La velada se anunciaba como una amena reunión entre amigos, destinada a celebrar la llegada a España, el 3 de diciembre —un mes después de su publicación en Francia— de Reconciliación, las memorias del Rey Juan Carlos. Una convocatoria privada y con toque francés lanzada por Laurence Debray, coautora del libro, que organizó una sesión de firma en Madrid, en la galería Monte Esquinza 36, de su amiga y compatriota Juliette Deschamps, que inauguraba esa noche una exposición con el título —feliz coincidencia— de Majestad.
© Fernando Junco TelladoMáxima expectación
Pero el rumor de esta dedicatoria informal se extendió como la pólvora y, pronto, lo que debía ser una reunión íntima se convirtió en un evento social de máxima expectación. El interés de los lectores, avivado por el mensaje en vídeo difundido unos días antes por el Rey —en el que invitaba a las nuevas generaciones a leer sus memorias para comprender un capítulo esencial de la historia contemporánea de España— se mezclaba con la frenética curiosidad de los medios de comunicación. La llegada de varios representantes destacados de la familia del Rey, encabezados por la infanta Elena, acompañada de sus primas María Zurita y Simoneta Gómez-Acebo —que acudió con su hijo Pablo Fernández-Sastrón y su cuñada Nadia Halamandari— dio a la velada un brillo inesperado. Entre los invitados también se encontraban algunos rostros conocidos del mundo cultural y mediático, como la modelo Inés Sastre o la periodista Susanna Griso.
© Fernando Junco TelladoRadiante con un vestido de cóctel de Carolina Herrera, Laurence Debray no ocultó su sorpresa ante la magnitud que había adquirido el evento. Sin embargo, las cifras demuestran que el éxito es rotundo: Reconciliación, que batió récords de preventa en España, ya va por su cuarta edición en español, con más de 160.000 libros vendidos. En Francia, Bélgica y Suiza figura entre los 20 ensayos más exitosos del año. Un entusiasmo destacable por parte de los lectores francófonos que la escritora explica por "el destino novelesco y fuera de lo común del Rey Juan Carlos. Su trayectoria fascina porque es uno de los últimos testigos —y protagonistas— de la historia del siglo XX. Conoció personalmente a la mayoría de los grandes líderes de su época, desde John Fitzgerald Kennedy hasta la Reina de Inglaterra, pasando por Gorbachov u Obama".
© Fernando Junco TelladoEsta talla internacional justifica, por otra parte, que una cadena pública francesa le haya dedicado recientemente un programa especial con motivo del cincuentenario de su proclamación, que incluía una entrevista realizada por el experto en realeza Stéphane Bern, en su residencia de Abu Dabi, y cuya emisión coincidió con la publicación de sus memorias.
Bajo la mirada simbólica del Rey Juan Carlos, representado en una obra del pintor Claudio Bravo que forma parte de la exposición Majestad, Laurence Debray firmó su libro (también lo hará este viernes, 12 de diciembre, a las 19 horas en El Corte Inglés de Goya), que no tardó en agotarse. "El Rey está muy contento con el éxito obtenido en Francia y ansioso por que los españoles puedan, a su vez, leer el libro y formarse su propia opinión", confió a ¡HOLA!
© Fernando Junco TelladoEntre los invitados, la infanta Elena, sin duda una de las primeras lectoras de la obra, quiso expresar su apoyo incondicional a la biógrafa de su padre. "Me ha conmovido profundamente esta muestra de amistad", confesó Laurence Debray. "La infanta Elena, al igual que su hermana, la infanta Cristina, estaba al corriente del proyecto desde sus inicios. La familia del Rey se portó magníficamente: abierta, generosa, siempre dispuesta a escuchar y a ayudarme".
© Fernando Junco TelladoSegún la historiadora franco-venezolana, se trata de un libro que podría resultar muy valioso para los futuros soberanos, empezando por la princesa Leonor. "Espero que le permita conocer mejor la historia de su abuelo, fundador de la Monarquía española actual. Y también que descubra su experiencia, contada sin rodeos en primera persona, y su visión sobre el papel de un monarca basada en el diálogo con todos, sin romper nunca los puentes, con un espíritu profundamente pragmático. Es una gran lección política".
