Son niños, este mismo miércoles cumplen 11 años, pero también son el futuro del Principado. Desde muy pequeños, Jacques y Gabriella de Mónaco han tenido un gran protagonismo en la agenda, aunque su papel ha evolucionado a medida que han ido creciendo. De ser unos simpatiquísimos niños despreocupados que acompañaban a sus padres en algunos actos a los que su corta edad les permitía sumarse, a -sin dejar de ser esos niños curiosos- mirar a sus padres con los ojos de quien está aprendiendo y absorbiendo todo lo que pasa a su alrededor. En este sentido, este año ha sido un verdadero punto de inflexión.
Aunque aún es pronto para que su agenda tenga peso institucional, los mellizos de los príncipes Alberto y Charlene ya han estado en actos de máximo nivel, como en la histórica visita del matrimonio Macron a Mónaco, cuando estuvieron presentes en la bienvenida al Presidente y la Primera Dama en palacio, o cuando acompañaron a sus padres de viaje oficial a Bretaña. No era su primer viaje al extranjero, pero sí el de mayor calado. Es inevitable recordarles cuando su espontaneidad infantil protagonizaba cada una de sus apariciones. No hace tanto, pero así de rápido crecen los niños, y ahora en lugar de hablar de su simpatía y su ternura, los titulares apuntan a su profesionalidad, serenidad, confianza y naturalidad a la hora de moverse en el plano institucional.
A esta edad son esponjas y ellos, además de empaparse a fondo de la actividad pública de la casa principesca, también han ido modificando sensiblemente su forma de vestir hasta inspirarse en los de sus padres. Sus looks han ido cambiando de acuerdo con su edad y ahora que se asoman a la adolescencia ya se puede vislumbrar el que será su estilo. Si bien, Jacques suele ir vestido muy similar al de su padre, su hermana Gabriella, ya se perfila como una royal atrevida en lo que a moda se refiere y tiene para ello a su mejor maestra: su madre. No solo comienzan a marcar diferencias en el estilismo, a medida que se hacen mayores su personalidad se va definiendo. Así hablaba de sus hijos Alberto de Mónaco en una entrevista en TF1 hace tan solo unos meses: "Son bastante diferentes. Jacques es más... no diría introvertido, sino más reservado, un poco más cauteloso. Gabriella es más extrovertida. ¡Ya tiene un carácter fuerte!"
Son los únicos hijos de los príncipes Alberto y Charlene, por lo que inevitablemente el foco siempre les ha buscado y ellos han crecido asumiendo con naturalidad su destino. Eso sí, siempre juntos ya que al ser mellizos en raras ocasiones los hemos visto separados. Cuando eran más niños, el cariño con el que se trataban conquistaba todos los flashes y, ahora, aunque más sutiles, siguen demostrando que son un apoyo fundamental el uno para el otro. Aún no ha llegado el momento, pero pronto sus agendas dejarán de ser idénticas, teniendo en cuenta que el príncipe Jacques, como heredero, está llamado a tener un rol de mayor peso institucional y su preparación tendrá que ser diferente. "Esto no se puede hacer de manera formal con un 'siéntate aquí' o un 'esto es lo que hay que hacer'. Pienso que hay que proceder con pequeñas pinceladas", contó su padre en la misma entrevista sobre la educación de sus hijos.
A pesar de que Jacques y Gabriella han dado ya grandes pasos en la agenda pública, sus padres están decididos a darles el espacio suficiente que les permita disfrutar de su juventud y del tiempo en el que, especialmente a Jacques, aún no le ha llamado el deber de su suceder a su padre. "No debe afectarles emocionalmente ni ocuparles demasiado. Debemos darles espacio y libertad. Es muy importante poder vivir la juventud", dijo recientemente el jefe del Estado.
De momento, y a pesar de su gran protagonismo en el Principado, su prioridad es seguir formándose en el colegio. Los dos asisten a la institución Fraçois d'Assise-Nicolas Barré (FANB), un centro privado y católico que aterrizó en el Principado de Mónaco en 1859. Los mellizos del príncipe Alberto están escolarizados allí desde el curso 2021 y sus aulas se encuentran muy cerca del Palacio Grimaldi. Cuenta con más de 1.170 alumnos, siendo el centro de este tipo más popular del Principado, con cerca de 82 nacionalidades diferentes. La FANB se enfoca en el bienestar del estudiante con una orientación marcada por los valores católicos: esfuerzo, respeto, solidaridad, tolerancia y libertad.









