Meghan Markle ha dado un paso inesperado: ha contactado con su padre, Thomas Markle. Tras años de distanciamiento, la duquesa de Sussex se ha comunicado con él después de que el hombre fuera hospitalizado e ingresado en cuidados intensivos durante su estancia en Filipinas. "Puedo confirmar que se ha puesto en contacto con su padre", declaró un portavoz de Meghan. Según reveló HELLO!, el gesto se produjo el viernes por la mañana, apenas dos días después de que trascendiera la noticia del ingreso hospitalario de su progenitor.
Padre e hija han estado distanciados desde 2018, pero el delicado estado de salud que atraviesa Thomas habría motivado a Meghan a interesarse por su situación. El contacto existió, aunque no se han revelado más detalles, ni siquiera si llegaron a hablar directamente, tal como informa el Daily Mail. De acuerdo con The Times, la esposa del príncipe Harry solo se enteró de los problemas de salud de su padre al leerlo en la prensa y, posteriormente, pidió a sus asistentes verificar la información antes de dar el paso de comunicarse con él.
A principios de semana se confirmó que Thomas había sido sometido a una cirugía de urgencia para extirpar un coágulo de sangre en su pierna izquierda que interrumpía la circulación. Su hijo, Thomas Jr., relató al Daily Mail que el pie de su padre se había vuelto azul y luego negro, lo que obligó a los médicos a amputar la pierna por debajo de la rodilla en una operación de tres horas. El exdirector de iluminación permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital de Cebú (Filipinas), ciudad a la que se mudó a principios de año en busca de una nueva vida lejos del “dolor constante” que le provoca el distanciamiento con su hija. "No había otra opción. Me dijeron que tenían que amputarme la pierna y que era cuestión de vida o muerte", explicó su hijo, que le ha acompañado en todo el proceso.
No es la primera vez que el padre de Meghan Markle atraviesa un problema grave de salud. En 2022, con 77 años, fue ingresado en un hospital de California tras sufrir un derrame cerebral que le hizo perder temporalmente el habla, aunque logró recuperarla parcialmente gracias a la terapia. Desde entonces, su estado se ha vuelto cada vez más frágil, lo que explica la preocupación actual en torno a su evolución.
Una relación rota desde 2018
El contacto de Meghan con su progenitor resulta especialmente significativo porque la relación se rompió antes de su boda con el príncipe Harry, en mayo de 2018. Entonces, Thomas Markle fue descubierto organizando fotografías con paparazzi en el período previo al gran día, lo que generó un fuerte malestar en su hija. Finalmente, no asistió al enlace por problemas de salud, y fue el entonces príncipe Carlos quien acompañó a Meghan al altar.
Poco después, se supo que Thomas habría sufrido dos ataques cardíacos, lo que le impidió estar presente en la ceremonia. Meghan emitió entonces un comunicado en el que pedía por la salud de su y su pronta recuperación. Desde aquel momento, la relación se mantuvo prácticamente inexistente. En la entrevista con Oprah Winfrey emitida el 7 de marzo de 2021 en CBS, la duquesa de Sussex llegó a afirmar: "He perdido a mi padre". Thomas, por su parte, ha concedido varias entrevistas en las que lamentaba no haber conocido a sus nietos, Archie (6) y Lilibet (4).
Este nuevo gesto de Meghan, aunque limitado, reabre la incógnita sobre si podría producirse algún tipo de reconciliación familiar.
Los Sussex y la incógnita navideña
El contacto de Meghan con su padre se produce en vísperas de unas fiestas que, para los Sussex, siempre han tenido un significado especial. La última vez que participaron en las celebraciones navideñas de Sandringham fue en 2018 y, desde su mudanza a California en 2020, han construido sus propias tradiciones en Montecito.
Meghan ha mostrado en sus proyectos audiovisuales cómo mantiene vivas costumbres británicas, como los Christmas crackers o los calendarios de adviento para Archie y Lilibet, integradas en un ambiente californiano más íntimo. En este contexto, el gesto hacia Thomas Markle añade un matiz de reconciliación en un tiempo marcado por la reunión familiar y las tradiciones compartidas, reforzando la idea de que la Navidad puede ser también un momento ideal para tender puentes.












