Encabezando la delegación oficial española en Austria, los reyes Felipe y Letizia han participado este domingo por la mañana en el homenaje a las víctimas de Mauthausen y Gusen. Una multitudinaria cita de carácter internacional en la que, por parte de un grupo de ciudadanos de nuestro país, se hacía primero una ofrenda floral en la placa conmemorativa a los más de 4.700 compatriotas que perdieron la vida allí.
La emotiva ceremonia, que conmemora el 80º aniversario de la liberación de estos campos de concentración de exterminio nazi, ha estado marcada primero por el silencio y después por los aplausos en honor a los fallecidos. A las puertas del recinto, el monarca y su esposa eran recibidos por el presidente austriaco Alexander van der Bellen y la primera dama, Doris Schmidauer.
Con ellos han ocupado después sus asientos, en este viaje del que también forman parte el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy Amador, y el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López. Todo ello en una jornada que se ha desarrollado bajo una meteorología de sol y nubes, con temperaturas en torno a los 16 grados.
Los Reyes han saludado también a los responsables españoles de la asociación Amical de Mauthausen (fundada em Barcelona en 1962) y a familiares de víctimas del campo de concentración. En las imágenes, se aprecia cómo ambos se mostraban especialmente cercanos con estas personas, quienes han podido sentir de cerca su cariño y apoyo en forma de sentidos abrazos.
Además de asistir al desfile de delegaciones ante el monumento a las víctimas, lo que constituye el acto central de este aniversario, el soberano de 57 años y su mujer (52) han realizado también una ofrenda floral en nombre de España ante el cenotafio. Seguidamente, acompañados por las autoridades locales, hacían una visita al museo explicativo del horror y la barbarie que se vivió en este campo de concentración durante la II Guerra Mundial (1939-1945).
'La escalera de la muerte'
Igualmente, los Reyes han podido ver la cantera de Wiener Graben y la conocida como 'escalera de la muerte', donde acudían los presos para extraer granito. Ahí, Felipe VI y doña Letizia caminaban cogidos de la mano, serios, pausados, pensativos... en definitiva, reflejando claramente en sus rostros lo que transmite un lugar como este, con esa historia negra detrás para toda la humanidad.
A continuación, plasmaban un mensaje en el Libro de Oro de Mauthausen, que decía lo siguiente: "Que la memoria de los crímenes aquí cometidos y el recuerdo de nuestros compatriotas permanezcan intactos para preservar su dignidad y para no olvidar nunca el horror. 80 años después, reafirmamos nuestro compromiso colectivo y personal con la democracia y la defensa de los Derechos Humanos”, han escrito.
Los Reyes ya asistieron el pasado 27 de enero a la ceremonia con motivo del 80 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, un acto que concitó en esta ocasión la presencia de numerosos líderes internacionales. También estuvieron en el 75º aniversario hace cinco años, y el soberano participó igualmente en 2020 en Jerusalén en el V Foro Mundial del Holocausto.