Carolina de Mónaco, su hija Alejandra de Hannover y el novio de esta, Ben Sylvester Strautmann, han estado de viaje oficial este fin de semana en Cuba, donde han sido recibidos por el presidente Miguel Díaz-Canel en el Palacio de las Convenciones de La Habana, el centro de reuniones más grande del país y sede de importantes eventos desde que se inauguró en 1979. La visita de la hermana del príncipe Alberto al país caribeño es debido a su condición de presidenta del ballet de Monte Carlo que ha actuado en Cuba.
La Princesa fue recibida por Díaz- Canel con un ramo de flores rojas y blancas, como los colores de la bandera nacional de Mónaco, y después, ya en compañía de su hija menor y su novio, mantuvieron una reunión. A pesar de que aún no están casados, el largo noviazgo entre la princesa Alejandra y su pareja se va afianzando y él ya participa en actos públicos como este viaje, lo que aviva aún más la posibilidad de que el compromiso matrimonial pueda ser inminente.
“Nosotros queremos expresarle que agradecemos mucho toda la intención y empeño de la Casa Real de Mónaco, y en particular de usted, por estrechar las relaciones, los vínculos culturales entre Cuba y el Principado de Mónaco”, destacó el presidente cubano. Díaz-Canel también expresó a la Princesa su interés por los temas de la infancia y quiso aprovechar la visita “para enviar un afectuoso saludo al príncipe Alberto II de Mónaco y ratificarle la invitación que le hemos hecho para que visite Cuba”.
Carolina de Mónaco dijo que “es un honor para mí regresar a Cuba. Hace diez años de mi última visita y también, en aquella ocasión, vinimos para representar un espectáculo de ballet”. También recordó que en aquel momento “establecimos lazos muy hermosos, tanto con el Ballet Nacional de Cuba como con la Escuela Nacional de Danza; y durante estos diez años hemos ido reforzando esos lazos de cooperación. “Nosotros -resaltó- hemos visto toda la riqueza que tiene Cuba con su juventud, sobre todo la juventud que está implicada en los proyectos culturales y artísticos; y a través del lenguaje de la danza, que es universal, hemos podido estrechar nuestros vínculos y brindar apoyo para el desarrollo de la danza en Cuba”. “Mónaco es el segundo país más pequeño del mundo, después del Vaticano, ser un país pequeño, no nos impide hacer grandes obras. Por eso siempre hemos tratado de llevar adelante toda la obra de la paz, la cultura, las artes y tratar de hacer florecer estas manifestaciones”.
Un día antes, el pasado viernes, la Princesa asistió a la presentación del Ballet de Montecarlo en el Teatro Nacional de Cuba y en la Casa Guayasamín de La Habana colonial, donó a esta institución un retrato realizado por un pintor ecuatoriano. Carolina, su hija y su yerno también pudieron disfrutar del arte de los artistas locales y de la típica arquitectura y el ambiente de la capital, que la princesa Alejandra se encargó de inmortalizar en su perfil social, donde ha compartido algunas de las estampas típicas del país.