Reino Unido se prepara para despedir a uno de los miembros más queridos de la Familia Real británica: la duquesa de Kent, que murió el pasado 4 de septiembre a los 92 años, rodeada de sus íntimos tras una vida intensa y fascinante que giró en torno a tres ejes: la discreción, la lealtad a Isabel II y su pasión por la docencia. El martes 16 de septiembre, 12 días después de su fallecimiento, los Windsor la despedirán en la Catedral de Westminster, donde se celebrará el primer funeral católico que se recuerda en la historia británica moderna de la realeza del país. En la víspera del solemne acto, sus restos mortales se han trasladado hasta el citado templo para llevar a cabo una vigilia privada encabezada por su viudo.
Los restos mortales de Katharine Lucy Mary Worsley han sido trasladados desde su residencia del Palacio de Kensington hasta la Catedral de Westminster para una vigilia privada. Un recorrido de algo más de 3 kilómetros en el que el ataúd estaba envuelto en el estandarte real con un borde de armiño blanco, lo que significaba que era la esposa de un príncipe. El coche fúnebre ha estado precedido de un gaitero de la Guardia Real de Dragones, de la que la Duquesa fue Coronel en Jefe Adjunto desde su creación 1992. También este regimiento estaba presente para recibir al féretro en el templo, que es la sede del arzobispo primado de la Iglesia católica en Inglaterra y Gales.
A las puertas de la Catedral de Westminster hemos visto por primera vez al duque de Kent y a sus hijos, desolados por perder a la que era un pilar fundamental para ellos. El primo de Isabel II, caminando con la ayuda de un bastón, ha sido recibido por el padre Slawomir Witoń, deán del templo. En todo momento ha estado acompañado por su hija, Lady Helen Taylor, vestida de riguroso luto como marca el protocolo. El matrimonio también tuvo al conde de St, Andrews, George Windsor, y a Lord Nicholas Windsor. Además, tenían diez nietos entre los que destacan Lady Amelia Windsor y Lady Marina Windsor, quien anunció su compromiso el pasado mes de junio. Ambas han participado en la vigilia.
Unos 20 minutos antes de la llegada del féretro, familiares y amigos íntimos han comenzado a acceder a la Catedral. Muchos de ellos han acudido en un minibús negro, mientras que otros se han desplazado en coches privados. Entre los primeros asistentes, los príncipes Michael de Kent, cuñados de la fallecida. También su hijo y su nuera, Lord y Lady Frederick Windsor; y su hija, Lady Gabriella Windsor. No ha faltado Alexandra de Kent, quien también es hermana del duque de Kent.
El féretro reposará durante la noche en la Capilla de la Santísima Virgen María antes de la Misa de Réquiem, que reunirá a gran parte de la Familia Real. El funeral será oficiado por el cardenal arzobispo de Westminster, el cardenal Vincent Nichols, con la participación adicional del obispo James Curry, obispo auxiliar de Westminster, y el deán de Windsor. La Duquesa se convirtió al catolicismo en 1994, siendo el primer miembro de la Familia Real en más de 300 años, y su deseo era que su funeral se celebrara en la Catedral, la iglesia católica romana más grande de Inglaterra y Gales. Así va a ser. Tras la misa, en la que estarán los reyes Carlos y Camilla, además de otros miembros de la realeza, el féretro será trasladado en coche fúnebre al Cementerio Real de Frogmore, en Windsor, donde descansará para siempre.