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Los planes más sorprendentes de Grandes Duque de Luxemburgo tras su abdicación: "Estamos serenos y felices ante el cambio"


Enrique y María Teresa de Luxemburgo han contado los pasos que van a dar en esta nueva etapa que comienza para ellos


Image© Getty Images
28 de agosto de 2025 - 22:49 CEST

La cuenta atrás ha comenzado. El 3 de octubre comenzará una nueva era en Luxemburgo con la abdicación del Gran Duque Enrique después de 25 años de absoluta entrega en los que ha mostrado tener un sentido innato del deber, siempre acompañado por la Gran Duquesa María Teresa, una pieza fundamental. Cede el testigo a su hijo mayor, el príncipe Guillermo, que lleva casi doce meses ejerciendo como lugarteniente, una especie de ensayo para su nuevo e importante rol. En estos últimos días antes de dar un paso atrás, mira atrás "con profunda gratitud y humildad", pero sobre todo mira al frente. Lo hace con la certeza de que se abre ante sí una etapa apasionante para la que ya tiene muchos planes.

Henri y María Teresa de Luxemburgo en el Festival de Venecia de 2024© Getty Images

Los Grandes Duques han disfrutado de unas vacaciones en Tour Sarrasine, su refugio de la Costa Azul. En este bello rincón galo adoran ejercer de anfitriones con sus hijos, pero sobre todo con sus ocho nietos. Próximamente se convertirán en abuelos por novena vez ya que la princesa Alejandra, su única hija, va a ser madre de nuevo al lado de Nicolás Bagory. Con toda seguridad, estos días han permitido a Enrique de Luxemburgo reflexionar sobre cómo va a ser a partir de ahora su día a día, en el que tendrá más tiempo para hobbies como la lectura y la música. "Tengo un sueño. Tener un poco más de paz y tranquilidad", dice divertido en Paris Match.

Saben que  "la vida no se detiene", por eso su principal objetivo ahora es vivir en mayúsculas, disfrutando de su entorno y de esos pequeños placeres que nunca han podido tener por su posición, "Aunque sea una vida muy privilegiada, también es una especie de jaula de oro en la que a veces se sufre de falta de libertad. Por suerte, tengo una esposa maravillosa con quien puedo compartirlo todo. Y amigos de verdad, a quienes conocí en la universidad, con quienes formamos un grupo pequeño y muy unido. Quizás por fin tengamos la oportunidad de pasar más tiempo juntos", ha indicado el Gran Duque. El matrimonio fantasea con recorrer Europa en coche, montar en moto por el Himalaya y sobre todo, visitar a sus hijos y nietos siempre que quieran, sin importar la distancia ni los compromisos.

Media Image© Getty Images

Al imaginar todos estos planes, el Gran Duque asegura sentirse "cada vez mejor" en esta transición que le llevará a ser de nuevo Henri de Nassau. "Estamos serenos y ambos felices con este cambio de vida", dice. Tiene la satisfacción del deber cumplido y la certeza de que Guillermo y Stephanie de Luxemburgo harán una labor excepcional. El matrimonio y sus dos hijos se instalarán en el Castillo de Berg, que el todavía jefe del Estado deja para regresar a Fischbach. Se trata de un hogar lleno de recuerdos felices porque fue allí donde vio crecer la gran familia que ha formado con María Teresa, su gran amor.

Media Image© Getty Images

Su ritmo será completamente diferente y sus prioridades también, pero el compromiso con las causas que más les preocupan seguirá siendo firme. El Gran Duque apoyará iniciativas medioambientales y seguirá formando parte del Comité Olímpico Internacional hasta los 80 años (es la edad máxima permitida). Por su parte, la Gran Duquesa continuará impulsando sus fundaciones: una para la educación y la asistencia a personas vulnerables en Luxemburgo y otra para combatir la violencia sexual en zonas de conflicto.

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