Empieza una nueva etapa. La infanta Sofía ha alcanzado la mayoría de edad -el pasado martes, 29 de abril- en Gales, donde cursa bachillerato internacional, y recibiendo su primera condecoración, la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica -que le ha otorgado su padre, el rey Felipe VI-.
Ya queda menos para su regreso. El próximo 24 de mayo será su graduación en el UWC Atlantic College -en el que también estudió su hermana, la princesa Leonor-, y, como avanzamos en ¡HOLA! -y, más tarde, confirmó Casa Real-, ha quedado descartada la formación militar.
Aunque la hija pequeña de los Reyes sopesó ingresar en el Ejército de Tierra y recibir un curso de piloto de helicópteros (Academia de Aviación del ET), no tiene la obligación de pasar por las Fuerzas Armadas, y, finalmente, habría optado por empezar una carrera universitaria -quizá, fuera de España-.
Según nos adelantaron fuentes cercanas, la idea es que sea en Estados Unidos -ha aplicado a varias universidades y parece que, entre ellas, una en Washington-, puesto que allí gozaría de una seguridad y una privacidad que no podría tener en nuestro país.
A la espera de conocer más detalles sobre su futuro, Casa Real distribuía esta misma semana cinco fotografías de la Infanta. Un posado muy especial para un aniversario ‘diferente’ a los demás -son sus 18 años-, en el que podemos ver a una chica de su tiempo, dulce y sonriente.
Dicharachera y simpática
“Sofía vive la vida y tiene una alegría contagiosa”, nos dice una persona cercana a la familia. También nos desvela que es “cariñosa y sensible”, una joven que “ha sido educada para poder defenderse en cualquier situación, afrontar bien la adversidad y saber cuidar de sí misma”.
Tuvo fama de ser un pequeño ‘terremoto’. Ya lo predecía su madre, la reina Letizia, en su bautizo, cuando señaló ante los periodistas que, siendo bebé, era “más despierta que Leonor, tiene más apetito y se porta algo peor que su hermana que, de recién nacida, era ‘una bendita”.
Como es lógico, con el paso del tiempo, ha cambiado. Ahora se lo toma todo con más tranquilidad, aunque tiene mucho carácter. De hecho, se parece mucho a la Reina -de quien ha heredado su forma de ser y el sentido del humor-.
Es una chica dicharachera -habla mucho-, espontánea, bromista y simpatiquísima.
Sus grandes pasiones
A la Infanta le encantan los animales, la naturaleza y la cocina. De los cuatro -los Reyes y su hermana, la princesa Leonor- es la que mejor se maneja entre fogones.
También, disfruta el teatro, el ballet -que practicó desde pequeña- y el cine. Su género favorito es la ciencia ficción -como su padre-: es fan de la saga de la Guerra de las Galaxias y de Dune -de hecho, le sirvió como pseudónimo para presentarse a las pruebas de selección del UWC Atlantic College-.
En cuanto a la música -aprendió a tocar el violín-, tiene un gusto más variado. Escucha desde Harry Styles, Ozuna o Rosalía, al violinista libanés Ara Malikian.
Si bien de pequeña sentía debilidad por el fútbol, con el paso del tiempo, su interés ha ido decayendo, aunque sigue siendo muy deportista. No sólo disfruta practicándolo, sino, también, viéndolo -apoyando a los deportistas-.
La hija pequeña de los Reyes ha hecho vela, esquí, pádel, hípica, tenis… Además, le gusta hacer escalada -al igual que su madre- y sigue deportes como waterpolo, hockey hierba o el bádminton.
Una infanta ‘techie’
Sofía es buena estudiante, terminó la ESO con buenas notas y es políglota -como su hermana-. Ahora, está concentrada en sus estudios -está en plenos exámenes finales-; y, aunque todavía no sabemos qué carrera escogerá, según hemos podido conocer, le gustan las Relaciones Internacionales y todo lo relacionado con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (carreras STEM).
Su formación académica podría ser un reflejo de sus intereses -habrá tenido más libertad de escoger-, pero sin olvidar que también tendrá que estar alineada con poder servir a la Institución.
Hasta ahora, ha seguido los pasos de su hermana, la futura Reina. Los Reyes no han hecho diferencias -las han educado para vivir en la realidad con responsabilidad y entusiasmo, fomentando su independencia, curiosidad y autoestima-, pero le toca empezar su propio camino.
Aun así, su papel en la Monarquía será muy importante en el futuro. De acuerdo con las normas adoptadas por el rey Felipe VI, no podrá tener un trabajo remunerado y tendrá que representar a la Corona de por vida.
El tándem perfecto
La infanta Sofía y la princesa Leonor se adoran y se lo cuentan todo. Apenas se llevan 16 meses y están muy unidas -la Infanta apoya a su hermana en los pasos que da como heredera al trono-.
Tras hacerlo todo juntas, ahora se encuentran a miles de kilómetros de distancia y han aprendido a estar la una sin la otra. Las videollamadas y los mensajes que se intercambiaban, antes eran casi diarios, pero la conectividad de Elcano no siempre es buena, así que han tenido que espaciarse.
Sin ir más lejos, como contamos esta misma semana en las páginas de nuestra revista, la princesa Leonor tuvo que conectarse a un teléfono satelital para poder felicitar a su hermana en esta fecha tan importante.
Nunca habían estado tanto tiempo sin verse y no se espera que haya reencuentro, al menos hasta que la princesa Leonor vuelva a España, a principios del próximo mes de junio, para seguir su formación en la Armada.