Ha sido una de las reinas consortes de España que más huella han dejado en nuestro país y a la vez sigue siendo una gran desconocida. Se trata de la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII, y, por tanto, bisabuela del rey Felipe VI y de Alessandro Lequio. Como ha ocurrido con muchas Reinas, esta joven inglesa nunca imaginó portar corona y tuvo una vida lejos de su patria en la que no faltó el amor, las tensiones políticas, infidelidades y hasta el exilio. Una vida de leyenda que se ha llevado a la ficción. RTVE preestrena este martes la serie Ena, una especie de Dowton Abbey y The Crown con sello español sobre la vida de Victoria Eugenia de Battenberg.
Creada por Javier Olivares, la producción se compone de seis capítulos donde el espectador verá un universo de lujo y majestuosidad. Entre el reparto se encuentra Kimberley Tell (como la reina Victoria Eugenia), Joan Amargós, Elvira Mínguez, Lucía Guerrero, Raúl Mérdia, Juan Gea, María Morales, Joaquín Notario, Luisa Gavas, Pedro Mari Sánchez, Mariano Peña y Ángel Ruiz.
Nacida en el Castillo de Balmoral en 1887, Victoria Eugenia provenía de una familia muy cercana a la realeza británica. Su padre era el príncipe alemán Enrique de Battenberg y su madre, la princesa Beatriz, hija menor de la reina Victoria de Reino Unido. Su vida cambió cuando con 18 años conoció a Alfonso XIII a través de una fiesta de las que la realeza europea solía hacer. Él quedó prendado de su belleza y personalidad y rápidamente se enamoró, aunque ella, al principio, mostró un interés más protocolario, finalmente se enamoró.
Víctima de un ataque
Tras varios meses de encuentros y cortejos, Alfonso XIII pidió su mano y finalmente se casaron el 31 de mayo de 1906 en Madrid. Uniéndose así dos de las Casas Reales más influyentes de Europa. Ese mismo día y como presagio a un matrimonio que luego fue muy desdichado, fueron víctimas de un atentado cuando una persona del público lanzó una bomba escondida en un ramo de flores al vehículo en el que viajaban por la calle Mayor de la capital. Aunque hubo varios muertos, ellos,milagrosamente, sobrevivieron.
Su matrimonio estuvo marcado por tensiones políticas y personales. Juntos tuvieron varios hijos, siete en total, y Victoria Eugenia pronto quedó marcada por transmitir a sus hijos la hemofilia, lo que complicó su vida de familia. El rey Alfonso XIII siempre le echó en cara que hubiera metido esta enfermedad en la familia, lo que fue solo el comienzo de una relación que se fue enfriando con los años. Las infidelidades del monarca, que eran vox populi en Palacio, no la hicieron rendirse y nunca dejó de ser Reina y de mostrar una gran resiliencia. Tenía un carácter discreto y elegante, pero los cortesanos se encargaron de crear una imagen de reina fría y distante. Tampoco tuvo el apoyo de su suegra, María Cristina de Habsburgo, Reina Madre, con gran poder e influencia política y diferencias de temperamento.
Además de extranjera, de no tener el amor de su marido, la reina Ena nunca se sintió ni aceptada ni querida. Así que se volcó en el problema sanitario que asolaba el país y fundó la Cruz Roja en España con el dinero que conseguía recaudar, algo en lo que fue pionera. Además, fue icono de moda, poseedora de joyas fascinantes que se han puesto y se siguen poniendo las Reinas de España, icono de moda, feminista -llevaba pantalón y fumaba- y era moderna.
El regreso a la patria para un bautizo muy especial
Con la llegada de la segunda república, la Familia Real se exilió en abril de 1931, primero a Francia y después a Italia para recabar durante un tiempo en Londres. Finalmente, se trasladó a Lausana (Suiza) donde pasó sus últimos años. Desde que dejó España, solo regresó en febrero de 1968, tras 36 años de exilio, para ejercer de madrina en el bautizo de su bisnieto, el rey Felipe VI. Durante esa estancia se alojó en el Palacio de Liria, la residencia del duque de Alba en Madrid.
El 15 de abril de 1969 murió en Suiza y el 25 de abril de 1985, la Casa Real trasladó sus restos y lo de sus hijos Alfonso, Jaime y Gonzalo a España, que reposan en el Monasterio de El Escorial. Tras pasar un tiempo en la cripta real, en 2011, los restos de la reina Victoria Eugenia fueron sepultados en el Panteón de los Reyes, junto a su marido.















