Está a punto de cambiar de número y de comenzar una nueva etapa en su vida, por eso, Mette-Marit de Noruega ha querido que la celebración de su 39º cumpleaños fuera de lo más especial. El pasado domingo y siguiendo la tradición de los últimos años, la princesa heredera fue la protagonista de un servicio religioso que tuvo lugar en la capilla del Palacio Real de Oslo. Al igual que anteriores ocasiones, el encargado de oficiar la ceremonia fue el obispo emérito Gunnar Stålsett, quien casó a los príncipes Haakon y Mette-Marit hace diez años y con el que mantienen una estrecha relación.
Entre los invitados, unos 120 en total, se encontraban familiares y amigos más cercanos, entre los que figuraban presentadores de televisión, humoristas y diseñadores de renombre internacional como Peter Dundas, jefe de la casa de moda italiana Pucci y gran amigo de la princesa, que ha lucido sus espectaculares creaciones en más de una ocasión y es uno de sus diseñadores favoritos.
"Fue muy agradable. Siempre lo es", aseguró según recoge el diario VG la popular cantante noruega Bertine Zetlitz, que acudió acompañada de su marido y sus hijos. Parecidas palabras usó Espen Høiby, hermano de la princesa heredera, quien al igual que el resto tampoco quiso revelar qué le había regalado a la protagonista indiscutible del día.
Las celebraciones continuaron el resto de la jornada, en la que el sol y las temperaturas cercanas a los 30º grados, acompañaron a la princesa y a sus invitados en un almuerzo privado. Sin embargo, el mejor regalo estaba por llegar y, sin duda, sus hijos, Marius, hijo mayor de la princesa, fruto de una relación anterior, y los pequeños Ingrid Alexandra, de ocho años, y Sverre Magnus, de 6, sorprenderían a su madre con un regalo de esos que nunca se olvidan. ¿Recurrirá la princesa a las redes sociales, como viene haciendo en los últimos meses, para compartir una instantánea del día de su cumpleaños?
