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La duquesa en el punto de mira

Sarah Ferguson paga el precio de sus vínculos con Epstein: exclusión navideña y presión sobre su título


Carlos III, lejos de pronunciamientos públicos, parece haber optado por una estrategia silenciosa pero efectiva: el ostracismo real


Image© Getty Images
Sira AcostaRedactora senior de Realeza y Guionista
30 de septiembre de 2025 - 16:09 CEST

Sarah Ferguson, duquesa de York, vuelve a estar bajo los focos, esta vez por las consecuencias tardías de su vínculo con Jeffrey Epstein. Aunque su exmarido, el príncipe Andrés, nunca fue juzgado formalmente, en 2019 la institución lo apartó de la vida pública, mientras ella se mantenía en un discreto segundo plano, escudándose en su papel de amiga y apoyo para el padre de sus hijas. Ahora, la filtración de correos que revelan una relación mucho más estrecha y prolongada con Epstein, cuando ya había sido condenado por delitos sexuales contra menores y estaba bajo nuevas investigaciones. Las organizaciones benéficas con las que colaboraba han sido las primeras en cortar lazos, y la presión sobre su figura no para de crecer. Carlos III, lejos de pronunciamientos públicos, ha optado por una estrategia silenciosa pero efectiva: el ostracismo real. Un castigo que Sarah Ferguson conoce bien, y que vuelve a desplegarse con precisión monárquica.

Los duques de York asistieron al funeral real de la duquesa de Kent días antes de que se filtraran los correos entre Sarah Ferguson y Jeffrey Epstein© Getty Images
Los duques de York asistieron al funeral real de la duquesa de Kent días antes de que se filtraran los correos entre Sarah Ferguson y Jeffrey Epstein

El mismo medio, Daily Mail, que hace unos días publicó los correos electrónicos privados en los que la duquesa de York se refiere a Epstein como “amigo fiel, generoso y supremo” y se disculpa por haberse visto obligada a repudiarlo públicamente, es el que ahora asegura, por fuentes reales, que Carlos III ha advertido a los duques de York que no son bienvenidos a la Navidad de los Windsor, algo que no afectaría a las princesas Beatriz y Eugenia, que siempre son bienvenidas. Esa que tradicionalmente se celebra en Sandringham con un programa meticuloso y que tiene su momento público el día de Navidad cuando todos van juntos a misa. 

Media Image© Getty Images
Media Image© Getty Images

Este sería, por tanto, el segundo año que Carlos III se ve obligado a marcar la distancia con su hermano, ya que en el 2024 el soberano contó con la ayuda de la duquesa de York para convencer a Andrés de "hacer lo correcto" y evitar la reunión navideña después de que los focos estuvieran puestos en la presunta relación entre el duque y el supuesto espía chino Yang Tengbo. Así que hay que remontarse a la Navidad de 2023 para encontrar a Sarah Ferguson y al príncipe Andrés en la foto, ya que al principio del reinado de Carlos III dio la impresión de que la presencia de los York se normalizaba, estando incluso presentes en el servicio religioso que se brindó en Windsor en memoria del rey Constantino de Grecia, al que acudió buena representación de la realeza europea, entre ellos los reyes Felipe y Letizia.

El rey Carlos III, el príncipe Andrés y el príncipe Guillermo en el funeral de la duquesa de Kent en septiembre de 2025© Getty Images

El debate sobre su título

Llegados a este punto, lo de los York con la Navidad de los Windsor parece un punto de no retorno. No obstante, esto no es lo único que podría perder Sarah Ferguson, ya que en las últimas horas el Ayuntamiento de la Ciudad de York ha anunciado su intención de debatir la posibilidad de retirarle el reconocimiento de Honorary Freedom, un honor simbólico que algunas ciudades otorgan a figuras destacadas y que en al año 2022 ya le retiraron al príncipe Andrés. 

12 de octubre de 2018: la felicidad de Sarah Ferguson era evidente, no solo se casaba su hija pequeña, la princesa Eugenia de York, es que además ella volvía a formar parte de la Familia Real británica© WPA Pool
12 de octubre de 2018: la felicidad de Sarah Ferguson era evidente, no solo se casaba su hija pequeña, la princesa Eugenia de York, es que además ella volvía a formar parte de la Familia Real británica
Sarah Ferguson y Eugenia de York en las carreras de Ascot. 2017© Getty Images
Poco a poco la imagen de Sarah Ferguson con los Windsor y en círculos reales se fue normalizando

A pesar de la confusión que ha generado este movimiento, hay que aclarar que no es el título de duquesa de York lo que se plantean retirarle, ya que ese título (uno de los más antiguos y prestigiosos del Reino Unido al estar históricamente reservado al segundo hijo varón de un rey) le fue otorgado por la reina Isabel II cuando se casó con el príncipe Andrés en 1986 y, aunque se divorciaron en 1996, se le permitió conservarlo como cortesía. Es decir, su retirada es mucho más compleja a nivel legislativo y se impulsa en casos de extrema gravedad -Sarah Ferguson no ha sido juzgada por nada- mientras que el Honorary Freedom depende exclusivamente de la decisión de la autoridad local. 

Los antecedentes de la duquesa capaz de resistir todas las tormentas

Sarah Ferguson pasó años intentando volver a tener un lugar entre la realeza británica y cuando casi lo había conseguido, el caso Epstein le estalló en la cara. Hay que recordar que las tensiones entre ella y los Windsor comenzaron en 1992, cuando la todavía mujer del príncipe Andrés fue vista en actitud íntima con John Bryan, al que definió como su asesor financiero. Esa no era la primera relación que trascendía de la Duquesa, por lo que aquellas imágenes que recorrieron el mundo hicieron trizas la relación con sus suegros y en particular con el príncipe Felipe, que al parecer fue el que "decretó" que no volverían a estar bajo el mismo techo. 

Prince Andrew, the Duke of York, and Sarah Ferguson wave outside of Buckingham Palace on their wedding day, London, England, July 23, 1986. (Photo by Hulton Archive/Getty Images) © Getty Images
Los duques de York se casaron en una boda real por todo lo alto, con una celebración en el Palacio de Buckingham en julio de 1986

Estos fueron años especialmente difíciles para ella, excluida de las celebraciones familiares en las que estaban sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, que todavía eran pequeñas, sin embargo, los York supieron superar eso convirtiéndose en los mejores amigos y los divorciados ideales, siempre juntos para sus hijas, siempre apoyándose el uno al otro. 

Isabel II con su hermana, la princesa Margarita, y su nuera, la duquesa de York, en las carreras de Ascot de 1991, en cuestión de meses Sarah Ferguson tendría que dejar la Casa Real británica© Getty Images
Isabel II con su hermana, la princesa Margarita, y su nuera, la duquesa de York, en las carreras de Ascot de 1991, en cuestión de meses Sarah Ferguson tendría que dejar la Casa Real británica

En años sucesivos existieron otras cosas que tampoco ayudaron.  En 2010, el medio News of the World publicaba un vídeo en el que la duquesa de York aceptaba un maletín con 32.000 euros como anticipo de los 575.000 euros que ella solicitaba a un periodista que se hacía pasar por empresario a cambio de que ella le consiguiese una cita con su exmarido, el príncipe Andrés, que entonces era Representante Especial para el Comercio y las Inversiones de Reino Unido. Un escándalo por el que Sarah Ferguson pidió perdón públicamente, aunque eso no le bastó para formar parte en la lista de invitados de la boda de los Duques de Cambridge, que se produjo un año después.

Durante años la princesa de Gales y la duquesa de York fueron inseparables, tras la muerte de Diana circularon varias teorías sobre su amistad© Getty Images
Durante años la princesa de Gales y la duquesa de York fueron inseparables, tras la muerte de Diana circularon varias teorías sobre su amistad

Entre una cosa y la otra,  la duquesa de York tenía un difícil regreso a la escena real, pero fue el príncipe Harry el que le allanó al camino, en parte por el apoyo que Sarah Ferguson había brindado a Meghan Markle y también porque era consciente de que difícil situación de su prima Eugenia de York, que se casaba cinco meses después que él y deseaba tener a toda la familia en su boda. El duque de Edimburgo entonces cedió y 26 años después, con el fin de hacer feliz a su nieta, accedió a compartir espacio e incluso posado con Sarah Ferguson. Comenzó así una fase de normalización de su imagen en entornos reales que culminó con su presencia en el funeral de la reina Isabel II. Ahora la duquesa de York parece retroceder hasta la casilla de salida, cuando todavía no se ha resuelto en debate sobre si pueden permanecer o no en una residencia real que ya está aparejada con el rango que ocupan.

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