Después de disfrutar de ella en los actos palaciegos, volvemos a disfrutar de ella en los compromisos humanitarios. Y es que hasta que regrese de nuevo a Suecia para asistir el próximo mes de mayo al bautizo real de su sobrina, la princesa Estelle, la princesa Magdalena seguirá trabajando por los más desfavorecidos en Estados Unidos. Esta vez, la princesa sueca estuvo presente en un homenaje a las víctimas del Holocausto en el Congreso estadounidense en Washington.
La ceremonia sirvió también para rendir tributo a personalidades que contribuyeron a salvar a judíos, como el diplomático sueco Raoul Wallenberg, de cuyo nacimiento se cumplen cien años en 2012. De ahí que Magdalena de Suecia acudiese al Congreso en representación del país escandinavo, junto con el presidente del Parlamento, Per Westerberg, y un familiar de Wallenberg.
La princesa y el resto de la delegación sueca se dirigieron a continuación a la embajada de este país en la capital estadounidense para participar en otro acto, que incluyó la apertura de una exposición sobre Wallenberg. Y, flanqueada por los líderes de los ocho partidos políticos del parlamento sueco, la princesa Magdalena, con trench color piedra, una de las prendas imprescindibles de la temporada, que combinó con complementos a tono, bolso cartera y zapatos; vestido negro y, como únicos adornos, menudas pero exquisitas joyas, volvió a pasear elegancia. Pero sobre todo elegancia interior.
