Es toda una tradición que en la casa real sueca da el pistoletazo de salida a la Navidad. Cada diciembre desde hace décadas es habitual que los estudiantes de la carrera de ingeniería agrícola de la Universidad de Umea, en la provincia de Västerbotten, que cuenta con 37.000 estudiantes, entreguen al Rey los abetos que decorarán los salones reales estas fechas. Es entonces cuando Silvia de Suecia aprovecha para reunir a todos sus nietos y posar con ellos en una preciosa imagen con la que los Bernadotte inauguran este año unas fiestas empañadas por la polémica de la princesa Sofía por las filtraciones que sacaron a la luz sus vínculos con Jeffrey Epstein.
Absolutamente ajena a este asunto que ya logró eclipsar los Premios Nobel, la gran cita anual de la familia real a la que no acudió la mujer de Carlos Felipe de Suecia, la reina Silvia posa feliz rodeada de sus nueve nietos. El papel de abuela es el que más disfruta y se le nota. Hace años, eran los hijos de los reyes Carlos Gustavo y Silvia los que se encargaban con sus niños de la recepción de los árboles y su posterior decoración, pero tanto gusta este acto a la Reina que ha decidido hacer de esta ocasión el momento perfecto para presumir de nietos y mostrar cómo van creciendo las nuevas generaciones de palacio.
Este año, además, es el primero con la princesa Inés, la cuarta hija de Carlos Felipe y Sofía de Suecia, a la que ya hemos visto dos veces en apenas 48 horas, a pesar de que apenas hay imágenes de ella desde su nacimiento el pasado mes de febrero. La niña, con un vestido de estampado tartán, aparece en brazos de su prima Estelle, que con 13 años, es toda una adolescente que ya supera en altura a su abuela. La mayor y la benjamina son las protagonistas de una fotografía en la que también llama mucho la atención lo mucho que ha crecido Leonore, de once años, y Nicolás, de diez, los hijos mayores de la princesa Magdalena. A su lado está Adrienne, la menor con siete años. Entre ellos, se encuentra también su primo Oscar, de nueve, que posa sonriente con una camisa a juego con el vestido de la princesa Inés.
© prinsparetSosteniendo la cesta con los adornos navideños, está Alexander de Suecia, hijo mayor de los príncipes Carlos Felipe y Sofia, de nueve años, al que su abuela coge cariñosamente del hombro. A su lado, su hermano Gabriel, de ocho años, abraza a Julián, de cuatro. Los hermanos han participado hace solo dos días en el vídeo con el que sus padres felicitaron Santa Lucía. Carlos Felipe y Sofia de Suecia cedieron todo el protagonismo a sus hijos en un momento en el que han optado por mantener un perfil bajo, en especial la Princesa, que se mantiene en absoluto silencio desde que estallara el escándalo.
© Getty ImagesEl pasado siempre vuelve
Los correos que dejan en evidencia que fue puesta en contacto con Jeffrey Epstein a través de la empresaria sueca Barbro Ehnbom han resucitado los fantasmas del pasado de la nuera de los reyes de Suecia. No fue fácil superar el examen de princesa con un bagaje como modelo de lencería y concursante de realities, pero lo cierto es que lo consiguió. Ahora, la información publicada por Dagens Nyheter reabre ese capítulo de su vida ya escrutado hasta la extenuación. Mientras ella guarda silencio, la casa real ya ha aclarado diversas ocasiones -aunque no ha emitido ningún comunicado oficial- que solo había coincidido con el fallecido financiero estadounidense condenado por delitos sexuales en contextos sociales, como un restaurante o un estreno de una película. Después llegó un goteo de puntualizaciones para dejar claro que ni había ido nunca a la isla privada del magnate, ni había dependido de él en ningún caso y que no habían vuelto a tener ningún tipo de contacto en los últimos 20 años.
