No es habitual que una reina acuda a un plató de televisión y encima lo haga dispuesta a todo. La reina Silvia, de 81 años, ha hecho historia al participar, con tiara histórica y otros detalles estudiados, en el homenaje que una cadena privada brindaba a un actor que se ha pasado años imitándola. Mostrando que conserva su figura intacta desde los setenta y que sabe reírse de sí misma, la mujer de Carlos Gustavo de Suecia apareció en el escenario para dejar sin palabras a Christer Lindarw, un actor, diseñador y artista drag queen que comenzó a hacer imitaciones de la reina Silvia desde el mismo momento que se casó con el rey.
El homenaje en cuestión lo había organizado un programa sobre perfiles de celebridades del canal sueco privado, TV4, presentado por Renée Nyberg. Fue ella quien dio paso a la reina Silvia que llegó, para sorpresa de todos, con uno de sus vestidos más icónicos, un Dior de gasa amarillo, que fue el que usó en la ceremonia de los Premios Nobel en 1976 y la Visita de Estado de Suecia a los Países Bajos en 1976, dos de las primeras apariciones en las que la joven Silvia se presentó ante el país de gala, ya que ese mismo año se había casado con Carlos Gustavo de Suecia, por lo que ese vestido está muy presente en la memoria colectiva de su país y tiene mucho significado, por eso, el actor Christer Lindarw, que confeccionaba sus propios vestidos, lo copió y lo utilizó en una de las primeras imitaciones que hizo de la mujer del soberano.
"Dado que he copiado y confeccionado muchos de los vestidos de la Reina a lo largo de los años, sé que realmente has pensado en esto, porque este es el primero de tus vestidos del que he cosido una copia", dijo emocionado el actor de 72 años. La reina Silvia contestó que el que llevaba ella era "original", desatando los aplausos del público.
Por si fuera poco, el programa se estaba rodando en el Teatro Oscar de Estocolmo, que fue el lugar en el que la reina Silvia y el actor Christer Lindarw se conocieron. Ella se sentó en el palco real junto al rey Carlos Gustavo, mientras él saltó al escenario con el vestido de amarillo para ofrecer una imitación respetuosa que finalizó entregando una rosa a la reina. Por eso, la reina Silvia en este homenaje televisado llevaba una rosa en la mano. El look lo completó, para sorpresa de todos, no con el espectacular y valiosísimo collar de zafiros con el que estrenó el vestido, sino con una tiara muy característica de los Bernadotte, la napoleónica, la dinastía que ocupa el trono sueco desde 1810, cuando se eligió para ello a uno de los mariscales del emperador francés.