Fin de semana de mucha tristeza y dolor para la Familia Real española, tras la muerte de dos personas muy importantes en la vida de Juan Carlos I y doña Sofía respectivamente. Si el viernes por la noche se producía el fallecimiento a los 86 años de Tatiana Radzivill, amiga íntima y confidente de la madre de Felipe VI, horas después hemos conocido la pérdida de Gaudencio Fernández, el que fuera chófer del exsoberano y una de las personas de su más estrecha confianza, según ha sabido ¡HOLA!
Gaudencio, que nos ha dicho adiós tras superar la barrera de los 100 años, fue un hombre estrechamente ligado a la Corona durante décadas. Primero como conductor personal del soberano y, posteriormente, como responsable de mantenimiento de los coches de Casa Real en el Palacio de la Zarzuela. De esto último se hizo cargo cuando se jubiló en 1989 a la edad de 65, por expreso deseo del que era entonces jefe del Estado, ya que este quería seguir teniéndolo cerca para agradecerle su profesionalidad y lealtad a lo largo del tiempo.
Fernández era, por tanto, mucho más que un colaborador fiel de don Juan Carlos (87). Era también un buen amigo y de esas pocas personas que pertenecían a su círculo más íntimo. Basta solo con dar un dato para hacerse una idea de lo unidos que estaban, como es el hecho de que Fulgencio conocía al Rey desde prácticamente su adolescencia, cuando este último tenía 17 años y acababa de ingresar en la Academia General Militar de Zaragoza (como después haría Felipe de Borbón y, ya en 2023, la princesa Leonor).
Al recordar cómo había sido su vida al servicio del monarca, contaba Fernández que "en este tiempo he pateado todo el país y muchos países del extranjero". Unas declaraciones que hacía a finales de los ochenta, recogidas por el diario El País, donde desveló también el viaje más largo que había hecho hasta entonces con la Familia Real al completo. Fue a Niza (Francia), según explicó, "aunque durante todo el trayecto condujo el Rey", aclaraba.
Aludía así al conocido gusto que tenia don Juan Carlos por ponerse al volante de sus propios vehículos, como gran aficionado al mundo del motor que es. En este sentido, añadía Fulgencio que al Rey, "como a todos los jóvenes", le gustaba la velocidad pero nunca tuvo ningún problema de circulación. Es más, afirmaba en aquella época que todos los integrantes de la Familia Real ya conducían, "y bien".
Por último, preguntado por la personalidad y el carácter del soberano, el chófer destacó de él que es un hombre "sencillo y amable con todo el mundo". Por ello, subrayaba que desde que se convirtió en empleado suyo, el trato con los Borbón era muy cortés. De hecho, tanto Fulgencio como otros trabadores del servicio fueron invitados a la primera comunión de los tres hijos de los Reyes: las infantas Elena y Cristina y el que era príncipe Felipe. Asimismo, cada Navidad, el personal de Zarzuela y sus familiares eran recibidos por don Juan Carlos y doña Sofía.







