Estas dos últimas semanas han sido intensas y muy difíciles para la Familia Real británica. Todo se desató con la publicación de unos correos electrónicos que intercambió el príncipe Andrés con Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores. Esa filtración provocó que el tercer hijo de Isabel II anunciara su decisión de dejar de utilizar "mi título y los honores que se me han concedido”. Ese movimiento no logró que las aguas se calmaran, todo lo contrario. Provocó un auténtico tsunami que tiene su punto álgido con la decisión de Carlos III, quien ha anunciado que le retira el título de príncipe y también su salida de Royal Lodge. Una situación sin precedentes que plantea ahora una incógnita: ¿dónde vivirá el tercer hijo de Isabel II?
Ha comenzado este 30 de octubre "el proceso formal para retirar el tratamiento, los títulos y los honores del príncipe Andrés", que a partir de ahora será conocido como Andrés Mountbatten-Windsor. Se desconoce cuánto tiempo se alargará ese procedimiento de revocación, pero lo que sí sucederá de forma inminente es su salida de Royal Lodge, mansión de 30 habitaciones en la que vive con su exmujer, Sarah Ferguson. "Su contrato de arrendamiento de Royal Lodge le ha proporcionado, hasta la fecha, protección legal para continuar residiendo allí. Se le ha notificado formalmente la rescisión del contrato y se trasladará a otra vivienda privada", se puede leer en el comunicado emitido por Buckingham Palace.
Lleva días forjándose la salida de Royal Lodge y se habían barajado diferentes posibilidades: desde Adelaide Cottage, que pronto quedará libre tras la mudanza de los príncipes de Gales; Forest Lodge; o Frogmore Cottage, la propiedad que la reina Isabel II regaló a Harry y Meghan como obsequio de bodas. Incluso se puso sobre la mesa la opción de irse a Abu Dabi, donde el jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan le habría ofrecido un palacio en sus lujosos dominios. Ninguna de esas opciones ha sido la elegida. Andrés Mountbatten-Windsor se instalará lo antes posible en una propiedad ubicada en Sandringham, la casa de campo de la monarquía británica.
Se mudará solo, sin la madre de sus hijas, Beatriz y Eugenia de York, cuyo futuro también plantea muchas preguntas. Según la prensa británica, el exmatrimonio pidió tener casas separadas para salir de Royal Lodge, pero a Sarah Ferguson no se le proporcionará ningún alojamiento. Ella también se ha visto implicada en las filtraciones de mails a Epstein.
Así es Sandringham, la casa de campo en la que se reúnen cada Navidad
Sandringham es una de las residencias favoritas de Isabel II y el lugar en el que los Windsor se reúnen cada Navidad. Ubicada en el condado de Norfolk , al este de Inglaterra, está compuesta por una enorme mansión de estilo jacobino construida por Eduardo VII y la reina Alejandra que alberga auténticos tesoros de la era victoriana, los jardines diseñados por Geoffrey Delecoe, un área de juegos infantil y la iglesia de Santa María Magdalena, donde suelen celebrar la tradicional misa del 25 de diciembre.
Sandringham, donde Carlos III se refugió tras ser diagnosticado de cáncer, ha sido escenario de importantes celebraciones familiares como el bautizo de la princesa Charlotte de Gales. Pero entre sus paredes también ha habido grandes cismas como la cumbre en la que acordaron los términos del paso atrás de los duques de Sussex en sus obligaciones reales.
Esta finca enclavada en plena naturaleza pertenece a la Familia Real británica desde 1862 y, junto con el castillo de Balmoral, no forma parte de los bienes del Estado. Cuando Eduardo VIII abdicó en 1936, ninguna de las dos casas pasaron directamente a manos del nuevo monarca, su hermano Jorge VI, sino que este las compró para que siguieran siendo propiedad exclusiva de los Windsor. Hoy, buena parte de este complejo de 8.000 hectáreas, a excepción de la casa privada, se encuentra abierto al público y Carlos III quiere poner en marcha un camping de lujo en sus terrenos con unas 15 tiendas de campañas tipo safari.









