El Club de Prensa de Mónaco, asociación que reúne a periodistas y comunicadores del Principado, celebró el pasado 3 de diciembre un encuentro en el moderno Centro de Conferencias del One Monte-Carlo, junto a la Place du Casino. El invitado fue Louis Ducruet, hijo mayor de la princesa Estefanía de Mónaco, quien el 26 de noviembre cumplió 33 años. En un encuentro íntimo y cercano, recogido por las revistas francesas Point de Vue o Stylezza, el joven monegasco, compartió reflexiones sobre su infancia, su vida familiar y sus responsabilidades oficiales. Sus palabras confirman que, pese a llevar un apellido cargado de historia, su mayor orgullo es vivir con sencillez y autenticidad.
Según relató a la prensa, Louis Ducruet creció bajo la mirada protectora de su madre, la princesa Estefanía, y de su padre, Daniel Ducruet. La pareja mantuvo una relación de cinco años, aunque su matrimonio, celebrado en 1995, apenas duró 13 meses. De esa unión nacieron sus dos hijos: Louis y Pauline, de 31 años. En declaraciones recogidas por Point de Vue, recordó las enseñanzas de sus padres, quienes siempre intentaron mantenerle los pies en el suelo. “Crecí con una madre que siempre me decía que no era mejor que nadie. Mi padre decía lo mismo. Hay que ser modesto y saber respetar a todos”, recuerda el sobrino de Alberto de Mónaco.
Esa filosofía lo acompañó desde niño y le sirvió en su formación, preparándole para afrontar la vida adulta con naturalidad y responsabilidad, valores que hoy aplica en su vida familiar y en sus compromisos oficiales, a los que acude puntualmente. Recientemente, le vimos en el balcón del Palacio Principesco para celebrar la fiesta nacional, el pasado 19 de noviembre. Goza de un estatus especial por haber nacido en el seno de la familia real monegasca, una situación con la que ha aprendido a convivir. "No es un estatus que me presione ni me oprima", explicó a los allí presentes.
Un hombre de familia
Casado desde 2019 con Marie Chevallier, a quien conoció durante sus años de estudios, Louis Ducruet es hoy un orgulloso padre de dos niñas, Victoire (2) y Constance (1),que ocupan el centro de su vida. En el encuentro organizado por el Club de Prensa de Mónaco, el hijo mayor de Estefanía de Mónaco, también habló con ternura de su papel como esposo y padre, y confesó que procura estar siempre presente y ser lo más “comprensivo” posible. “Marie y yo nos apoyamos mutuamente”, añadió con sencillez.
Más allá de ser una compañera excepcional en lo personal, su esposa se ha convertido también en un apoyo fundamental en sus compromisos oficiales. Su participación es especialmente visible en la asociación deportiva y benéfica Barbagiuans, donde no solo aporta su experiencia en la organización de eventos, sino que también ejerce un papel casi maternal dentro del equipo. Lo cierto es que, como él mismo reconoció, se sienten muy afortunados por “tenerla con nosotros”.
Los Barbagiuans: deporte y solidaridad
Louis Ducruet ejerce actualmente como presidente de los Barbagiuans, el legendario equipo de fútbol fundado por su tío, el príncipe Alberto II. Para él, esta responsabilidad trasciende lo deportivo: es un homenaje al espíritu familiar de Mónaco y una plataforma para apoyar causas solidarias. Bajo su dirección, los partidos reúnen a atletas, celebridades y a la comunidad en general. Como máximo mandatario del club, supervisa tanto la actividad deportiva como las iniciativas filantrópicas del equipo, e incluso, no duda en calzarse las botas y participar en los encuentros benéficos. “Los Barbagiuans son una familia ante todo”, asegura, en declaraciones recogidas por la revista Stylezza, quien también se hizo eco de este acto de Louis Ducruet en el Club de Prensa de Mónaco.
El próximo gran reto será la Copa de la Lucha contra el SIDA, prevista para el 24 de enero de 2026 en el Estadio Louis II de Mónaco. En este partido benéfico, los Barbagiuans se medirán al Cirque FC Monaco, dirigido por la princesa Estefanía. Tal y como adelantó Point de Vue, Louis bromeó sobre la presión de su madre para reunir buenos jugadores, mientras confirmaba la participación de figuras de talla internacional como Andriy Shevchenko, Philippe Mexès, Leonardo Bonucci y Clarence Seedorf. Una cita que promete ser histórica y que refleja la unión familiar en torno a la solidaridad.
Tras las bambalinas del Festival Internacional de Circo
Otro de los compromisos oficiales de Louis Ducruet es su papel en el Festival Internacional de Circo de Montecarlo, creado por su abuelo, el príncipe Rainiero III, y dirigido actualmente por su madre, la princesa Estefanía. Louis se encarga de la organización y logística, asegurando que todo funcione a la perfección. En palabras recogidas por Stylezza, describe el festival como "un mundo mágico entre bastidores", donde artistas de todo el mundo transmiten su arte y donde Mónaco se convierte, cada enero, en el epicentro de las artes circenses.
Su labor es discreta, pero esencial: coordina artistas, apoya decisiones artísticas y mantiene vivo el legado familiar. Con admiración, reconoce la pasión y dedicación de acróbatas, músicos y entrenadores, que cada año lo llenan de humildad.
La conexión de Louis con su madre, la princesa Estefanía, es profunda y marcada por la complicidad. Más allá de compartir responsabilidades en el festival o en el próximo partido benéfico, ambos mantienen un vínculo personal basado en valores de respeto y sencillez. Con su tío, el príncipe Alberto II, la relación también es cercana: como fundador de los Barbagiuans, Alberto le transmitió la importancia de mantener vivo el espíritu de camaradería y solidaridad que caracteriza al equipo.
A pesar de su origen real, Louis Ducruet insiste en que su título no lo define. Prefiere ser un tipo normal y corriente, llevar una vida discreta y familiar. Disfruta de las comidas caseras, de los paseos en familia y de estar el mayor tiempo posible con 'sus chicas': su esposa Marie y sus dos pequeñas.
Su mensaje es claro y así lo recoge Stylezza: “Solo soy Louis. Un esposo, un padre, alguien que quiere trabajar bien y criar a sus hijas con buenos valores". Una declaración que resume la filosofía de vida de un hombre que, pese a pertenecer a una de las familias más célebres de Europa, ha elegido la sencillez como su mayor legado.














