Un apuesto Marius deja el ‘bunad’ en Palacio en el Día Nacional de Noruega

La Familia Real noruega al completo asistió a los tradicionales festejos luciendo los colores de la bandera nacional

Por hola.com

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Noruega volvió a celebrar por todo lo alto el Día Nacional, que este año rememora el segundo centenario de la adopción de su Constitución. No faltaron ni los perros de la Familia Real a los festejos en Asker, el municipio a las afueras de Oslo donde residen los príncipes Haakon y Mette-Marit con sus tres hijos, los príncipes Ingrid Axejandra y Sverre y Marius Borg. Los Herederos y sus chicos salieron a recibir en su residencia en el palacio de Skaugum a la comitiva de niños, que como en el resto del país, desfilan cada 17 de mayo.

Todos, canes incluidos, lucieron los colores de la bandera noruega y todos los miembros reales, a excepción de un apuesto Marius, que acaparó las miradas del público femenino, vistieron bunad, los tradicionales trajes noruegos, para recibir en las escaleras del palacio de Skaugum a los participantes en el desfile. El hijo mayor de la princesa Mette-Marit llevó en su lugar el clásico traje azul marino sin corbata.

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Como es costumbre, hubo varios discursos, entrega de flores a los Príncipes herederos y se cantó el himno nacional, en una marcha en la que participaron decenas de escuelas de Asker. La princesa Mette-Marit se mostró en todo momento muy pendiente tanto de la pequeña Ingrid Alejandra como del príncipe Sverre, que se dirigieron rápidamente a su escuela de Jansløkka para desfilar junto a sus compañeros, antes de trasladarse luego con toda la familia al Palacio Real de Oslo, desde cuyo balcón vieron pasar a las escuelas de Oslo junto a los reyes Harald V y Sonia.

La tradición de que los Príncipes herederos saluden a la marcha infantil se remonta a 1946, en tiempos del príncipe Olaf. Los príncipes Haakon y Mette-Marit son pues la tercera generación de Herederos que participan en este acto que se ha convertido en una tradición cada 17 de mayo.

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El acto central del Día Nacional se celebró por la tarde-noche en el exterior de la casa señorial de Eidsvoll, el escenario donde hace dos siglos se firmó la Constitución noruega. Allí hubo una gala a la que acudieron miles de noruegos, así como las principales del país y de varios países nórdicos, entre ellos, los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia y a la reina Margarita y el príncipe consorte Henrik de Dinamarca. La velada, que duró unas dos horas y fue retransmitida en directo por la televisión pública NRK, actuaron artistas de todos los países nórdicos.

Al día siguiente, la reina Margarita y el rey Harald V inauguraron en Oslo una estatua conmemorativa, regalo del Parlamento noruego con motivo de los dos siglos de la Consitución, del rey Christian Federico, que reinó brevemente en Noruega en 1814 y luego pasó a reinar en Dinamarca con el nombre de Christian VIII.