,type=downsize)
De manera oficial no se ha confirmado nada, pero el príncipe Sverre Magnus se está convirtiendo en un "seguro" para la Casa Real de Noruega. Es posible que el hijo pequeño del príncipe Haakon y Mette-Marit nunca vaya a ocupar un lugar de peso en la institución, pero también podría suceder que no le quede otra opción en una familia real algo menguada. Esta podría ser la reflexión que se han hecho en la corte del rey Harald, ya que de forma discreta y progresiva se va incorporando a la vida oficial a este príncipe de 19 años, que todavía es un gran desconocido. El último gesto puede ser el definitivo: el príncipe Sverre reaparece a la derecha del rey, un símbolo histórico de honor, poder y confianza.
© GTRESEsta es la primera vez que el príncipe Sverre acompaña al rey Harald en solitario a un evento público: sucedió en la tarde del 6 de junio en el Ullevaal Stadion de Oslo y las expectativas de ambos se cumplieron, ya que el jefe del Estado y su único nieto varón presenciaron como Noruega venció a Italia por tres a cero en el partido de clasificación para el Mundial 2026.
© GTRESHay que recordar que no ha pasado tanto tiempo desde que Haakon y Mette-Marit, los futuros reyes de Noruega, reivindicaban una vida privada y casi anónima para su hijo Sverre, al que comparaban con Marius Borg y no con la princesa Ingrid. Un símil que venía a explicar que ellos no tenían ningún tipo de obligación ni compromiso institucional, mientras que la princesa Ingrid sí que tenía que asumir todas las obligaciones como futura heredera y algún día reina de Noruega.
© Getty Images
© Getty ImagesTodo apunta a que ese planteamiento podría estar cambiado, ya que el príncipe Sverre ha comenzado a tener presencia pública e incluso ha asumido su primer acto en solitario. ¿Qué ha pasado para que su futuro se vea replanteado? Se han dado varias circunstancias, por un lado, la salida de su tía de la institución, la princesa Marta Luisa, unido a que el rey Harald pidió liberar un poco su agenda, debido a sus 88 años, al tiempo que la princesa Mette-Marit informó de que su enfermedad crónica había empeorado y que podría ausentarse de futuros compromisos institucionales.
