Este kit es perfecto porque ataca dos de los puntos más vulnerables de cualquier hogar.
La cámara es una maravilla para vigilar zonas más amplias como el jardín, la terraza o el lateral de la casa. Al funcionar con batería, puedes colocarla donde más te convenga sin preocuparte por dónde hay un enchufe, lo cual es un alivio.
Graba en HD nítido y tiene una visión nocturna muy clara, así que de día y de noche podrás ver exactamente lo que está pasando.
Además, incluye detección de movimiento. La cámara te avisará al móvil si detecta actividad, y lo mejor es que puedes personalizar esas alertas.
Por ejemplo, puedes dibujar en la aplicación las "zonas de movimiento" que te importan, como la puerta del garaje, e ignorar el paso de coches en la calle, para que solo te avise de lo relevante.
Y gracias a su audio bidireccional, si ves a alguien cerca, puedes hablar a través de la cámara para, por ejemplo, darle una indicación al repartidor.
El segundo componente es el videotimbre y este es un must-have. Es el ojo de tu puerta. En cuanto alguien llama o se acerca a la entrada, te llega una notificación al móvil. Puedes ver en tiempo real quién es y hablar con esa persona estés donde estés. ¿Un repartidor? Le dices que deje el paquete en la puerta. ¿Una vecina? Le explicas que no tardas.
Ambos dispositivos son compatibles entre sí y se gestionan desde la misma aplicación de Ring, lo que hace que la experiencia de uso sea fluida y sencilla.
Y como te incluyen 30 días gratis del servicio Ring Protect, podrás probar a grabar todos los vídeos en la nube y verlos cuando quieras, una función muy útil para tener pruebas de cualquier incidente.