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El último cumpleaños de Magdalena de Suecia, la casa real lo celebró difundiendo un retrato familiar con un aura de institucionalidad que parecía presagiar una nueva etapa para la Princesa mucho más cerca de la oficialidad de su título. Acababa de regresar a Estocolmo con su marido y sus hijos tras seis años en Florida y muchos se preguntaban si su vuelta implicaría también una presencia más activa en la vida pública. Un año después, podemos decir que sin dejar de lado sus compromisos al lado de su familia, Magdalena en realidad lo que ha hecho ha sido sacar un pie de Palacio para tantear el sector privado. Mientras, y contra todo pronóstico, su marido Chris O'Neill parece algo más cómodo en ese papel de consorte que siempre rechazó.
© Messe Düsseldorf via Getty Image
© Messe D¸sseldorf via Getty ImageMagdalena acaba de lanzar MinLen, su propia marca de cuidado de la piel desarrollada en colaboración con Weleda, la firma suiza pionera en cosmética natural. No es la primera princesa en hacer sus pinitos en el mundo empresarial y, como suele ocurrir en estos casos, la polémica está servida. Probablemente ella también intuía por donde vendría el reproche: la utilización del estatus real para obtener un beneficio económico. Por eso, tanto Magdalena de Suecia como la casa real no tardaron en dejar claro que se trata de un proyecto personal para el que utiliza el apellido de Bernadotte y no su título de Princesa. Además, han recordado que no recibe ninguna asignación desde hace tiempo.
© Getty ImagesAún así, ella está emocionada, así lo dijo al comienzo de la presentación de su nuevo proyecto. Allí dejó claro que su actividad oficial seguirá siendo limitada, aunque la puerta nunca está cerrada del todo: "Como todos sabéis, hace algunos años tomé la decisión de renunciar a mis deberes reales y limitar mis actos oficiales, aunque, por supuesto, si padre me lo pide, siempre estaré ahí. Pero hacerlo de manera privada me ha permitido explorar otras facetas, otros proyectos... como crear una empresa".
El sorprendente paso de Chris O'Neill
De alguna manera, desde que se casó con Chris O'Neill, ella siempre ha tenido un pie dentro y otro fuera de la institución, no así su marido, quien siempre ha dejado claro que no quiere ser príncipe. ¿Hasta ahora? Su última aparición pública en la cena de gala con motivo de la visita oficial de la pareja presidencial islandesa ha llamado poderosamente la atención. Era la primera vez que le veíamos en un acto institucional de tal calibre sin que tenga ningún carácter familiar,
Es improbable que quien no ha querido nunca ni el título, ni los deberes ni privilegios que acarrea, haya cambiado de opinión, pero algo sí se ha movido tras el regreso a Suecia de la familia. Sin la distancia como principal argumento para justificar una agenda pública mínima, tal vez busquen un encaje cómodo para ambas partes. El movimiento de Magdalena deja claro que no está entre sus planes volver a ser princesa a tiempo completo. Sin embargo, puede haber margen para alguna fórmula intermedia.
La hija de Carlos Gustavo y Silvia de Suecia afronta así un cumpleaños clave después de un año de cambios e incertidumbre. Aún parece estar acoplándose a su nueva vida en Suecia cerca de su familia, y su decisión de emprender es toda una declaración de intenciones. Magdalena ha vuelto pero la Princesa no, al menos no del todo.
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