Junio es plena temporada alta en Mónaco y su ambiente social está en plena ebullición, ya que tras el Gran Premio de la Fórmula 1 comienzan a sucederse todo tipo de eventos musicales, deportivos, culturales o artísticos. Un escaparate a nivel global y la oportunidad que aprovecha la monarquía monegasca para captar la atención de los visitantes más exclusivos. En ese contexto, y mientras se celebra el Festival Internacional de Televisión de Montecarlo, el príncipe Alberto II de Mónaco concede una entrevista en la que ha hablado bastante de sus hijos, los príncipes Jacques y Gabriella, que cada día están más presentes en la vida oficial del Principado, pero no dejan de tener diez años, algo que su padre tiene en cuenta.
'Son bastante diferentes. Jacques es más... no diría introvertido, sino más reservado, un poco más cauteloso. Gabriella es más extrovertida. ¡Ya tiene un carácter fuerte!'
Hablando de un día cualquiera la periodista Isabelle Ithurburu rompió el hielo con el príncipe Alberto, para el programa 50 minutes inside del canal francés TF1. "Esta mañana tuve tiempo de acompañar a mis hijos al colegio. Lo hago siempre que puedo, pero no puedo todos los días", explica el jefe del Estado monegasco, marcando un clima abierto para una entrevista de siete minutos que tuvo lugar dentro del propio palacio. Si bien, tal y como contó Alberto de Mónaco, este viaje al colegio con sus hijos es un hecho cotidiano que le hace empezar el día de buen humor, sus hijos, que el próximo mes de diciembre cumplirán los once años, ya comienzan a dar las típicas muestras de querer distanciarse de su padre cuando llegan al colegio y se encuentran con sus amigos. "Les gustaría que me mantuviera en un segundo plano", confiesa el soberano entre risas.
La presencia de Jacques y Gabriella de Mónaco en un recibimiento de Estado marcó un paso más en su formación institucional
Los príncipes Jacques y Gabriella no están destinados tampoco a ese "segundo plano" y Alberto de Mónaco transita, lo hace desde hace años y todavía le queda por delante mucho tiempo, entre prepararlos para la vida oficial sin que por ello pierdan su infancia o vida privada. "Para Charlene y para mí lo más importante es protegerlos de la atención mediática", cuenta el soberano, un equilibro que no es fácil teniendo en cuenta que los pequeños ya han desembarcado en grandes actos institucionales. La presencia de Jacques y Gabriella no se reduce a actos familiares o pequeñas salidas enmarcadas en citas infantiles, eso ya quedó atrás y el que estuvieran presentes en la visita de Estado que el Emmanuel y Brigitte Macron realizaron hace unos días a Mónaco da muestras de cómo se ha dado un nuevo giro de tuerca a la preparación institucional que están recibiendo, sobre todo el príncipe Jacques, futuro jefe de Estado.
'Esto no se puede hacer de manera formal con un 'siéntate aquí' o un 'esto es lo que hay que hacer'. Pienso que hay que proceder con pequeñas pinceladas'
"No debe afectarles emocionalmente ni ocuparles demasiado. Debemos darles espacio y libertad. Es muy importante poder vivir la juventud", añade Alberto II hablando sobre sus hijos, un camino que él mismo vivió. En su caso gozó de una juventud prolongada o, dicho de otro modo, exprimió al máximo sus años como príncipe heredero, estando a la sombra de su padre, el príncipe Raniero.
De ese tiempo lo que más echa de menos es caminar por la calle sin seguridad: "Ahora es prácticamente imposible, lo echo de menos", admite en esta reciente entrevista. Hay que recordar que el príncipe Alberto asumió la jefatura del Estado con 47 años y se casó con la princesa Charlene con 53. Si bien, él ya había sido padre antes de ese matrimonio, no fue hasta los 56 años cuando nacieron Jacques y Gabriella y, entonces, asumió el peculiar reto de la formación de los herederos. Un desafío en el que también tiene que ver el carácter de cada uno: "Son bastante diferentes. Jacques es más... no diría introvertido, sino más reservado, un poco más cauteloso. Gabriella es más extrovertida. ¡Ya tiene un carácter fuerte!"
Aunque han aprendido a comportarse en las situaciones oficiales propias del Principado, hayan participado en recibiendo de Estado e incluso en viajes oficiales al extranjero, Alberto II habla de ello como un largo camino en el que cuentan los detalles y la flexibilidad. "Esto no se puede hacer de manera formal con un 'siéntate aquí' o un 'esto es lo que hay que hacer'. Pienso que hay que proceder con pequeñas pinceladas", añade el jefe del Estado.