El 1 de julio de 1995, Estefanía de Mónaco y Daniel Ducruet se juraban amor eterno y, de paso, desafiaban muchos de los convencionalismos de la época. Trece meses después de la boda, el 8 de agosto de 1996, el cuento de hadas saltaba completamente por los aires.... y de la peor manera posible. Fue un escándalo tremebundo el que protagonizaba el marido de la llamada 'princesa rebelde', tras salir a la luz unas fotos más que comprometedoras. De hecho, eran unas imágenes tan explícitas que daban poco lugar a la imaginación, las de una escena de alto contenido sexual en las que este cometía una infidelidad con otra mujer. Nunca antes se había visto algo tan público y notorio en asuntos de la realeza, por lo que es fácil adivinar el terremoto que causó todo aquello.
Poco después de este episodio tan sonado y espinoso, el que fuera yerno de Rainiero III rompía su silencio en una entrevista exclusiva para ¡HOLA!. "Me siento avergonzado. Yo soy el culpable. He traicionado a Estefanía y a mis hijos", decía en alusión a su afligida esposa y a los que eran unos jovencísimos Louis y Pauline Ducruet, quienes tenían solo 4 y 2 años respectivamente. Desde aquel momento, el que antes había sido guardaespaldas de la princesa se excusó con un argumento que ha repetido una y otra vez hasta la saciedad a lo largo del tiempo: el de la mano negra que lo preparó todo cuidadosamente y al milímetro para que él picara el anzuelo. Es decir, para que su matrimonio se fuera al traste y su reputación acabara por los suelos.
Casi tres décadas después, Daniel Ducruet (60 años) insiste en la teoría de la conspiración al dar su versión de los hechos, tal y como refrendaba durante una reciente entrevista en la televisión italiana. "Me drogaron. Fui víctima de una trampa", dice sin pestañear cuando le preguntan por aquellas tórridas instantáneas en la piscina de una Villa de la Costa Azul, entregado por completo a una stripper y Miss Bélgica llamada Fili Houteman. Fue un desnudo integral y con todo lujo de detalles que dio la vuelta al mundo, para sofoco no solo de él sino de todos los Grimaldi que asistían atónitos a semejante bochorno.
Tras seguir defendiendo su "inocencia" como ha hecho durante este largo tiempo, el excuñado del príncipe Alberto asegura que la prensa de aquella época no contó la historia tal y como sucedió, por lo que quería aclarar varios puntos. Ducruet, que en esa etapa de su vida también era piloto de rallies, asegura que uno de sus compañeros de escudería "me pidió que quedara con su novia, de la que se estaba separando. Y así lo hice: fui a visitarla pero, precisamente para evitar problemas, llevé a un amigo conmigo". Una vez allí, se lamenta, habría comenzado el montaje contra él.
"Le conté todo a Estefanía y ella se puso a llorar"
"Nos ofrecieron vino, que contenía sustancias, había un paparazzi preparado.... y luego pasó lo que todo el mundo sabe", afirma Ducruet. "No era yo", agrega sobre el supuesto estado de embriaguez y alucinógeno en el que se encontraba tras el presunto consumo involuntario de estupefacientes. "Cuando llegué a casa esa misma noche, le conté todo a Estefanía y ella se puso a llorar, pero en ese momento no hablamos de separación ni de nada más", relata al hablar de cuál fue la reacción de la princesa. "Entonces recibí una llamada anónima que decía: 'Te has divertido demasiado, ahora estás muerto', y fue entonces cuando me di cuenta de que circulaban fotos comprometedoras", narra.
Explica que llamó entonces al periódico italiano que tenía esas imágenes, y "les ofrecí mucho dinero" para que no vieran la luz. "Ellos negaron tenerlas y, tres días después, las publicaron", asevera. Tras ello, interpuso acciones legales por lo penal ya que "no me quería lucrar con esta historia. Para mí era importante aclarar cómo sucedió y que la ley reconociera que yo había caído en una trampa". Por último, reconoce que aunque todo esto no hubiera ocurrido, "quizás Estefanía y yo nos hubiéramos divorciado de todos modos, porque en la vida nunca se sabe qué puede pasar, pero en ese momento estábamos enamorados y ninguno queríamos que terminara así".








