Desde hace un tiempo los planes en la corte real de Noruega no salen según lo esperado. Si bien el rey Harald no tenía en mente abdicar, su intención era aliviar su agenda y disfrutar de sus 88 años, sin embargo, cuando paso se tenía que materializar, es decir, cuando Haakon y Mette-Marit tenían que dar un paso al frente, estalló el caso en torno a Marius Borg, que si bien no ha afectado directamente a la institución, sí que ha cuestionado de lleno a la familia. De forma paralela, su madre anunció que su enfermedad crónica se había complicado, la princesa Marta Luisa salió de la casa para poder hacer negocios por su cuenta y la reina Sonia ha sufrido varios ingresos hospitalarios. Con ese panorama, la gran esperanza es la princesa Ingrid de Noruega, segunda en la línea sucesoria, carismática y decidida. Ella se alejó del conflicto, se metió en el Ejército de Noruega y comenzó a afianzar su presencia en la vida oficial, posicionándose como el mejor apoyo de su padre, si finalmente tiene que ejercer un reinado en solitario, teniendo en cuenta que las ausencias de Mette-Marit por motivos de salud son una constante en la última década. El papel de Ingrid estaba claro, sin embargo, todo lo que rodeaba a su hermano pequeño, el príncipe Sverre Magnus, era un misterio que la Casa Real noruega no ha querido aclarar.
Hasta hace poco no se contemplaba un papel oficial para él, parece que la situación ha cambiado
El príncipe Sverre, que este año cumple 20 años y recuerda físicamente a su bisabuelo, el querido rey Olav, ocupa actualmente la tercera posición en la línea sucesoria y eso siempre le ha llevado a ocupar un papel "menor" con respecto a su hermana, sin embargo, indudablemente puede ocupar un lugar en la institución. A pesar de ello, durante toda su vida, el príncipe Haakon y Mette-Marit han hablado de sus tres hijos, dejando claro que la princesa Ingrid tiene unas obligaciones, mientras que el príncipe Sverre y Marius Borg, tienen otras. Por eso, Sverre y Marius han podido llevar a sus novias a actos públicos con la Familia Real, han podido marcharse a vivir fuera de casa y no han dado explicaciones sobre su formación. Sin embargo, cuando el caso Marius estalló, imperó la necesidad de matizar que los dos hermanos, en términos oficiales, no son iguales, ya que el príncipe Sverre podría llegar a ser un ciudadano sin obligaciones institucionales, como lo es su tía Marta Luisa, pero también puede ser una activo para la institución como lo sigue siendo la hermana del rey Harald, la princesa Astrid.
Ingrid describió a su hermanos (el príncipe Sverre y Marius Borg) como su 'red de seguridad'
Hasta ahora sus apariciones han sido pocas y solo se confirmó su traslado temporal a Trondheim, una ciudad a 500 kilómetros de Oslo, como un paso en más en su independencia y sin aclarar nada más, en parte, porque habían insistido sus padres, el príncipe Sverre sí podía vivir como un ciudadano anónimo. Lo que reforzaba la idea de que no había previsto un papel oficial para él, pero esa situación podría haber cambiado. El próximo 27 de mayo, el joven príncipe de 19 años asistirá por primera vez solo a un acto oficial, lo que marca un hito en su trayectoria. En el evento en cuestión se homenajeará al equipo noruego que participó en marzo en los Juegos Olímpicos Especiales de Invierno de Turín 2025.
Las ventajas de su presencia en la vida oficial
El pasado 17 de mayo el príncipe Sverre también estuvo presente durante la celebración del Día Nacional, estuvo a pie de calle y estuvo en el balcón del Palacio Real, un lugar que no ocupó el año pasado. Así que ahora todo puede pasar y lo más probable es que la decisión no esté del todo tomada, es posible que tanto el príncipe pruebe cómo le encaja la vida oficial, mientras la institución sondea el terreno y observa el recibimiento que le prestan los noruegos y si pueden valorar su papel oficial, que siempre sería secundario y de apoyo. Con la ventaja de que, por su edad, todavía tiene 19 años, puede servir de sostén para labores de apoyo hasta en tres reinados, el actual, el de su abuelo Harald; el de su padre, el príncipe Haakon; y el de su hermana, la princesa Ingrid, que se convertirá algún día en la primera mujer en reinar en la Noruega moderna y en su dinastía.
Hay que recordar que cuando la princesa Ingrid cumplió los 18 años, en junio de 2022, cuando la Casa Real de Noruega no había acumulado esa serie de contratiempos, el rey Harald brindó unas espléndidas celebraciones de Estado, ante realeza extranjera y autoridades del país, la joven emocionada dio un discurso en el que habló así de sus hermanos: "Queridos Marius y Magnus, sois mi red de seguridad. Sé que siempre puedo acudir a vosotros si me pasa algo. Gracias por darme un abrazo cuando tengo un día un poco más difícil".
Nadie como un hermano para conocer los engranajes de una institución única, en la que la familia y el Estado se entrelazan de manera inseparable
Esas palabras, que podrían aplicarse no solo a las familias reales, sino a cualquier familia, ilustran el papel que podría desempeñar el príncipe Sverre Magnus dentro de la Casa Real de Noruega. Con frecuencia, los hermanos y hermanas de un heredero al trono se convierten en una pieza clave dentro de la institución, una red de apoyo que, aunque discreta, resulta indispensable y, en ocasiones, infalible. Hemos visto el papel de Ana de Inglaterra, de Benedicta de Dinamarca y ahora, en esta generación, de la infanta Sofía siempre apoyando a la princesa de Asturias.
A lo largo de la historia, en distintas monarquías y generaciones, subyace la idea de que un hermano o hermana, alguien nacido en la misma cuna, con el mismo compromiso con el pasado y que ha nacido dentro de una institución única, en la que la familia y el Estado se entrelazan de manera inseparable, es un valor a tener en cuenta. En este equilibrio delicado, Sverre Magnus podría terminar desempeñando un papel más relevante del que hasta ahora se ha contemplado. Solo el tiempo dirá cómo se define su futuro dentro de la monarquía noruega, una de las mejor valoradas, pero que en los úlitmos años no atraviesa su mejor momento.