El fenómeno de las monarquías reducidas se ha convertido en una realidad en casi todas las cortes europeas, incluso en aquellas que tradicionalmente contaban con un gran número de miembros al frente de la institución. Los cambios, sin embargo, avanzan con la calma propia de palacio: se gestan en silencio durante años y terminan materializándose cuando llega un nuevo ciclo marcado por la coronación de un rey o una reina. En el caso de los Bernadotte, la familia real sueca que ocupa el trono desde 1818, el proceso comenzó en 2019, cuando el rey Carlos Gustavo anunció mediante un comunicado que la mayoría de sus nietos quedaban fuera de la casa real. Desde entonces, las señales de que la fotografía familiar será muy distinta cuando reine Victoria de Suecia no han dejado de aparecer. El último proyecto de su hermano, el príncipe Carlos Felipe, apunta precisamente en esa dirección y se suma a lo que ya viene haciendo su hermana, la princesa Magdalena, con su empresa de cremas.
Sin hacer demasiado ruido, el príncipe Carlos Felipe de Suecia lleva trece años montando su propia empresa, un proyecto que nada tiene que ver con la realeza y que va creciendo de forma progresiva. La firma Bernadotte & Kylberg, fundada por el único hijo varón del rey y su mejor amigo, Oscar Kylberg, han trabajado para convertirse en diseñadores de referencia, han reconvertido su empresa y han logrado entrar en el sector hotelero.
Después de un balance económico positivo, el príncipe y su socio han dado a conocer el último proyecto que se tenían entre manos: han diseñado las lujosas y exclusivas suites superiores del Clarion Hotel Sign, un hotel en el centro de Estocolmo que se posiciona como un emblema del diseño escandinavo.
Ellos mismos se han encargado de presentarlas antes los medios y han contado que no solo han diseñado el mobiliario, también han adaptado el interior a la estructura de las habitaciones con el fin de crear atractivos espacios de trabajo con vistas panorámicas a Estocolmo. Un proyecto del que se sienten muy orgullosos y con el que pretenden avanzar. "Siempre tenemos las expectativas muy altas", ha dicho el príncipe Carlos Felipe mostrando su intención de hacerse hueco en el sector hotelero del país.
Este lanzamiento se produce solo unos meses después de que su hermana pequeña, la princesa Magdalena, se reconvirtiera en empresaria del sector de la cosmética, levantando una buena dosis de polémica. La hermana de la futura reina del país lanzó MinLen, su propia marca de cuidado de la piel desarrollada en colaboración con Weleda, la firma suiza pionera en cosmética natural.
"Como todos sabéis, hace algunos años tomé la decisión de renunciar a mis deberes reales y limitar mis actos oficiales, aunque, por supuesto, si padre me lo pide, siempre estaré ahí. Pero hacerlo de manera privada me ha permitido explorar otras facetas, otros proyectos... como crear una empresa", así justificaba la princesa su aventura empresarial para la que, ha recordado, utiliza el apellido de Bernadotte y no su título de Princesa.
Más allá de una polémica que ha afectado siempre con mayor intensidad a Magdalena que a su hermano Carlos Felipe, lo que reflejan estos movimientos es que la dedicación de ambos dejó hace tiempo de estar centrada únicamente en la casa real. Cuando llegue el gran cambio, es decir, el reinado de Victoria de Suecia, ya tendrán en marcha una vida paralela fuera de palacio. Algo que no solo responde a la necesidad de reducir la monarquía, sino a dejar espacio para que las nuevas generaciones, en este caso, los príncipes Estelle y Oscar, los únicos que mantienen su estatus de altezas reales y tienen responsabilidades de cara al futuro, puede asumir funciones vinculadas con la institución encaminadas a reforzar el reinado de su madre.
En los últimos años, hemos visto como los príncipes Carlos Felipe y Magdalena de Suecia, con sus respectivas familias, han participado en actos muy puntuales, reduciendo esa imagen coral a momentos concretos del año como pueden ser el cumpleaños del rey o el tradicional posado de verano, ambos con un marcado caracter familiar. Del mismo modo, de forma progresiva y silenciosa, han ido apartándose de una foto institucional en la que un futuro no aparecerán.













