El momento de los grandes duques Guillermo y Stéphanie ha comenzado en Luxemburgo, una nueva era en la que los príncipes más jóvenes comienzan a dar un paso adelante y a dejar oír su voz. Entre los príncipes más desconocidos de Europa, fácilmente incluiríamos a Noah, uno de los hijos de Louis y Tessy de Luxemburgo, pero esto podría estar a punto de cambiar, ya que en solo dos meses, desde que cumplió los 18, el joven royal ya ha concedido dos entrevistas. En ellas se muestra como un príncipe atípico, cercano, pero con un gran apego a sus raíces y al Gran Ducado, pese a vivir en Londres.
No faltó, por supuesto, a la ceremonia de abdicación de su abuelo y posterior ascenso al trono de su tío. Sobre el gran duque Guillermo, solo tiene buenas palabras. "No he conocido nunca a nadie que se preocupe tanto por los demás", ha confesado al diario Luxemburger Wort. Asegura, además, que el nuevo Gran Duque disfruta con todo lo que hace y que se nota cómo cada cosa que dice la piensa realmente.
Noah es alumno de un prestigioso internado inglés. Aunque él y su hermano, Gabriel, un año mayor que él, residen en Londres, siempre han participado en las grandes ocasiones y han estado presentes en la agenda pública del Gran Ducado. Ahora en la nueva etapa que ha comenzado, sus palabras confirman que seguirá estando al lado de sus tíos, aunque su vida transcurra lejos la mayor parte del año. Valora tener la oportunidad de poder llevar una vida discreta, pero le encanta su país natal, en especial estar en contacto con la naturaleza y pasear por los frondosos bosques que recorren su pequeño país.
De su madre, admite haber heredado la sociabilidad, mientras el rigor y autocontrol le viene de su padre, el príncipe Louis. De los dos, ha aprendido "la importancia del respeto, no solamente hacia los demás, también hacia uno mismo". Otra gran fuente de consejos es su hermano, al que está muy unido: "Después de hablar con él, siempre te sientes mejor". Comparten también intereses y preocupaciones. Tanto es así que el año pasado en Londres recogieron juntos la medalla Legacy of Change, por su labor humanitaria.
En la primera entrevista que concedió, hace poco más de un mes, trató de derribar algunos de los prejuicios que cree pesan sobre alguien de su linaje. Aseguró a la web The Royal News Organization que no vive en una burbuja, sino que coge el transporte público, hace prácticas, sale con sus amigos y también se estresa con los exámenes como todo el mundo. Se presentó como un príncipe un tanto atípico y lo cierto es que en buena medida lo es. Sus padres se conocieron en 2004, cuando ella tenía 19 años y él aún no había cumplido la mayoría de edad. Siete meses después del nacimiento de su hermano Gabriel se dieron el ‘sí, quiero’ en 2006 y estuvieron casados más de una década, durante la cual llegó Noah. A raíz de su boda, el príncipe Luis renunció a su derecho a la sucesión del trono y a los derechos de sus hijos, así que Gabriel y Noah no están en la línea dinástica. En 2019, se divorciaron tras un largo y tortuoso proceso de separación.







