
El planeta Tatooine está en Túnez
No es que hubiera dejado nunca de estar de actualidad, pero el fenómeno ‘La guerra de las galaxias’ ataca de nuevo y lo hace en versión 3D. Después de ver por enémisa vez su episodio I, es hora de que viajes a los escenarios de su rodaje, en el hermosísimo sur del país, donde te será fácil reconocer los lugares en los que Obi-Wan Kenobi o Luke Skywalker han dejado su huella.
Los paisajes bíblicos del Sur de Túnez son un clásico de los equipos de rodaje. Por los palmerales de sus oasis, las encrespaduras de sus riscos, las costras de sal de sus lagos desecados y la majestuosidad de sus campos de dunas se han filmado no pocas escenas de películas como En busca del Arca Perdida, Jesús de Nazareth, El Principito o El Paciente Inglés. Sin embargo, son sobre todo las huellas de Obi-Wan Kenobi, Chewbacca, el droide R2D2 o Luke Skywalker las que muchos vienen a buscar a esta hermosísima porción del país y, sobre todo, a su pueblo de Matmata, donde pueden reconocerse perfectamente muchos de los escenarios de La Guerra de las Galaxias.
Fue en este villorrio en la antesala del desierto donde la tribu bereber de los Matmata, con la finalidad de esconderse de sus invasores y al tiempo protegerse de las temperaturas extremas que se registran por estas latitudes, idearon hace cientos de años unas peculiarísimas viviendas: inmensos agujeros horadados en la tierra de hasta quince metros de diámetro por siete de profundidad que hacen las veces de patio y desde cuyas paredes se accede a las habitaciones.
Un puñado de familias continúa morando en estas casas subterráneas con aires de hormiguero gigante, otras están abandonadas, y alguna incluso se ha reciclado en negocios tan insólitos como el hotel Sidi Driss, en cuyos modestos habitáculos se puede hacer noche al igual que un auténtico troglodita –del griego trogle, caverna, y dytes, habitante– o, si se prefiere la versión cinematográfica, como todo un caballero jedi.
Y es que el hotel se convirtió en la ficción en la granja de humedad de los Lars en la que creció el joven Luke, protagonista de la trilogía original de George Lucas. Hay hoteles más cómodos en el pueblo, algunos de ellos también en laberínticas viviendas excavadas bajo tierra, aunque quién podría resistirse a por lo menos acercarse a tomar un cuscús en la misma sala en la que Luke probaba los guisos de su tía Beru. Un verdadero plato fuerte para todo cinéfilo que se precie.
Aunque por aquí en vez de jawas y agresivos tusken raiders viven beduidos de lo más hospitalario, los paisajes lunares de Matmata y sus alrededores ciertamente le iban que ni pintados a los del planeta imaginario del que procedían los Skywalker: Taooine, cuyo nombre se inspiró en la aldea – ya sí del todo real– de Tataouine, a unos 80 kilómetros al suroeste de Matmata. Además de en esta imprescindible aldea, por buena parte del sur de Túnez puede seguirse la pista de la saga: el espectacular cañón de Sidi Bouhlel, en el que R2D2 es capturado por los jawas y que hoy los locales denominan familiarmente como el cañón de Star Wars; los riscos y gargantas que se avistan desde las alturas del oasis de montaña de Mides, por los que Anakin compite en una de las carreras de vainas típicas del desolado planeta; las requemadas planicies del lago salado de Chott El Jerid, en el que se rodaron algunos exteriores de la granja de los Lars, o las de Chott Gharsa y Oung el Jemel, por donde siguen en pie las casas de los esclavos de la ciudad imaginaria de Mos Espa que se erigieron como decorado a imagen y semejanza de los peculiarísimos graneros fortificados o ksars, que sí existen realmente y pueden visitarse en las fantasmales aldeas de Ouled Soultane, Medenine, Ksar Hadada, Chenini, Douiret o el propio Tataouine. También en la localidad de Ajim, ya en la también sureña isla de Jerba, se ubicó la casa de Obi Wan Kenobi, el Muelle de Embarque 94 y la célebre cantina del puerto espacial de Mos Eisley en la que Luke conoce a Han Solo.
Toda esta región más allá de Gafsa, la puerta de entrada al Gran Sur tunecino, pone al alcance del viajero no solo los escenarios de una de las sagas cinematográficas con más seguidores de todos los tiempos, también el encuentro con unos paisajes espectaculares y una sociedad que lleva siglos adaptándose a las inclemencias del desierto. Mujeres envueltas en mantos negros y hombres con bournus y turbante a la cabeza deambulan por poblados tan a pie de duna como Douz o por las estrechas callejuelas de inspiradoras ciudades saharianas con tanta historia a sus espaldas como Nefta o Tozeur, cercadas todas ellas de generosos palmerales que dan sombra a los oasis en los que, gracias a un inteligente sistema de regadío, sus gentes han sabido sacarle sus frutos a estos sedientos territorios que encandilaron a George Lucas.
GUÍA PRÁCTICA
Cómo llegar
Vuelos de Madrid y Barcelona a Túnez capital con Tunisair, a partir de unos 160 €. Entre muchos otros circuitos, el Aventura Sahariana en 4x4 de Transrutas (en agencias), propone ocho días de recorrido por el sur del país a partir de 825 €.
Cuándo ir
Se puede viajar en cualquier época, pero indudablemente la primavera y el otoño son las más recomendables.
Cómo moverse
Si se prefiere viajar por libre, no hay nada más indicado que alquilar un vehículo. Las carreteras, incluso en el sur, están en buen estado y bien señalizadas. Por ejemplo a través de Avis puede reservarse en Tozeur un utilitario desde 313 € por semana, y un 4x4 desde 872 €. Si no se opta por el todoterreno, hay infinidad de agencias locales con las que contratar excursiones a los lugares más difícilmente accesibles.
Dónde dormir
Los auténticos fans de La Guerra de las Galaxias sin duda optarán por el modesto hotel de Matmata Sidi Driss (Tel: + 216 (75) 240 005) en el que se rodaron escenas de la película, con precios de lo más populares. También en este pueblo, el cuatro estrellas Diar El Barbar, con muchas de sus habitaciones en construcciones trogloditas. Con mucho encanto, la mansión Dar Dhiafa, en la isla de Jerba, y el exótico campamento Ksar Guilane, con todas las comodidades en sus tiendas inmersas en un universo de palmeras.
Dónde comer
Imprescindible, aunque no se esté allí alojado, acercarse a tomar un cuscús o unos brik al restaurante del hotel Sidi Driss de Matmata, que en la ficción ambientara la granja en la que se crió Luke Skywalker.
No dejes de…
Callejear por las viejas ciudades saharianas de Tozeur y Nefta, así como por los fértiles oasis que las envuelven. Montar en camello al atardecer sobre las dunas de Douz –espectacular incluso con la barbaridad de turistas que suelen concentrarse–. Recorrer en todoterreno los oasis de montaña de Chebika, Tamerza y Mides, recalar sin prisa por tantas aldeas bereberes como Matmata, Ouled Sultane o Chenini y buscar los espejismos que se forman por la superficie del lago seco de Chott el Jerid y, al final del viaje, unos días de playa, cultura y buena mesa en la isla de Jerba.
Más información
Turismo de Túnez