Kate Middleton no ha faltado a su cita con Wimbledon. Desde que arrancó el torneo de tenis más importante sobre hierba del circuito de la ATP, el pasado 30 de junio, la Princesa de Gales no había hecho acto de presencia. Esta es su primera aparición pública desde que suspendiera su asistencia al Royal Ascot 2025 y lo hizo en uno de los escenarios que más significado tiene para ella. Como patrona del All England Lawn Tennis and Croquet Club desde 2016, cargo que le fue concedido por la difunta reina Isabel II, Kate ha presidido la final femenina, celebrada este sábado 12 de julio, y que han disputado la polaca Iga Swiatek y la estadounidense Amanda Anisimova. Esta no ha tenido opciones ante Swiatek que solo le han hecho falta 57 minutos para endosarle un doble 6-0.
Ella ha sido la encargada de entregar a la polaca Swiatek la famosa ‘ensaladera’, que solo ha conquistado hasta la fecha dos españolas: Conchita Martínez (1994) y Garbiñe Muguruza (2017). Precisamente, ambas tenistas estaban en el palco junto a Kate y otras ganadoras de ediciones anteriores, como la suiza Martina Hingis o Martina Navratilova.
Su llegada al Palco Real de la Pista Central fue recibida con una ovación cálida por parte del público, que celebró no solo su presencia, sino también su recuperación tras meses de tratamiento contra el cáncer. Esta aparición marca un nuevo paso en su regreso gradual a la vida institucional, tras haber compartido recientemente que el proceso de adaptación a su “nueva normalidad” ha sido más complejo de lo esperado.
Para la ocasión, Kate eligió un bonito conjunto blanco de dos piezas, con chaqueta estilo blazer entallada y falda plisada en tono ‘butter yellow’, un look sobrio y elegante que recuerda su estética más clásica. Como detalle distintivo, lució el lazo verde oscuro y morado, que ella luce desde 2017, reservado exclusivamente para los miembros del All England Club, del que forma parte desde 2016, cuando fue admitida oficialmente por la reina Isabel II. Este pequeño emblema, colocado en la solapa, es símbolo de pertenencia y tradición, y refuerza su vínculo con el torneo más prestigioso del tenis mundial. Curiosamente, volvió a llevar en su dedo anular el icónico anillo de compromiso, ausente en sus últimas apariciones públicas. En su muñeca, Kate volvió a lucir el elegante Cartier Ballon Bleu que le regaló el príncipe Guillermo con motivo de su tercer aniversario de bodas, un gesto de cariño que se ha convertido en uno de sus complementos más emblemáticos.
El rey Felipe VI, en la final masculina
La final femenina ha sido el preámbulo de una jornada aún más esperada: la gran final masculina de este domingo 13 de julio, en la que Carlos Alcaraz buscará su tercer título consecutivo en Wimbledon frente al número uno del mundo, Jannik Sinner. De lograrlo, el murciano se uniría al selecto grupo de leyendas que han logrado esta hazaña en la era Open, como Federer, Sampras o Djokovic. La final de Wimbledon reedita la del pasado Roland Garros, en la que el murciano se impuso al italiano en un agónico partido que duró cinco horas.
La presencia de Kate Middleton en la final masculina también está prevista, y será ella quien entregue el trofeo al ganador, como ya hizo en 2023 y 2024. De hecho, la del año pasado fue una de sus apariciones más esperadas, tras reaparición el Trooping the Colour, pues se produjo en medio de su tratamiento contra el cáncer. Entonces, la Princesa de Gales acudió a la final acompañada de su hija, la princesa Charlotte, y su hermana Pippa Middleton.
Para la final individual masculina de mañana 13 de junio se ha confirmado la presencia del rey Felipe VI, quien ha realizado un cambio de agenda para poder viajar a Londres y asistir al partido del murciano contra el actual número uno del mundo, Jannik Sinner.
Felipe VI, que no puedo asistir a la final de Roland Garros 2025 en la Philippe Chatrier de Parí, sí estará presente en el palco real del All England Lawn Tennis and Croquet Club para apoyar a Carlos Alcaraz, repitiendo su gesto de hace dos años, cuando el murciano conquistó su primer Wimbledon. La coincidencia entre ambos representantes reales añade un componente institucional y simbólico a una final que promete ser histórica.