Del 8 al 10 de julio de 2025, el presidente francés, Emmanuel Macron y la primera dama, Brigitte Macron, protagonizan una visita de Estado al Reino Unido por invitación de los reyes Carlos y Camilla. Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, desempeñarán un papel principal, ya que ellos son los que recibirán el martes a la pareja presidencial su llegada al país y viajarán con ellos hasta el Castillo de Windsor, donde serán recibidos con honores y se alojarán durante su estancia. No faltará la recepción de bienvenida, la revisión a la guardia real y la vistosa procesión de carruajes. Al caer la noche, en el propio Castillo de Windsor, ya que el Palacio de Buckingham sigue de obras, acogerá el tradicional banquete de Estado, la gran duda es la presencia de Kate Middleton, que no acude a un evento de este tipo desde el 2023. Repasamos las opciones que contempla para ella el joyero de la realeza británica.
El joyero de la realeza británica es uno de los más grandes, valiosos y sorprendentes del mundo
El regreso de Kate Middleton, tras atravesar el cáncer que la tuvo retirada o en un segundo plano durante prácticamente un año y medio, se ha venido haciendo de forma progresiva. La princesa de Gales comenzó acudiendo a actos públicos relacionados con la salud y, poco a poco, fue recuperando sus causas principales. Sin embargo, todavía no ha retomado los viajes al extranjero ni tampoco a estado presente en un banquete de Estado, uno de los actos de máxima relevancia institucional y una de las pocas citas cuya etiquete exige tiara para distinguir a las mujeres de la realeza tiara. Así que la expectativa, cuando faltan pocas horas para que aterrice el mandatario francés en suelo británico, es máxima.
¿Apostará por una nueva tiara que marque simbólicamente el inicio de una nueva etapa?
Responder con certeza cuántas tiaras posee la realeza británica es prácticamente imposible. El joyero de los Windsor es una de las colecciones más extensas y enigmáticas del mundo. De vez en cuando, alguna pieza olvidada reaparece y nos recuerda su magnitud: basta pensar en las tiaras que lucieron Meghan Markle o Eugenia de York en sus bodas, joyas que llevaban décadas sin verse en público y revelaron que atesoran más de lo que solemos ver. Lo que sí está claro es que su uso no es casual: las tiaras se asignan según la jerarquía institucional y la historia de la propia pieza. Eso sin olvidar, que las más valiosas, grandes y simbólicas están reservadas exclusivamente para ser usadas por una reina, en esta era, Camilla, como mujer del rey Carlos III.
Su historia se ha tejido en torno a cuatro tiaras, a las que ha accedido progresivamente, en paralelo a su creciente relevancia institucional
Siguiendo estas reglas no escritas, las tiaras también narran el recorrido personal de cada mujer dentro de la Casa Real: revelan si es princesa por nacimiento o por matrimonio, y anticipan el papel que está destinada a desempeñar. En el caso de Kate, su historia se ha tejido en torno a cuatro tiaras, a las que ha accedido progresivamente, en paralelo a su creciente relevancia institucional. Pero eso no significa que, en su esperado regreso, no pueda sorprendernos eligiendo una pieza inédita, una nueva tiara que marque simbólicamente el inicio de una nueva etapa.
La iniciación de una futura reina
La primera tiara que lució Kate Middleton fue la de su boda con el príncipe Guillermo en el año 2011. Es una pieza sencilla, relativamente pequeña y discreta, pero siempre había pertenecido a los Windsor y esto es importante, teniendo en cuenta que en la colección de los Windsor hay un sinfín de joyas polémicas o discutidas por su origen. Además, era una tiara que contaba una historia de amor, ya que el rey Jorge VI, bisabuelo del príncipe Guillermo, siendo duque de York, la encargó para su mujer, que ha pasado a la historia como la Reina Madre.
Si analizamos la historia de esta tiara y las veces que se ha lucido, podríamos describirla como una "tiara de iniciación". Tanto la princesa Margarita (hermana de Isabel II) como su única hija (la princesa real Ana) las llevaron al principio de su vida institucional, luego fueron accediendo a piezas más grandes y esta joya quedó en desuso hasta la boda de Guillermo y Kate. Además, es una tiara ligera, pero que prometía, ya que se hizo para una duquesa que terminó siendo quizá una de las reinas consortes más importantes de la historia británica.
Primeros pasos en la vida institucional
Cuando Kate Middleton comenzó a acudir a cenas de gala y encuentros con el cuerpo diplomático, ya había avanzado en la vida institucional y lo hizo con la Tiara Flor de Loto, una joya que creó la Reina Madre con otras piezas que le habían regalado por su boda, ella la llevó mucho y luego quedó reservada para la princesa Margarita. En esta era la llevó también Sophie, la actual duquesa de Edimburgo, como muestra de su consolidación dentro de la realeza británica.
Confeccionada con diamantes y perlas, y con una forma versátil que ha permitido llevarla de distintas maneras según los tiempos, es curioso que, aunque ha habido alguna excepción, a Kate Middleton esa tiara le gusta para vestirse de rojo.
Transformación en princesa de Gales
Hasta la fecha, la tiara más importante que ha llevado y en más ocasiones es la conocida como la Cambridge Lover´s Knot, es un diseño neoclásico realizado en diamantes y perlas en forma de gota. Es una tiara que sí se creó para una reina, en concreto la encargó Jorge V para la reina Mary (Mary de Teck, la bisabuela de Carlos III), así que tiene las dimensiones y presencia propia de una reina, tanto es así, que en alguna ocasión la llevó Isabel II, que desde su juventud, por su posición como heredera al trono, siempre tuvo acceso a las piezas más importantes.
Por si fuera poco, esta tiara fue la que cedió Isabel II a Diana de Gales tras su boda con el entonces príncipe Carlos. Aunque Diana de Gales se quiso casar con la tiara de su casa, la tiara Spencer, ya que ella pertenecía a una de las familias más nobles del Reino Unido y así quiso señalarlo, después necesitaba una tiara que fuera de los Windsor para sus labores de Estado y esta fue la tiara Cambridge Lover´s Knot, que también fue la que usó Diana para la mayoría de sus retratos oficiales.
Entre el fuerte vínculo emocional que esta tiara tiene con Diana de Gales y que en su diseño hace referencia a los "amantes de Cambridge", título, el de duques de Cambridge, que Isabel II concedió a Guillermo y Kate en el momento de su boda, era evidente que esta tiara estaba destinada a Kate y que solo ella la iba a llevar. Hay otras, como la anterior, la Flor de Loto, que pueden compartirse, pero esta no, esta es la tiara de la princesa de Gales.
El renacer de una joya olvidada
La última sorpresa que dio Kate Middleton relacionada con el joyero real fue cuando recuperó una pieza histórica de joyería que perteneció a la Reina Madre, originalmente un regalo de bodas de su padre, el Conde de Strathmore, en 1923. La tiara no se había usado públicamente en casi 90 años hasta que Kate la llevó en noviembre de 2023 a una cena de Estado, una de sus últimas apariciones con tiara antes de retirarse por motivos de salud, y es una guirnalda de rosas silvestres que también está diseñada para llevarse de dos formas distintas, sobre la cabeza o sobre la frente, igual que la tiara flor de loto, algo que pusieron de moda mujeres como la Reina Madre.
Este coqueteo con el joyero real —la recuperación de piezas olvidadas, la elección de tiaras con historia, pero sin excesivo peso institucional— forma parte del camino trazado por Kate dentro de la monarquía británica. Sus elecciones no solo reflejan su estilo personal, sino también su posición: una figura en ascenso, pero aún no en la cúspide. Las joyas más imponentes permanecen reservadas para la reina y esa es Camilla, así lo marca la tradición. Mientras tanto, la princesa de Gales ha construido su relato a través de tiaras que, sin ser las más grandiosas, hablan ya de su legado.