Pocas historias de amor son tan dulces o conmovedoras como la de Lady Eliza Spencer y su prometido, Channing Millerd. La pareja lleva nueve años juntos, pero se conocieron hace 15 en una cena en Sudáfrica organizada por Greg Mallett, hoy esposo de la hermana gemela de Eliza, Lady Amelia Spencer. Ahora han hablado en exclusiva mundial para la revista HELLO! sobre su compromiso, un sueño hecho realidad, y el lugar donde se casarán.
“La cena era cerca de donde vivía en ese entonces, y coincidió con una etapa tranquila de mi vida”, cuenta Eliza, quien creció en Sudáfrica junto a Amelia, su hermana mayor Lady Kitty, su hermano menor Louis —vizconde de Althorp— y su medio hermano Samuel Aitken.
Hija del conde Spencer —hermano de Diana, princesa de Gales— y de la exmodelo Victoria Aitken, Eliza se mudó a Sudáfrica en 1995 con su familia para evitar la presión mediática asociada al apellido Spencer, y prosperó en el ambiente relajado del país. “Llevaba soltera unos dos años y no estaba socializando mucho. No planeaba ir, pero Amelia y mi mejor amiga me arrastraron”, recuerda Eliza. “Ahí fue donde conocí a Channing por primera vez”. Al descubrir que él ya tenía pareja, “ahí terminó todo”, dice Eliza, pero sus caminos se cruzarían nuevamente años después, y el resto es historia.
Eliza ya ha cautivado a sus seguidores al compartir detalles de la pedida de mano, que tuvo lugar en la isla griega de Santorini en julio. Ahora, hablando por videollamada desde su casa en Londres, Eliza, de 33 años, y Channing, de 34, empresario y director de operaciones de marca, revelan encantados cada detalle de aquel día.
El anillo: un diamante en forma de gota
Una pieza clave fue el anillo: un diamante de 2,5 quilates tallado, montado sobre una banda de platino. Channing se tomó el tiempo de escoger una piedra tan hermosa como su futura esposa. “Fui a comprarlo con mi padre y mi cuñado, visitando distintos comerciantes de diamantes en Sudáfrica, buscando la piedra perfecta.
Finalmente la encontré en un joyero a medida en Ciudad del Cabo, y diseñé yo mismo el anillo. Tenía una visión muy clara… aunque quizá hubo algún mensaje subliminal a lo largo de los años”, bromea. “Yo le dije cuál era la forma que me encantaba”, añade Eliza. “Es perfecto: el anillo más bonito del mundo, y tan especial por ser de Sudáfrica”.
La romántica propuesta de Channing
Con el anillo listo, Channing planeó el viaje al detalle. Llegaron a Santorini el día antes de la pedida, exploraron las calles de Oia y disfrutaron de una cena romántica junto al mar. Mientras el sol dorado se ocultaba, él estaba preparado. Aficionado a la fotografía, escondió una cámara en un trípode para capturar el momento y pidió a Eliza que cerrara los ojos mientras la llevaba a un balcón decorado en secreto con flores, velas y sombrillas para preservar la privacidad.
“No podía ver nada”, ríe Eliza. “Tenía los ojos cerrados y sonaba la canción más hermosa”. “Era una versión de Stand By Me, interpretada al violonchelo por Vesislava, una violonchelista galardonada”, explica Channing. “Lloré cuando encontré esa canción. Me emocionó tanto que supe que era la correcta”.
Eliza describe el momento en que él se arrodilló como “una experiencia fuera del cuerpo”. “Reí y lloré. No sé cómo logró preparar todo, pero fue increíble. Hizo un trabajo extraordinario, por encima de todo. No podría haber soñado con un escenario más hermoso. Fue realmente un sueño hecho realidad”.
La pareja guardó el secreto durante una o dos horas. “Tomamos champán y recordamos nuestros nueve años juntos”, dice Eliza. “Pero primero fue Amelia; tenía que ser Amelia. La llamamos por FaceTime junto a Greg, y luego llamamos a nuestros grupos familiares. Hubo muchas lágrimas”. “Pero lágrimas felices”, añade Channing.
Boda de destino
La fiesta de compromiso tendrá lugar este mes en Ciudad del Cabo. “Seremos unas 50 personas, nuestros familiares y amigos más cercanos. Será increíble”, comenta Eliza. Sobre la boda, aún no han decidido el lugar, pero disfrutan barajando opciones. “Nos apetece mucho una boda de destino”, revela Eliza. Este tipo de boda es un enlace que se celebra fuera del lugar de residencia de los novios, generalmente en un destino especial o exótico, combinando ceremonia y celebración con un viaje para ellos y sus invitados.
“Algunos de nuestros mejores recuerdos son en el Mediterráneo. Pero, al mismo tiempo, muchos de nuestros amigos y familiares se han casado en Ciudad del Cabo”. “Nunca he estado en el lago Como, pero parece precioso”, añade. “Creo que sería mi destino de boda soñado, pero primero tenemos que visitarlo”.















