Las últimas informaciones publicadas apuntaban a que se estaba planteando abandonar Emiratos y regresar a casa, pero no es cierto. Felipe de Marichalar sigue trabajando en la Empresa Nacional de Petróleo de Abu Dabi (ADNOC por sus siglas en inglés), el principal catalizador del desarrollo del emirato y uno de los primeros productores de energía del mundo… Y está contento, le gusta. Es una gran oportunidad profesional — ha ido ganándose su sitio desde abajo —, que le permite seguir ampliando estudios en comunicación y business; y, además, está encantado de poder acompañar a su abuelo, el Rey Juan Carlos.
El hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, de 27 años, llegó al emirato en 2023 y no hay planes para volver. Sepultando rumores se lo ha dicho a sus amigos: su sitio y su vida están en Abu Dabi, aunque, como es lógico, echa mucho de menos España. A su familia, a su pandilla y la comida. Por eso, en cuanto pone un pie en Madrid, lo segundo que hace, después de ver a sus personas queridas, es irse a tomar un pincho de tortilla.
¿Qué pasará en Navidad?
Respecto a qué va a hacer en Navidad, no hay nada cerrado, pero es probable que se quede con su abuelo porque no quiere que esté solo. Acaba de pasar unos días en Madrid, ha compartido momentos especiales con toda la familia, y le compensa esperarlos en emirato porque el plan es que su madre, la infanta Elena, su tía, la infanta Cristina, su hermana Victoria y sus primos pasen unos días con don Juan Carlos. No en las fechas clave, pero sí en días cercanos, incluyendo su cumpleaños, el 5 de enero, que celebrarán en privado y sin fiestas.
Los dos han hecho un tándem perfecto, Abu Dabi también es un lugar maravilloso para disfrutar de la Navidad, aunque sea principalmente un país musulmán; y en cualquier caso, disfrutan mucho de estar juntos. Lo cuenta el propio rey Juan Carlos en sus memorias escritas junto a Laurence Debray.
"Viene a visitarme muy a menudo. Compartimos una buena comida, vemos partidos en la tele y charlamos. Los pequeños placeres de la vida. Nos tomamos mucho el pelo, el humor sigue siendo el mejor remedio para las tribulaciones de la vida. Es una virtud saber reírse de todo. Intento darle consejos sobre cómo vestirse -¡en vano! - y sobre asuntos prácticos. No sabe cocinar. Le explico. "Hazte unos huevos fritos, son buenos y fáciles. No olvides añadir un chorrito de aceite de oliva cuando calientes la sartén".
“Es él quien se preocupa por mí”
Además de consejos culinarios, el rey Juan Carlos se muestra “encantado” con tenerle junto a él. "Me dice, 'abuelo, he pasado la tarde jugando al pádel con un amigo del trabajo'. Es muy considerado conmigo. Me conmueve su preocupación. Hasta ahora, mi papel era cuidar de los demás. Ahora es él quien se preocupa por mí. Los papeles se invierten. Su compañía me regocija y su amabilidad me conmueve. A pesar de las vicisitudes de la Corona, seguimos siendo una familia".
Tras esa adaptación y la protección inicial de don Juan Carlos, su nieto "ahora ha levantado el vuelo y sigue su propio camino con total independencia. Es una de las cosas de las que estoy más orgulloso". "Nada podría darme más satisfacción personal que tener a mi nieto, ahora un joven equilibrado y alegre, a mi lado. Solo necesitaba una oportunidad. Me alegro de haber podido dársela", cuenta el padre del Rey, después de recordar cómo fue su llegada a Abu Dabi.
“Le acogí en mi casa antes de que se trasladara a un estudio en la ciudad. La primera mañana, sin que yo se lo pidiera, se levantó a las siete para acompañarme a desayunar. ¡Sé que era la hora a la que solía acostarse en España, sobre todo porque la diferencia horaria jugaba en su contra! Luego me siguió en mis entrenamientos deportivos. En un solo día, se adaptó a una vida sana y regulada. Empezó a hacer deporte y dieta".
“Sigue su propio camino con total independencia”
Este cambio de vida también “acarreó para Felipe un nuevo trabajo en el departamento de logística de la COP 28. "Se esforzaba mucho [...] era el primero en llegar y el último en salir de la oficina. Incluso trabajaba los fines de semana".
En el ámbito laboral se llevaba muy bien con sus compañeros y "en apenas un mes, sufrió una metamorfosis". Y añade: “No dudaba de su potencial ni de sus capacidades, pero no me imaginaba que pudiera transformarse en tan poco tiempo. Disfrutaba de su nueva vida, discreta y tranquila, lejos del foco mediático. Lo tomé bajo mi protección, le di un marco estable y la oportunidad de construir su propio destino. Ahora ha levantado el vuelo y sigue su propio camino con total independencia. Es una de las cosas de las que estoy más orgulloso. Le he quitado una preocupación a Felipe, y a la Corona, y he ayudado a la familia. Nada podría darme más satisfacción personal que tener a mi nieto, ahora un joven equilibrado y alegre, a mi lado. Solo necesitaba una oportunidad. Me alegro de haber podido dársela”.












