El de Marius Borg se espera que sea uno de los juicios más mediáticos que se recuerdan en Noruega. No solo por la gravedad de los hechos, con 32 imputaciones, entre ellas cuatro violaciones, sino porque hablamos del hijo de la futura reina de Noruega. Aunque no pertenece a la casa real porque lo tuvo antes de su matrimonio con el Príncipe Heredero, es obvio que su devenir repercute y mucho en la Corona. A la Princesa, además, le afecta como madre, y según el libro Rayas blancas, oveja negra, de los periodistas Torgeir Krokfjord y Øistein Monsen, esto ha podido llevarla a tomar decisiones cuestionables.
El libro, que sale a la venta el miércoles, analiza el caso y su relación con el tráfico de drogas. La crisis no ha dejado de agravarse desde agosto del pasado año, cuando Marius fue detenido por primera vez. En aquella ocasión, cuenta, la Policía tuvo la deferencia de avisar antes a Mette-Marit de Noruega, que una vez supo que su hijo iba a ser arrestado, se fue a su casa a limpiar el piso a fondo. Además, cuando tuvo que entregar su móvil en comisaria, se lo encontraron roto y sin la tarjeta sim.
En su momento, fue muy cuestionada la actitud de la Princesa, que también llegó a ponerse en contacto con la víctima, la pareja entonces de su hijo. Casa Real confirmó que tuvo lugar este contacto sin dar más detalles, tan solo que había sido algo humano. Petter J. Groden, abogado de la exnovia de Marius Julianne Snekkestad, formuló en octubre del año pasado una petición a la policía para que interrogue a la Princesa. "La situación de las pruebas es tal que creemos que lo natural es que contemos con su explicación", afirmó entonces, aunque por el momento no parece que haya tenido lugar el interrogatorio solicitado.
Así las cosas, la segunda vez que la Policía tuvo que arrestar a Marius, decidió no avisar a su madre con antelación, y registrar su casa antes de que nadie pudiese intervenir. Según cuentan Krokfjord y Monsen, Mette-marit se enteró por unos amigos de su hijo. "La Policía temía que la Princesa Heredera volviera a revelar sus planes", relata el libro. Este modus operandi, según confiesan varias fuentes a los autores, molestó especialmente a la esposa de Haakon de Noruega, a la que retratan como una madre dispuesta a todo por proteger a su hijo.
Aun así Marius que, según sus abogados, se encuentra en pleno tratamiento para superar sus adicciones, tiene ante sí un juicio difícil en el que se juega una posible pena de hasta 16 años de cárcel. "Tiene que sentarse en una habitación oscura y sin ventanas para no ver nada de lo que sucede a su alrededor. Así que será muy duro para él", han advertido los letrados Ellen Holager Andenæs y Peter Sekulic en el canal noruego TV2. El juicio comenzará el próximo 3 de febrero y constará de 24 sesiones públicas, salvo las partes que hagan referencia a la salud de Marius.