports es bastante más asequible de lo que cualquiera pueda imaginar (alquiler completo de la casa desde 450 € la noche), aunque es cierto que el perfil del huésped son personas de poder adquisitivo medio alto. Lo que no quita que cualquiera pueda acercarse a curiosear («nos hemos convertido un poco en la atracción turística de la zona») y echar un ojo para ver de cerca estas joyas de la arquitectura. Y de paso, caminar entre la colección de ocho piezas de arte monumentales que la galería de Christian y Eva ha instalado en la finca. Cada sábado organizan visitas guiadas para conocerlas al detalle.

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Christian es consciente de que lo que han hecho aquí en Matarraña (crear una experiencia) no es nuevo en sí mismo, «lo nuevo es que hemos dejado que sea el arquitecto el que se ponga en el centro del proyecto, creando una casa sin ningún tipo de restricción por nuestra parte». Y el resultado es la primera colección de arquitectura levantada en un mismo lugar. Como una galería de edificios singulares y sostenibles creados ad hoc para este entorno, al que llegaron después de buscar el sitio idóneo por todo el mundo. Buscaban inspiración y la encontraron en una de las regiones españolas más auténticas. Qué mejor excusa que esta para descubrirla.

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