No estaba prevista ninguna aparición de los Reyes este 22 de mayo en el que cumplen 21 años de matrimonio. Su agenda oficial estaba vacía en esta fecha llena de significado, pero don Felipe y doña Letizia han salido de Zarzuela esta tarde de forma inesperada por un triste motivo de última hora: despedir a una persona que ha estado muy presente en su vida. Se trata de Serafín Sedano Gutiérrez, que tenía 92 años y durante tres décadas fue capellán de la Casa Real y confesor personal de sus miembros.
El jefe del Estado y su esposa han llegado al velatorio del religioso, instalado en la Capilla de los Alabarderos del cuartel El Rey de la Guardia Real. En su propio coche y vestidos de riguroso luto se han acercado a trasladar sus condolencias a la familia de Serafín, que ha estado acompañada de numerosos amigos y vecinos de El Pardo, donde era muy querido por su servicio durante tantos años. Ha sido un acto público, pero el entierro se celebrará el viernes en la más estricta intimidad en su Ruijas natal, perteneciente al municipio cántabro de Valderredible.
"Mi vínculo con la Familia Real va más allá de lo religioso, hay una relación humana", dijo en El Diario Montañés, añadiendo que siempre le han tratado "como uno más" y que son "personas con las que convivo día a día". Unas palabras que hoy cobran aún más sentido al ver cómo los Reyes han querido despedir personalmente a un hombre discreto y fiel.
En verano de 2024, Serafín Sedano pidió personalmente al Rey retirarse y se despidió públicamente con una carta en la que pedía perdón por los errores que pudo cometer, compartía su deseo de ser "una persona privada con derecho a intimidad" y repasaba los momentos claves de su vida. Recordaba, por ejemplo, que el 16 de abril de 1965 se vio en la disyuntiva de elegir entre continuar como capellán del regimiento de la Guardia de Franco y de Mingorrubio o volver a su Santander natal para ser capellán del hospital de Valdecilla. Escribió las posibilidades en dos papeles y el azar eligió la primera opción, que él acató. Aquel detalle fortuito marcó para siempre su rumbo.
En Zarzuela celebraba la misa de los domingos y estuvo presente en celebraciones familiares muy importantes para los Borbón. Formó parte del bautizo de la princesa Leonor, quien tuvo como padrinos a los reyes Juan Carlos y Sofía, y el de la infanta Sofía, en el que Paloma Rocasolano y Constantino de Bulgaria fueron sus padrinos. Antonio María Rouco Varela fue el encargado de oficiar ambas liturgias porque era entonces el cardenal arzobispo de Madrid, pero Sedano le ayudó.
También fue durante casi cinco décadas capellán del colegio Mater Salvatoris de Madrid, uno de los centros educativos más prestigiosos de la capital, por el que han pasado Alejandra Silva y Cristina Oria. "Con profunda tristeza despedimos al Padre Serafín, quien durante 48 años fue capellán de nuestro Colegio y alma incansable de la familia Mater Salvatoris. Entregó su vida a Dios y a los demás con una fe sencilla, firme y alegre. Siempre cercano, siempre disponible, siempre animándonos a “florecer allí donde la vida nos plantara”. Hoy descansa en la paz del Señor, pero su recuerdo y su ejemplo seguirán vivos entre nosotros. Rezamos por su eterno descanso y damos gracias por todo lo que nos regaló. Para todos los que formamos la familia Mater Salvatoris, el Padre Serafín seguirá siendo un referente de fe, bondad y generosa entrega", han dicho.
El viaje a Gales de los Reyes
Este sábado, Felipe VI y la reina Letizia estarán presentes en la graduación de la infanta Sofía, que finaliza Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College de Gales. Será una ceremonia sencilla y completamente íntima, como lo fue la de la princesa Leonor, cuya presencia está descartada porque se encuentra en la República Dominicana con el buque escuela Juan Sebastián de Elcano.