Los reyes Felipe y Letizia abren de nuevo el Palacio Real. Después del acto de entrega del Toisón de Oro a la reina Sofía en el Salón del trono y de la visita del sultán de Omán de primeros de noviembre, este miércoles se realizará el recibimiento oficial con honores militares al presidente de Alemania, Frank- Walter Steinmeier y la primera dama, Elke Büdenbender.
En el Patio de la Armería del Palacio Real, minutos antes del mediodía, la Guardia Real estaba formada en distintos batallones para ofrecer los honores militares correspondientes. La pareja presidencial ha llegado en un Rolls-Royce de época de Patrimonio Nacional hasta el lugar en el que los Reyes les esperaban. Especialmente cariñoso ha sido el saludo entre la Reina y Elke Büdenbender. Don Felipe, al ver que el mandatario no llevaba abrigo, se ha quitado el suyo. Después, los cuatro se han colocado en la tribuna, bajo la fachada principal del Palacio, para escuchar los himnos nacionales. Acto seguido, el monarca y el jefe de Estado germano han pasado revista a la formación de la Guardia Real. Don Felipe le ha presentado al resto de la comitiva. Con posterioridad, ha sido el presidente el que ha presentado a la delegación alemana.
Se trata de un desplazamiento al más alto nivel diplomático entre dos países socios de la Unión Europea y aliados en la OTAN y marca un hito histórico, pues será el primer presidente germano que visitará Gernika este viernes. Rendirá homenaje a las víctimas del bombardeo de 1937 perpetrado, entre otros, por la aviación alemana. Esta visita representa un gesto de memoria, reconciliación y reconocimiento.
Además, este viaje servirá para reforzar los lazos diplomáticos, económicos y políticos entre ambas naciones y contará con una agenda económica fuerte que ambos países intenta impulsar para fomentar las colaboraciones comerciales e industriales.
Tras este recibimiento, el Rey mantendrá un encuentro con el jefe de Estado alemán en el Palacio de la Zarzuela, mientras que la Reina tendrá en la embajada alemana en Madrid una reunión de trabajo con la primera dama sobre mujer e igualdad. Después, los cuatro almorzarán juntos y posteriormente se reencontrarán esta tarde a las 20:00 horas para una gran cena de gala en el Palacio Real, donde el rey dirigirá un discurso a los invitados.
El jueves, el programa arrancará a las 10:00 horas con un foro hispano-alemán y una recepción en la sede diplomática de Alemania en Madrid en honor a los Reyes, ofrecido por el presidente Steinmeier. El viernes, tendrá lugar uno de los actos más emotivos cuando, en compañía del monarca, el presidente germano, homenaje a las víctimas del bombardeo de Gernika en el cementerio de Zallo y, posteriormente, visite el Museo de la Paz en la localidad vizcaína.
La historia de amor del presidente alemán y la primera dama
Esta visita devuelve la que Felipe VI y la reina Letizia realizaron hace tres años a Berlín. Elke Bünderbender es una primera dama de lo más discreta, pero su historia de amor con su marido es toda una historia de amor y generosidad que hace más de una década conmovió al país. Los dos estudiaron derecho en la universidad Justus Liebig de Giessen, donde se conocieron. Se casaron en 1995 y un año después nació su hija Merit. En 2010 los dos eran profesionales de éxito cuando la enfermedad se cruzo en su camino; él en la política, donde era un valor en alza, y ella como jueza en el Tribunal Administrativo de Berlín. Elke fue diagnosticada de una enfermedad renal degenerativa y necesitaba, urgentemente, un trasplante de riñón. En ese momento, Steinmeier era el líder de la oposición después de perder las elecciones a canciller contra Angela Merkel, pero decidió que la prioridad era otra. Anunció que se retiraba temporalmente de la política activa para estar al lado de su esposa y la mayoría de los ciudadanos comprendieron y apoyaron su decisión, que llegó a copar los titulares de los principales medios de comunicación del país.
Poco después, se conoció que Frank-Walter Steinmeier se ofreció voluntario para donarle el órgano que salvaría la vida de Elke y se sometió a una intervención quirúrgica en el mes de agosto de ese mismo año. "La donación no es un gesto heroico ni un regalo para mi esposa. Si lo fuera, sería un regalo para los dos, para poder tener más tiempo para estar juntos", explicó el presidente alemán al anunciar su decisión a través de la televisión.
A los dos meses, Steinmeier retomó su profesión y recuperó su escaño en el Parlamento, mientras su esposa hacía lo propio en el Tribunal Administrativo de Berlín. Siete años después de aquella dura etapa con final feliz el que fuera líder del partido socialdemócrata alemán alcanzó la jefatura de Estado y entonces fue su mujer la que decidió hacer un impasse en su carrera profesional y solicitó una excedencia, a fin de ejercer como primera dama a tiempo completo.











