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La tiara 'buena'

Empezamos por la más valiosa, por la tiara de las reinas, también llamada la Flor de Lis o, directamente, 'la buena'. Doña Letizia la ha llevado en numerosas ocasiones desde que Felipe VI fue proclamado rey y ella recibió las joyas, tal y como se estipulaba en el testamento de la reina Victoria. Fue un regalo que le hizo Alfonso XIII a su prometida, la princesa Victoria Eugenia de Battemberg, y ella la llevó el día de su boda en 1906. Está fabricada en platino con incontables diamantes engastados sobre mil granos, su diseño se basa en las flores de lis, emblema heráldico de los Borbones, unidas por roleos y hojas vegetales. Esta imagen corresponde al viaje de Estado que hicieron los Reyes a Suecia en el 2021

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Sus inseparables pendientes de chatones

Si hay unos pendientes favoritos esos son los de chatones, que la reina Letizia lleva tanto en cenas de gala como con vestidos de cóctel. Son dos grandes diamantes con talla orla montados en garra rodeados de piedras más pequeñas. Los eligió la infanta Cristina para el día de su boda

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Las pulseras gemelas

Otro aderezo bastante versátil al que recurre la Reina habitualmente son las pulseras gemelas, las lleva a la ópera, a cenas de gala, a veces juntas ya veces por separado. Son dos brazaletes idénticos que la reina Victoria Eugenia encargó a Cartier a partir de una pequeña corona que encontró algo pasada de moda, el resultado fueron unas pulseras prácticas y atemporales que doña Sofía usó muchísimo durante sus cuarenta años como reina y para doña Letizia son imprescindibles

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Un broche de reinas: una joya del siglo XIX

Este broche puede recordar al anterior pero no tiene nada que ver, aunque los dos vienen del legado de la reina Victoria Eugenia. Está formada por dos perlas, una circular, orlada por doce brillantes, y otra con forma de pera, unidas por un diamante talla almohadilla.  La reina Letizia lo llevó por primera vez en la Fiesta Nacional del 12 de octubre del 2017 y en esta foto los lleva con los pendientes de perlas australianas que le regalo Felipe VI

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La floral, la eterna favorita

Durante años esta tiara floral fue la favorita de la reina Letizia. El rey Alfonso XII la encargó para su prometida, la archiduquesa María Cristina de Austria (1879), a la joyería inglesa JPColins -otras fuentes apuntan a Mellerio- y, aunque durante décadas estuvo perdida, a diferencia de otras joyas de la duración, esta Ya que el Gobierno español volvió a regalar la alegría a doña Sofía cuando se hizo con Juan Carlos, en 1962. De platino y diamantes (talla brillante y talla perilla) puede usarse como broche y como gargantilla y está compuesto por cinco flores. Dos laterales del mismo tamaño, y una central, mucho mayor, a modo de corona, con su tallo y sus hojas. En esta imagen lleva también el broche flor de lis,

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La tiara de perlas

Esta pieza fue diseñado por Cartier en 1920, es de inspiración 'art déco' y está orlada con diamantes y perlas sobre una base de platino. La tiara lleva siete enormes perlas, que sustituyeron a las esmeraldas de Eugenia de Montijo, seis en cada roleo vegetal abrazada por círculos de diamantes y la séptima coronando la diadema. En esta imagen, tomada en abril de 2018 durante una cena de Estado, la reina Letizia la llevó con sus pendientes de chatones

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Un collar con historia

La reina Victoria Eugenia dejó al morir al menos dos collares de chatones: el primero, al que se refiere denominándolo 'el más grande', lo recibió en usufructo de Alfonso XIII el día de su boda. La pieza pasó a su hijo don Juan y más tarde a su nieto el rey don Juan Carlos. Este collar, realizado por Ansorena se formó a partir de una gargantilla de 30 chatones tallados en forma redonda, engastados a la rusa y montados en platino. El segundo, de menor tamaño -27 diamantes-, correspondió por herencia a don Jaime y fue subastado por la viuda de éste en 1982. La pieza, al parecer, fue adquirida por alguien cercano a la Familia real española con lo que el collar terminó regresando a la familia. La reina Letizia lo llevó por primera vez en un momento de la máxima relevancia institucional, la entronización de Naruhito como Emperador de Japón, entonces lo llevó con unos pendientes de diamantes y esmeraldas de doña Sofía y en la foto se puede ver la pulsera que hace juego con el collar

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Diadema princesa: casi sin estrenar

Un siglo después de que el Rey Alfonso XIII encargara la diadema nupcial de la Reina Victoria Eugenia a la Casa Ansorena, esta misma firma de joyeros creó una tiara de perlas y diamantes para doña Letizia.Lleva 450 diamantes talla brillante y cinco pares de perfectas perlas australianas, elegidas entre 3.000 gemas. Doña Letizia solo la ha llevado una vez, en las celebraciones por el 75 cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca

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Diadema de la chata: una joya guardada

Creada en el año 1867 por la joyería Mellerio de París, por encargo de Isabel II de España, para la boda de su hija la infanta María Isabel con el príncipe Cayetano María de Borbón-Dos Sicilias. Conocida también como la diadema de las conchas por sus motivos marinos, representa el mar a través de las conchas y la espuma de las olas por la sucesión de las perlas en forma de pera. La joya -entregada por la infanta doña Isabel, a su sobrino Alfonso XIII, en el exilio- pasó a don Juan de Borbón y a su esposa, doña María, a la muerte de la reina Victoria Eugenia y de los Condes de Barcelona a doña Sofía, en 1962, a quien se la regalarían con motivo de sus esponsales . Doña Letizia la ha llevado solo una vez: en el año 2007

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La joya de 'casar'

Esta tiara fue muy significativa en la vida de doña Sofía y de su abuela, ya que la  recibió como regalo de bodas de su padre, el Kaiser Guillermo II, último emperador alemán, cuando contrajo nupcias con Ernesto Augusto III, heredero de la casa Hannover. Esta joya, por tanto, no pertenece al cofre de 'pasar', pero sí al de 'casar', ya que con ella se casaron los padres de la reina Sofía, los reyes Pablo y Federica de Grecia; la propia Sofía la eligió para casarse con don Juan Carlos; y también fue la que llevó doña Letizia para su boda con el entonces príncipes de Asturias. De platino, diamantes y estilo imperio, fue diseñada por los joyeros Koch y se caracteriza por el brillante de lágrima central que enmarca las bandas con hojas de laurel y la greca griega de meandro.

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Dos kilos de perlas

Es una de las joyas más importantes de la familia, equiparable o incluso superior al collar de chatones por la exactitud, simetría y regularidad de sus perlas. Fue un regalo de Alfonso XII a María de las Mercedes y fue adquirido en San Petersburgo en 1877. Pesaba entonces 2,105 gramos y tenía 41 perlas, cuatro más de las que tiene ahora ya que la reina Victoria Eugenia prescindió de ellas. El cierre es un broche hecho con un diamante de talla esmeralda. Es una de las piezas que la reina Letizia ha llevado poco o reserva para el futuro. Esta imagen fue tomada durante una audiencia con el Presidente de Alemania en el otoño de 2018

 

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La tiara rusa, el collar de chatones y 'La Peregrina'

Esta tiara -elegida por la Reina para la primera cena de gala después de la pandemia, ofrecida por los Reyes al Presidente de la República de Italia- perteneció a la segunda esposa del Rey Alfonso XII, la archiduquesa de Austria, quien la usó por primera vez en 1906. Tras la muerte de la soberana, heredó la pieza su hijo, el Rey Alfonso XIII, quien, a su vez, y con motivo de las nupcias de su hijo don Juan con doña María de las Mercedes, se la regaló a su nuera en 1935. La tiara está coronada por dos filas de catorce perlas. Es una pieza espectacular realizada en platino, perlas y diamantes formando lágrimas invertidas, que debe su diseño a los tradicionales toques rusos, los okoshnik,de ahí su nombre. En esta ocasión doña Letizia llevó el collar de chatones corto, también de Victoria Eugenia, con 27 grandes diamantes y la pulsera a juego. Dos piezas del lote de joyas de pasar, al igual que el broche con el que sujetó la banda del Orden al Mérito de la República Italiana con orla de brillantes y la perla colgante en forma de lágrima conocida como 'La Peregrina'

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