En medio de todos los cambios que están sacudiendo a la Familia Real británica en la recta final de este 2025, las miradas se han vuelto a posar en el 29 de julio de 1981. Se trata de una fecha muy relevante en la historia de los Windsor: la boda del siglo, o lo que es lo mismo, la unión del entonces príncipe Carlos y Diana Spencer. 44 años después (y con muchos giros de guion entre medias), este acontecimiento vuelve a primera línea de la actualidad. Lo hace mediante un detalle del gran día, un champán personalizado que se sirvió en la celebración y aún se conserva. Una botella maldita de la que te contamos todos los detalles.
Bruun Rasmussen, una de las casas de subastas más prestigiosas de todo Escandinavia, puso en marcha la venta de un champán único, lleno de valor y simbolismo. Se trata de una botella de Dom Pérignon Vintage 1961 hecha para la recepción privada que se llevó a cabo en el Palacio de Buckingham tras las boda de los entonces Príncipes de Gales. "Es extremadamente raro que una botella como esta aparezca en el mercado. Se trata de un champán hecho a medida, creado para un evento mundialmente famoso, lo que lo convierte en una rareza excepcional. La botella ha sido degollada especialmente para la ocasión y lleva una etiqueta que marca su lanzamiento para la celebración", aseguran.
Lo definen como una pieza "de gran valor sentimental y extraordinaria en la historia cultural británica". De hecho, solo se fabricaron 12 botellas para la ocasión y estaba previsto que se abrieran todas en la boda de Carlos III y Diana de Gales, quienes tiempo después dieron la bienvenida al príncipe Guillermo y al príncipe Harry. Este champán llegó a la casa de subastas mediante un coleccionista danés que previamente compró la botella a un comerciante de vinos de Londres.
Unas previsiones que no se han cumplido
Desde la casa de subastas, ubicada al norte de Copenhague, preveían un gran interés por parte de museos, de coleccionistas de vino, de coleccionistas de recuerdos reales. De hecho, muchos de ellos se pusieron en contacto con la empresa para conocer detalles de su procedencia, del proceso de almacenamiento durante estas cuatro décadas y también para preguntar si el producto se puede aún consumir.
Vaticinaban que la botella alcanzaría una cantidad de entre 68.000 y 80.000 euros. Pero no ha sido así. La puja, que comenzó el 11 de diciembre a las 17:50 horas, se cerró sin un comprador. Un fracaso del todo inesperado del que se han pronunciado oficialmente. “Las pujas no alcanzaron el precio mínimo deseado, por lo que lamentablemente no se vendió. Por supuesto, esperábamos que se vendiera al valor estimado, sobre todo considerando el gran interés del público”, confirmaba a la agencia Associated Press la portavoz de la casa de subastas, Kirstine Dam Frihed.
Se desconoce si el propietario de la botella intentará venderla más adelante o recurrirá a otras vías para vender este mágnum que fue testigo de uno de los acontecimientos más importantes de la historia. La boda de Carlos y Diana se celebró en la Catedral de San Pablo de Londres y la siguieron 750 millones de personas en todo el mundo mediante una retransmisión televisiva. El vestido de la novia, con 7 metros de cola, mangas abullonadas y 10.000 lentejuelas en el corpiño, marcó las tendencias nupciales de toda una generación.
En 1992, una década después del enlace, anunciaron su separación, que se hizo efectiva en 1996. Un año después, la Princesa murió trágicamente en un accidente en París. El 9 de abril de 2005, el entonces heredero al trono se casó con Camilla en el Windsor Guildhall, ceremonia civil a la que siguió una bendición religiosa y una celebración familiar.







