Las esperadas memorias del rey Juan Carlos, 'Reconciliación', escritas por la biógrafa franco-venezolana Laurence Debrey, es sin duda uno de los libros que más expectación ha generado de la temporada. Ahora, tal y como adelantan Le Fígaro y Le Point, ya se ha podido conocer parte del contenido. En sus páginas se recogen las reflexiones, opiniones, vivencias y el propio testimonio en primera persona del que fuera Rey de España durante casi cuatro décadas.
Durante el fragmento titulado "Mirar a la muerte de frente", el padre de Felipe VI, de 87 años, no solo se enfrenta a su despedida, sino también a su regreso a España y al anhelo de recuperar lo perdido, recalcando que su mayor deseo es volver a su hogar. "Lo que más deseo, mientras viva, es tener un retiro tranquilo, restablecer una relación armoniosa con mi hijo y, por encima de todo, regresar a España, a casa", se puede leer.
Las incógnitas sobre su funeral
Muchas son las preguntas que surgen en torno a los últimos días de Juan Carlos I, que desde 2020 fijó su residencia en Abu Dabi. Aunque hasta ahora no se había manifestado al respeto, gracias a sus memorias sabemos lo que de verdad le preocupa cuando llegue el desenlace.
"Actualmente, me parece que nada está decidido ni organizado. La única certeza es el proceso tradicional de la puesta en el pudridero: una ceremonia lúgubre", comienza su relato. El pudridero está situado en la basílica del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid). Cabe recordar que el origen de este monasterio era servir de sepulcro para los reyes y familiares de la dinastía Habsburgo y, posteriormente, de los Borbones. Los restos mortales de la gran mayoría de miembros de la Familia Real española descansan hoy en día en la Cripta Real. Sin embargo, el misterio siempre ha rodeado al proceso, que comienza en el llamado pudridero.
El pudridero es una cámara subterránea donde los restos de los monarcas españoles permanecen hasta su traslado final al Panteón de Reyes, proceso que puede durar de 25 a 40 años. Su función es la reducción natural del cuerpo para que quepa en los pequeños cofres de plomo de un metro de largo, que luego se sellan y se depositan en los sarcófagos del panteón. El testimonio del rey Juan Carlos recoge y expone ahora cómo es el proceso que siempre ha rodeado al último adiós de los monarcas españoles. "El cuerpo reposa durante veinticinco años en una sala llamada el pudridero, donde literalmente el difunto se descompone. Luego, los monjes del monasterio de El Escorial quiebran los huesos del cadáver, en presencia del jefe de la Casa Real. Esos huesos se colocan en una especie de urna sellada que abandona la cripta provisional para ser instalada en la necrópolis real", explica.
Otro de los problemas es dónde reposará su cuerpo para siempre, porque tal y como relata Juan Carlos I, "el panteón de los Reyes en El Escorial está lleno". "Hay espacio para construir otro. ¿Qué decidirá el Gobierno? Todo está en sus manos. Es una cuestión de presupuesto y de voluntad", añade entre varias incógnitas que parecen preocuparle.
Don Juan Carlos, que el próximo 5 de enero cumplirá 88 años, ha recalcado que no está obsesionado con su despedida, eso sí, quiere y desea volver a España, por lo que está claro que sus restos descansarán para siempre en nuestro país. Y posiblemente, se sitúen junto a los cuerpos de sus padres, don Juan de Borbón y doña Mercedes, así como de su hermano, el infante Alfonso, en El Escorial, como hasta ahora ha marcado la tradición. "No sé si me libraré de ella, pero poco me importa. No me obsesionan esas consideraciones", matiza.










