El príncipe Andrés renunció el pasado viernes a utilizar sus títulos reales, incluido el de duque de York, en medio de una nueva oleada de escándalos que han vuelto a situarlo en el centro del foco mediático. Entre ellos, su antigua amistad con el fallecido Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual infantil, y su vinculación con una presunta espía china. Esta última ha cobrado relevancia tras conocerse sus lazos con Cai Qi, un alto cargo chino implicado en un juicio por espionaje que terminó colapsando. La decisión de Andrés también coincide con la inminente publicación de las memorias de Virginia Giuffre, fallecida recientemente, en las que se incluyen pasajes que apuntan a una supuesta relación sexual con el príncipe cuando ella tenía 17 años.
Aunque se apartó de sus funciones oficiales en 2019, Andrés ha seguido residiendo en Royal Lodge, en Windsor, durante los últimos años, pese a no contar con ingresos públicos. Esta situación ha despertado numerosas preguntas sobre su patrimonio. Según el portal Celebrity Net Worth, el príncipe tendría una fortuna estimada en 3,7 millones de libras (alrededor de 4,3 millones de euros). El diario británico The Times reveló el año pasado que el royal logró reunir el dinero necesario para seguir viviendo en la residencia, una operación que fue aprobada por Sir Michael Stevens, responsable de las finanzas de la Casa Real, lo que sugiere que los fondos procedían de fuentes legítimas.
¿Cómo ha generado sus ingresos?
Una de las grandes incógnitas es cómo ha conseguido mantener su nivel de vida. Se cree que su única fuente de ingresos fijos es la pensión que recibe por su servicio en la Marina Real, valorada en unas 20.000 libras anuales (23.000 euros, aproximadamente). Tras su retirada de la vida institucional británica, dejó de percibir el salario de 250.000 libras (unos 288.000 euros) que recibía a través del Sovereign Grant, según la BBC. Este dinero es una subvención pública anual para financiar los deberes oficiales del monarca británico y su familia cubriendo gastos como viajes, personal y mantenimiento de propiedades.
En 2022, vendió un exclusivo chalet en Verbier (Suiza) al financiero británico Philip Muelder por un precio cercano a los 20 millones de libras (23 millones de euros). Esta magnífica propiedad había sido adquirida en 2014 junto a su exesposa, Sarah Ferguson, a la empresaria Isabelle de Rouvre, amiga de la pareja. Años antes, en 2007, también vendió su residencia de Sunninghill Park. —situada entre Ascot y el Parque Windsor, en el condado inglés de Berkshire —, al empresario Timor Kulibayev, yerno del entonces presidente de Kazajistán, por 15 millones de libras (alrededor de unos 17,3 millones de euros).
El biógrafo Andrew Lownie, autor de una obra conjunta sobre Andrés y Sarah Ferguson, ha señalado que parte de los fondos del hermano del rey Carlos III podrían proceder de contactos empresariales facilitados por Epstein. “Como él mismo admitió en la entrevista con Newsnight, Epstein le presentó a personas influyentes en el mundo de los negocios”, recoge The Times.
Además, durante su década como representante especial para comercio e inversión, el príncipe Andrés habría desarrollado lucrativos contactos en Asia Central y Oriente Medio. Al parecer, desde hace tiempo existe preocupación por saber cómo ha utilizado esos contactos. “Y ahora que ya no es un miembro activo de la familia real, sus actividades comerciales están sometidas a un escrutinio mucho menor, pero es un aspecto que debe analizarse”, concluye.