Ahora sí, el nombre de Andrés ha sido borrado oficialmente de los registros de la Orden de la Jarretera. La decisión tomada por Carlos III el pasado 30 de octubre se ha hecho efectiva de forma paulatina, aunque a efectos prácticos, desde ese mismo momento ha dejado de ser un príncipe para ser un Mountbatten-Windsor. Aún así, la retirada de sus títulos era oficial y, por tanto, había que seguir los cauces pertinentes para formalizarlo. El último paso lo ha dado este mismo lunes, justo cuando se ha conocido que su mudanza de Royal Lodge aún tendrá que esperar hasta después de Año Nuevo. Ha sido el último paso del Rey para despojarle de sus títulos y honores.
"El Rey ha ordenado que el nombramiento de Andrés Alberto Christian Eduardo Mountbatten-Windsor caballero de la Nobilísima Orden de la Jarretera, con fecha del 23 de abril de 2006, sea cancelado y anulado y que su nombre sea borrado de los registros de dicha orden", reza el comunicado por el que Andrés pierde la distinción más antigua y prestigiosa de Reino Unido. Sus miembros incluyen al monarca (que es el que tiene la potestad de conceder o retirar la condición de caballeros), el príncipe de Gales y hasta 24 caballeros o damas elegidos personalmente por el soberano. Hay que recordar que con el tiempo esta orden se abrió a caballeros extranjeros con el fin de incluir a los soberanos de otras monarquías, como el propio Felipe VI o Guillermo de los Países Bajos, ambos investidos por Isabel II en el 2019.
Se trata de la formalización de una salida que ya estaba consumada de facto, incluso antes del comunicado del Monarca. Días después de que Andrés renunciase a usar sus títulos, retiraron de la Capilla de San Jorge en Windsor el estandarte con su escudo de armas en un gesto simbólico e histórico reservado solo para los que cometen alta traición o rebelión contra la Corona. En este templo fue donde se casó su hija, Eugenia de York, y donde reposan los restos mortales de sus padres, Isabel II y el príncipe Felipe; y también sus abuelos, el rey Jorge VI y la Reina Madre. También es la sede de los servicios religiosos de la Orden de la Jarretera, en los que no participa desde 2019.
El desalojo aún se resiste
Es el último de los honores que dependen directamente del Rey, porque el que fuera duque de York aún es vice-almirante de la Armada, título que solo puede retirar el Gobierno. No obstante, los jefes de Defensa ya han recibido la orden de quitar este último título lo antes posible. Así, solo quedaría un último paso antes de completar formalizar todo lo anunciado por Carlos III hace poco más de un mes: el desalojo de Royal Lodge.
Según ha publicado el Daily Mail, la mudanza de Andrés Mountbatten-Windsor y Sarah Ferguson se retrasará por lo que aún podrán pasar una última Navidad en la imponente mansión de 30 habitaciones de los terrenos de Windsor. Donde seguro no serán bienvenidos es en Sandringham, donde cada año Carlos III recibe a la familia real. Tampoco fue invitado el año pasado, cuando salió a la luz su relación con un empresario chino acusado de espionaje. La última vez que le vimos, y también a Sarah Ferguson en lo que parecía un regreso no oficial a la familia desde su divorcio hace más de 30 años, pero cualquier atisbo de normalización fue un espejismo.







