El circuito urbano de Montecarlo ha vibrado con intensidad cuando el príncipe Alberto II de Mónaco ha dado el pistoletazo de salida a una de las carreras más icónicas del Mundial de Automovilismo. Como es habitual, el monarca ha presidido la inauguración oficial del 82º Gran Premio de Mónaco, acompañado de su esposa, la princesa Charlene, quien ha deslumbrado con un elegante conjunto rojo. Sin embargo, la pareja real no ha sido la protagonista del evento deportivo que con tanta expectación se vive en el Principado y que se ha convertido en uno de sus signos de identidad. El que ha acaparado toda la atención mediática ha sido el hijo de la pareja, Jacques (11 años), quien recientemente celebró su Primera Comunión junto a su hermana Gabriella.
El joven príncipe, aunque algo tímido, ha disfrutado de una experiencia única de la mano de su padre. Desde el paddock, ambos han podido saludado a los pilotos y equipos que minutos después se han enfrentado en el desafiante trazado urbano, donde la precisión y la estrategia son clave para la victoria. Además, ha podido tomarse algunas fotografías con la mascota del Automobile Club de Monaco (ACM), fundado en 1925 y organizador de los eventos automovilísticos más destacados del Principado: el GP de Mónaco y el Rally de Montecarlo.
El momento más destacado de la jornada ha llegado cuando el pequeño Jacques de Mónaco ha tenido el honor de acompañar a su padre en una experiencia única. Al volante de un BMW descapotable, el príncipe Alberto II ha recorrido el circuito de Montecarlo antes del inicio oficial de la carrera, llevando a su hijo como copiloto de excepción.
Invitados de lujo en Montecarlo
La jornada festiva no solo ha estado marcada por la competición, sino también por la presencia de destacadas figuras del mundo del deporte, la moda y los negocios. Entre los asistentes se ha visto a Zinedine Zidane junto a su esposa, Véronique, a los jugadores del Real Madrid, Thibaut Courtois y Kylian Mbappé; la cantante Dua Lipa, con un llamativo modelo en amarillo; la actriz Simone Ashley, protagonista de Los Bridgerton; la modelo Naomi Campbell; la actriz Sofía Vergara o Lauren Sanchez y Jeff Bezos. Además de Lawrence Stroll, propietario del equipo Aston Martin F1, por citar algunos.
El GP de Mónaco es una de las pruebas más antiguas y prestigiosas de la Fórmula 1, celebrándose por primera vez en 1929. Desde entonces, este evento no solo destaca en el ámbito deportivo, sino que también se ha consolidado como un espectáculo social de primer nivel, donde la élite internacional se reúne con la familia Grimaldi, como grandes anfitriones.
La familia Grimaldi, protagonista del evento
Año tras año, los miembros de la realeza monegasca cumplen con su papel, y en esta edición no ha sido la excepción. Alberto y Charlene de Mónaco también se dejaron ver el sábado 24 de mayo, durante la tercera sesión de pruebas, mostrando su apoyo no solo a la competición, sino también su cercanía con el público asistente. Tras la sesión de entrenamientos, el príncipe Alberto II recorrió las gradas, saludando a los miembros de los equipos y mostrando su interés por el desarrollo de la carrera. Más tarde, visitó la Dirección de Carreras, donde conoció los detalles técnicos y organizativos del evento, según informó la Casa Real Monegasca.
El momento más emotivo de la jornada llegó al final del día, cuando la pareja real se acercó a la tribuna de la Asociación Monegasca de Discapacitados Motorizados, un espacio diseñado para personas con movilidad reducida. Allí, Alberto y Charlene entregaron gorras firmadas por Charles Leclerc, el piloto monegasco de la escudería Ferrari, en un gesto de cercanía y apoyo a la inclusión.
En los entrenamientos del sábado, también se dejaron ver en el circuito, Carlota Casiraghi, quien acudió con su hijo Raphael (11 años), y su hermana pequeña, Alejandra de Hannover. Esta, con un look de lo más chic para visitar el circuito se hizo algunas fotos con su novio. La presencia de todos ellos