Lo primero que notas al sacar los moto buds loop de su caja es el cuidado en cada detalle.
El modelo que he probado, el French Oak, está adornado con cristales de Swarovski que le dan un toque único y sofisticado. Es un dorado sutil que no resulta exagerado, y los cristales brillan de una forma tan elegante que es imposible que no capten la atención.
Son auriculares que te fascinan desde el primer momento en que los ves.
Pero no todo es estética. Cuando te los pones, sientes una comodidad inigualable. Su diseño abierto permite que tu oído "respire", lo que los hace perfectos para esas largas jornadas en las que no quieres quitártelos.
La primera vez que me los puse me costó un poco encontrar la posición perfecta, pero una vez que lo logras, se mantienen fijos sin importar si estás caminando por la calle o haciendo ejercicio.
La calidad del sonido es otro punto que me ha sorprendido gratamente. La colaboración con Bose es una apuesta ganadora. Los graves son profundos, pero controlados, los medios son claros y los agudos están llenos de detalle, logrando un equilibrio perfecto.
Escuchar música con estos auriculares es una delicia, especialmente gracias a su audio espacial que añade una dimensión extra a cada canción.
Además, con la aplicación Moto Buds, puedes personalizar el ecualizador para que el sonido se adapte a tus gustos.
Y si eres de las que no paran de hacer llamadas, te van a encantar. La tecnología CrystalTalk AI filtra el ruido del ambiente de manera impresionante.
He hecho varias llamadas en la calle con bastante gente y el sonido de mi voz era claro, sin ruidos de fondo que molesten a la otra persona.
Esto, junto a su autonomía de 8 horas de uso continuo y 37 horas adicionales con el estuche de carga, los convierte en tu mejor aliado. Si tienes prisa, con solo 10 minutos de carga, consigues 3 horas más de música.